Un ex pupilo se detuvo en mi horario de oficina para percibir comentarios sobre una nueva empresa que pensaba en lanzar. El término era para una plataforma Software as a Service para asistir a las grandes empresas a efectuar un seguimiento de las métricas internas usando inteligencia artificial o aprendizaje automático o algo así. En este caso, los detalles no importan.
Lo que importa es que, cuando estábamos concluyendo nuestra charla, hizo una de las preguntas más deficientes en el espíritu empresarial:
«¿Debería preocuparme de que una importante empresa como Google o Salesforce robe mi idea?»
Recibo mucho esta pregunta, y siempre y en toda circunstancia me hace reír por lo absurdo que es una vez que te detienes a estimar lo que verdaderamente se pregunta.
Para ser justos, en apariencia, el interrogante no semeja absurda. Realmente semeja lógico. Si, como emprendedor, verdaderamente piensa que está edificando algo de enorme valor, ¿no desearían otras empresas hurtar la idea? Y, si otras empresas quisiesen hurtar la idea, ¿no serían la mayor amenaza las compañías con buenos recursos, equipos enormes y presupuestos enormes?
En una palabra: ¡NO!
Cuando aceptas que Google o Salesforce o cualquier otra compañía masiva desearía hurtar tu idea de start-up, estás esencialmente tergiversando el ecosistema emprendedor. En pocas palabras, Google no desea hurtar tu idea por 3 razones importantes:
Aunque las grandes empresas tienen bastantes personas trabajando para ellas, no necesariamente tienen personas auxiliares. Con eso deseo decir que todas y cada una de las personas que han contratado, cuando menos teóricamente, han sido contratadas para hacer un trabajo que asista a satisfacer las necesidades comerciales actuales. De hecho, cuanto más grande es una compañía, más huecos acostumbra a tener en su fuerza laboral, lo que quiere decir que la compañía realmente pierde personas y tratando continuamente de desempeñar funciones clave.
Con esto en psique, desviar a los empleados a un proyecto absolutamente diferente, en particular a un proyecto tan poco probado como lo que estas edificando, carece de sentido logístico, operativo o financiero. La empresa por la que te preocupas tiene otras prioridades comerciales más esenciales, y debe invertir sus recursos en ellas.
Recuerda que la mayor parte de las start-ups fracasan y las que tienen éxito tardan entre 7 y diez años en madurar. Claro, con el valor de la marca de una compañía como Google detrás, tal vez exactamente el mismo término tendría una ocasión de éxito sutilmente mayor y el plazo para lograr el éxito se acortaría en unos pocos años. Pero el éxito, aun para una compañía masiva, aún no está garantizado. Recuerda, por servirnos de un ejemplo, que Google procuró y no pudo lanzar múltiples redes sociales. En otras palabras, «ser Google» no hizo que sus intentos de crear redes sociales fuesen triunfantes.
Teniendo en cuenta los retos inherentes al lanzamiento de nuevas empresas, hurtar y después procurar edificar tu idea de start-up es una enorme inversión para hacer algo con un enorme costo y una pequeña posibilidad de éxito. ¿Por qué correr el peligro? Hay mejores maneras a fin de que las compañías establecidas desplieguen capital, y esas otras ocasiones probablemente tienen mayores probabilidades de resultados triunfantes.
Aunque tu idea de comienzo podría ser en último término una idea de mil millones de dólares estadounidenses, y eso es mucho dinero para ti (¡y para mí!), colócalo en el contexto de una compañía como Google. Recuerda que Google produce más de ciento sesenta millones de dólares estadounidenses al año. Para , invertir diez años para conseguir su idea de mil millones de dólares estadounidenses no tiene tanto sentido como podría parecer a primer aspecto.
Y Google ni tan siquiera está particularmente cerca de la parte superior de la lista tratándose de ingresos anuales. AT&T ganó $ ciento ochenta mil millones el año pasado. Apple ganó $ doscientos sesenta mil millones. Amazon ganó $ doscientos ochenta mil millones. Y Walmart ganó la pasmosa cantidad de quinientos veintitres mil millones de dólares estadounidenses. Entonces, de nuevo, aun si tu idea se transforma en un unicornio de mil millones de dólares estadounidenses en diez años, eso no es tan significativo como podrías meditar para las compañías que te preocupan.
Con estos puntos en psique, deseo plantear una mejor forma de meditar en la relación entre tu start-up y todas y cada una de las compañías masivas del planeta que podrían «robar tu idea». Si procuran hurtar tu idea, es un enorme inconveniente.
Sí, lo leíste apropiadamente. Google o Salesforce o cualquier otra empresa que intente hurtar tu idea es excelente. Significa que has probado que el potencial de tu empresa es suficientemente valioso para que una compañía masiva desee invertir recursos para hacer lo mismo. Esa es de las mejores validaciones que podrías conseguir. Y, al llegar a ese punto, quiere decir que ha hecho muchas cosas bien.
Así que deja de preocuparte por lo que ocurre en el momento en que una importante empresa procura hurtar tu idea. En todo caso, debes apuntar a ese instante pues quiere decir que ya has tenido un éxito increíble.
Además, por si sirve de algo, si una importante empresa roba tu idea, seguramente signifique que la compañía ya procuró adquirir tu negocio y tu rechazaste la oferta. Es de suponer que tenías una buena razón para hacerlo. Cualquiera que sea esa razón, quiere decir que estás seguro de que: (A) vas a poder vencerlos; y (B) tener aún más éxito por tu cuenta. Esa es una enorme situación para estar, por eso, toda vez que los emprendedores me preguntan si habrían de estar preocupados de que otras empresas les hurten sus ideas, siempre y en toda circunstancia digo: «No deberían preocuparse por eso. Deberías estar esperándolo».
Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.