Si hay un nombre que en estos últimos meses ha estado en boca de todos es el de Bizarrap. Este músico y productor argentino es una de las mayores promesas de la música actual, y uno de los artistas más escuchados del momento. Su sesión cincuenta y tres, con Shakira, batió todos y cada uno de los récords, y se transformó, en solo unas horas, en un éxito absoluto, llegando a ser la canción más escuchada en la plataforma Spotify. Lo que pocos saben es que en el equipo de Bizarrap trabaja un de España, y que su historia es un relato de amor por la música y pasión por su trabajo.

Iñigo Mediavilla nació en Pamplona y desde pequeñísimo tuvo contacto con la música. «Cuando yo tendría 5 o 6 años me llevan a la escuela de música de Mutilva, mi pueblo. Allí pude estudiar música: hacía solfeo, conjunto coral, conjunto instrumental y guitarra española», declara Mediavilla a EL ESPAÑOL. La guitarra de España no le agradaba, y decide dejarla, mas prosigue estudiando solfeo a lo largo de un tiempo, para después dejar la música alejada a lo largo de un tiempo. 

«Como a mí se me daba bien cantar, con 13 o 14 años unos colegas del colegio y yo montamos una banda. Cada uno hacía lo que podía, ensayábamos los martes, jueves y sábados toda la tarde. Poco a poco aprendimos a tocar, nos gustaba el metal y hacíamos versiones de Metallica», recuerda Iñigo mientras que charla con este medio. La música siempre y en todo momento ha estado presente en su vida, en su adolescencia comenzó escuchando artistas como Ska-P o Bon Jovi, mas siempre ha tenido gustos variados. «Me gusta mucho el hip hop americano: Snoop Dog, Eminem… Desde hace un tiempo también escucho música electrónica», confiesa Mediavilla a este periódico.

Iñigo Mediavilla.


Iñigo Mediavilla.

Instagram.

Después de estudiar en una escuela de imagen y sonido, Iñigo llegó a Madrid para estudiar en el SAE Institute, concretamente se especializa en industria y negocio musical. Estudiando acá, conoce a dos amigos y se les ocurre el proyecto de montar un festival de música en Pamplona. Para desarrollar este acontecimiento llaman a ciertos amigos, y tras estar múltiples meses trabajando, todo sale realmente bien. Al día después, procuran vender este proyecto al Ayuntamiento de Pamplona, mas les afirman que no, que piensan que hay que dar ocasión a los promotores que llevan trabajando toda la vida con ellos. En ese instante, Iñigo se vuelve a Madrid a probar mejor suerte.

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Poco después, Iñigo logra trabajar como técnico de sonido en FNAC. Un puesto muy cotizado, puesto que fue el escogido entre los mil doscientos candidatos que había, pese a que no empezó con buen pie en esa entrevista de trabajo. «Cuando me preguntaron cuáles eran mis debilidades y mis fortalezas, les dije que mi debilidad era que solía llegar tarde al trabajo. En ese momento, me dijeron que me estaba cargando la entrevista. Pero también les dije que una vez que entraba en un curro me dejaba la piel, y podía estar todas las horas que hiciera falta», buena muestra de la entrega y el compromiso que tiene Mediavilla con su trabajo.

A partir de acá, son múltiples los trabajos que va enlazando Iñigo: colaborador en la discográfica Arcadia Music, programador de conciertos del Café La Palma de Madrid, técnico de sonido con la compañía Spectaculum, maestro en la DJP Music School, productor técnico y regidor en Los cuarenta Music Awards, tour manager de artistas como Juanes, Orishas o Lali Espósito… Hasta llega a fundar su sello BMD Música, donde ofrece diferentes servicios a artistas musicales.

Es entonces en el momento en que un día una compañera con la que había trabajado en los cuarenta Music Awards le afirma que buscan un asistente de producción local, y que es para virar con Bizarrap, en un instante en el que el artista argentino no era tan conocido. Acepta la oferta, y en abril de dos mil veintidos empieza a trabajar con Lauria Entertainment, la productora que lleva a Bizarrap.

Empezó probando, y ahora trabaja como stage manager y backliner, digamos que ocupa un puesto híbrido en el que ayuda a todo el mundo. Al técnico de luces, a la gente que hace los vídeos, a poner las distintas cámaras que hay en el escenario, al fotógrafo oficial que llevan, en muchas ocasiones asimismo ayuda con la logística del escenario, aun ha llegado a trabajar de operador ftx.

Además, asimismo ha trabajado como productor del renombrado videoclip de la sesión cincuenta y tres de Bizarrap con Shakira. Su tarea en un caso así es hacer que las cosas se puedan hacer, es decir: habla con los diferentes profesionales que hay que contratar, verifica que los seguros que hay que tener están en regla, contrata el catering a fin de que los trabajadores puedan comer mientras que se rueda el videoclip, y además de esto que todo ello entre en el presupuesto que manejan.

-¿Cuál piensas que es la clave del éxito de Bizarrap?

-Es un genio, no deja escapar nada. Tiene todo bien pensado y trabajado, tiene a los mejores en su equipo. No hay secreto en lo que hace, el público es soberano, y sabe que es lo que más le agrada a la gente. 

-¿Y dónde te ves en el futuro, Iñigo?

– No lo sé, no me pongo techo. Si trabajo con el número uno del planeta, sin haber conocido a absolutamente nadie en el planeta de la música. A mis pupilos les he dicho siempre y en todo momento exactamente la misma oración, si te pones como objetivo llegar al Everest, vas a llegar al cerro de tu pueblo, mas si te pones como objetivo la luna, vas a llegar lejísimos. Para mí no ha sido simple este un camino, he comido mierda como absolutamente nadie, he estado diez años, o más, poniendo el cien% de mi dinero en muchos proyecto, y mi tiempo asimismo. He renunciado a parejas, a amistades, hasta me he perdido muchos acontecimientos familiares, y mis ausencias en muchas ocasiones no eran comprendidas. Ahora todo el planeta comprende por el hecho de que he trabajado tanto.