La economía alemana, un gigante exportador, continúa enfrentando serios desafíos a pesar de los anuncios optimistas sobre su recuperación. La falta de reformas estructurales y las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos están pesando cada vez más. Así lo reflejan los pronósticos de crecimiento actualizados por los principales institutos económicos del país, publicados recientemente.
Pronósticos de Crecimiento a la Baja
El Instituto Económico Ifo ha sido uno de los más pesimistas, ajustando su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) a un mero 0,8% para 2026, un recorte significativo respecto al 1,3% estimado previamente. En cuanto a este año, solo se espera un crecimiento de 0,1%, lo que representa una ligera disminución de 0,1 puntos porcentuales. Este cambio se enmarca en un periodo de transformación estructural marcado por la descarbonización, digitalización, cambios demográficos y tensiones geopolíticas. Para 2027, Ifo también revisó a la baja su pronóstico, con una proyección de crecimiento del 1,1%, por debajo del 1,6% estipulado anteriormente. En su comunicado, mencionan que “la política arancelaria de EE. UU. sigue afectando notablemente a la economía exportadora alemana”.
Por su parte, el Instituto de Economía Mundial de Kiel estima un crecimiento del PIB del 1% en 2026, en lugar del 1,3% previamente anunciado. Sin embargo, la perspectiva para 2027 muestra un ligero alivio, con un pronóstico de 1,3% en vez del 1,2% anterior. Un enfoque similar ha adoptado el Instituto RWI, que ha rebajado su previsión de crecimiento para 2026 al 1%, mientras que mantiene un 1,4% para 2027.
Problemáticas Internas y la Necesidad de Innovación
Expertos señalan que el estancamiento no es solo producto de la guerra comercial, sino que también se deben considerar problemas internos. Timo Wollmershäuser, director de coyuntura económica del Ifo, comentó que “la economía alemana se adapta lentamente a este cambio estructural, enfrentando obstáculos como la burocracia y una infraestructura envejecida”. Aunque se anticipan inversiones públicas para relajar la situación, estas tendrán un “efecto retardado”, lo que sugiere que no serán suficientes para hacer crecer la capacidad productiva a largo plazo.
Torsten Schmidt, director del RWI, destacó que el crecimiento en los próximos años dependerá en gran medida de un “mayor impulso fiscal”, pero advirtió que “las inversiones estatales no pueden sustituir a las privadas a largo plazo”. Alemania, además de enfrentar una crisis económica, atraviesa una crisis estructural que demanda reformas integrales para recuperar su competitividad.
Cifras Alarmantes en la Industria
La situación en sectores clave también es preocupante. El gigante del acero ThyssenKrupp informó sobre un ejercicio fiscal complicado, cerrando con beneficios de 532 millones de euros. Sin embargo, prevé un déficit para el próximo año de hasta 800 millones, lo cual refleja las dificultades actuales. Su CEO, Miguel López, lamentó que, a pesar de los retos, las acciones coordinadas aún no son suficientes para reiniciar el motor económico europeo.
Asimismo, la asociación de la industria de maquinaria VDMA anticipa una caída del 5% en la producción para 2025. Su presidente, Bertram Kawlath, estableció un paralelismo con la recesión de los años 90, citando la falta de reformas y las crisis geopolíticas como culpables.
En conclusión, el clima económico alemán está marcado por un incremento de la incertidumbre y una necesidad urgente de acción. La comunidad empresarial, incluidos grupos industriales como el BDI y la VDMA, exige reformas significativas y rápidas para evitar que la innovación y la producción se desplacen al extranjero. Mientras tanto, en Berlín se asegura que se están tomando medidas, pero el tiempo es un recurso crítico que no espera.
