El debate se centró en una propuesta normativa dentro de la revisión del Reglamento de la Organización Común de Mercados (OCM). Esta iniciativa busca asegurar que términos como «carne» o «bacon» se utilicen exclusivamente para productos elaborados con ingredientes de origen animal. Según Anice, este es un logro importante en la lucha por la claridad y transparencia en el mercado alimentario.
La asociación subraya que esta medida responde a un amplio consenso en Europa sobre la necesidad de proteger a los consumidores de la confusión provocada por productos vegetales que imitan la carne en apariencia, sabor y textura. Anice afirma que es esencial evitar la «usurpación» de las denominaciones que pertenecen a la carne y sus derivados, abogan por un marketing «leal» y «respetuoso» que honre el esfuerzo de los ganaderos españoles a lo largo de generaciones.
Aunque algunos de estos sustitutos veganos puedan ofrecer un contenido proteico interesante, Anice resalta que no equivalen a los beneficios nutricionales de la carne, ya que carecen del ingrediente principal: la carne misma.
Normativas que resguardan la autenticidad cárnica
En este contexto, Anice menciona que en España ya existe el Real Decreto 474/2014, que establece que las denominaciones de venta de carne y sus derivados están reservadas únicamente para productos que contengan carne u otros ingredientes de origen animal como componente principal. Esta normativa es un respaldo crucial para la industria cárnica en nuestro país.
Otro aspecto positivo es que, recientemente, la Comisión Europea ha comenzado a debatir sobre la reforma del Reglamento (UE) 1308/2013, que regula las normas de comercialización de la carne. Desde Anice se valora de manera muy positiva esta apertura, que invita a diversos actores a presentar observaciones y propuestas.
En este sentido, Anice ya ha presentado sus observaciones a la Comisión Europea con el fin de reforzar la protección de las denominaciones cárnicas, advirtiendo que la creación de listas positivas de términos podría generar inseguridad jurídica y obstaculizar una regulación coherente con el marco comunitario.
La propuesta normativa, que cuenta con el respaldo inicial de doce Estados miembros, incluido España, y otros seis países que se han sumado posteriormente, se encuentra en manos del Parlamento Europeo. Anice se compromete a estar atenta para que esta tramitación no sufra modificaciones adversas.
En resumen, este avance representa un hito hacia un etiquetado alimentario más claro y transparente en la Unión Europea, asegurando que los consumidores tengan acceso a información veraz y protegiendo la autenticidad de las denominaciones cárnicas.