La start-up de criptoarte crea una plataforma que contesta el museo y que dejará que el público general pueda «pasear» y conocer las obras. Ya están en conversaciones con el Museo de La Moda para contestar la iniciativa.

Con tecnología blockchain y los NFT (token no fungibles), es que la ingeniero chilena especialista en arte, Rocío Bravo, creó Curo en dos mil veintidos, start-up, que desarrolló un marketplace en línea en el que artistas pueden «colgar» sus piezas digitalizadas para ser exhibidas y compradas por coleccionistas, y que ahora trabaja en crear el primer demo del metaverso del Museo Nacional de Bellas Artes.

Con gemelos digitales, es que están desarrollando el metaverso, en el que «se van a poder visitar las obras, tener visitas guiadas, interaccionar con las piezas, entre otras muchas funcionalidades (…) La idea es que las personas puedan ver los distintos géneros de galerías e interactúes que se pueden hacer en el espacio«, comenta la founder de Curo Art -que es una parte del portafolio de Option Venture Studio-, la que aclara que de momento no han cerrado una coalición oficial con el Museo, mas que prosiguen avanzando en la construcción del demo, que se puede visitar aquí.

“Nuestro diseñador 3D planteó la idea y lo armó superbásico, las persona van a comprender dónde se encuentran ubicadas. Por otro lado, el arquitecto técnico que hizo la fotogrametría de las estatuas, las optimó para montarlas», explica la emprendedora.

Museo de La Moda

En paralelo a esto, el año pasado Curo estrenó la primera galería física y virtual de arte NFT en Chile, con base en eso, su creadora comenta que poco a poco están «luchando y armando» el camino de una tecnología que da muchos beneficios. «La idea es catequizar y que sea entretenido», asevera Bravo.

Asimismo, explica que trabajan en productos para exhibiciones en ambientes públicos. La idea es que «todo el planeta vea la fluidez de este formato que permite ver obras en un edificio y al tiempo en pantalla. Queremos entremezclarnos con otros agentes del medio artístico e industria creativa», asegura.

Por otra parte, la especialista en arte apunta que otra de sus misiones para el primer semestre de dos mil veintitres es evaluar los conceptos para poder subir las compilaciones al metaverso y validarlas comercialmente.

Tras eso, Bravo asegura que procurarán entrar al mercado de las galerías tradicionales, como exhibiciones híbridas en galerías esenciales de la capital. «La idea es que a fin de año, entremos a algo considerablemente más global/público. Nuestra pretensión es montar esa exhibición en el Museo de Bellas Artes para entrar al circuito y enseñar que somos un aporte al arte», asevera y adelanta que, en contraste al Museo de Bellas Artes, ya están en conversaciones con el Museo de La Moda de Santiago, para poder desarrollar el demo y ver posibilidades de explotar comercialmente ese metaverso.