La carestía de la vida y la crisis de la vivienda son hoy en día dos de las preocupaciones principales para los españoles, y un auténtico desafío para los Gobiernos. Según el último Eurobarómetro, que evalúa las opiniones en Europa, el poder adquisitivo se coloca en la cúspide de los problemas que enfrentan los ciudadanos, justo detrás de la crisis habitacional y por delante de preocupaciones como el desempleo. Sin embargo, lo que las encuestas no captan es la diversidad de situaciones que viven las diferentes familias. Esta cuestión es clave para diseñar políticas efectivas que alivien el descontento social.
La Inflación y su Impacto en el Poder Adquisitivo
La raíz de esta inquietud social proviene del incremento de la inflación tras la invasión de Ucrania, un fenómeno que se ha mantenido en el tiempo y que, recientemente, ha incluso repuntado. En los últimos tres años, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha subido un 17,6%, un aumento que supera ligeramente el crecimiento de la renta media disponible de los hogares. Datos adicionales, como los costos laborales y las remuneraciones, sugieren una leve disminución en el poder adquisitivo, cerca de un punto porcentual, lo que se traduce en una pérdida de aproximadamente 450 euros en capacidad de compra para cada trabajador.
Realidades Dispares en la Clase Media
No obstante, estos números globales ocultan situaciones variadas. Muchas familias de clase media han experimentado retrocesos más significativos debido a una mayor presión fiscal. Desde 2022, los impuestos que deben pagar los hogares han aumentado un 23% en cifras acumuladas, descontando la inflación. Por otro lado, quienes reciben ingresos por dividendos, alquileres y otras rentas han visto una notable mejora gracias a la revalorización de activos y el aumento de los tipos de interés.
Mientras tanto, segmentos como los desempleados que han vuelto al mercado laboral y los beneficiarios del salario mínimo han logrado mejorar su situación gracias a la actualización de los mínimos sociales y medidas de indexación. Sin embargo, la brecha es evidente: jubilados acomodados con propiedades contrastan con los grupos de menores ingresos que viven de alquiler y que sufren a diario el alza de precios, especialmente en alimentos, que tienen un peso significativo en su presupuesto.
Propuestas de Solución para la Crisis
Con esta diversidad de circunstancias en mente, los Gobiernos europeos han adoptado una estrategia más dirigida al evitar recortes generalizados en impuestos como el IVA. En su lugar, se han optado por ayudas focalizadas a los grupos de bajos ingresos y en riesgo de vulnerabilidad habitacional, lo que parece ser una decisión más acertada. Sin embargo, las soluciones a largo plazo para mantener el poder adquisitivo dependerán de abordar problemas profundos, como la falta de viviendas asequibles, la competencia en servicios y la ineficiencia del sistema tributario, además de la necesidad de mejorar salarios y productividad.
Un Futuro Incierto
A corto plazo, parece poco probable que el poder adquisitivo experimente un avance significativo, mientras que el impulso del mercado laboral podría moderarse. Nos encontramos, así, en un escenario donde coexisten realidades diversas y donde el buen estado de la economía macro no se traduce necesariamente en bienestar social para la mayoría.
IPC en Números
Los precios continúan creciendo a un ritmo superior al de la media europea, lo que podría comprometer la competitividad del país. En noviembre, el IPC aumentó un 3,2%, un punto más que en la eurozona, impulsado principalmente por el encarecimiento de los alimentos frescos, que subieron un 6,6% interanual. Entre los productos más afectados se encuentran huevos, frutas frescas, pescado y carne de ave. Por otro lado, alimentos elaborados como café, cacao y chocolate también han visto subidas significativas, en parte por la creciente demanda en Asia y las malas cosechas.
Raymond Torres es director de Coyuntura de Funcas. En X: @RaymondTorres_
