Apoyo ciudadano: Los hogares franceses impulsan la recuperación de Duralex

Apoyo ciudadano: Los hogares franceses impulsan la recuperación de Duralex

En la fábrica de vidrio en La Chapelle-Saint Mesmin, en el departamento del Loira, se está llevando a cabo un ejemplo inspirador de resistencia empresarial en Francia. Con un equipo de poco más de 200 empleados, la emblemática marca de cristalería Duralex está luchando por sobrevivir tras haber entrado en quiebra hace más de un año. Este icónico fabricante de vasos y platos de cristal ha sido parte de las mesas de millones de franceses y también de españoles, un mercado clave para la marca.

Un grito de auxilio

El vínculo emocional que muchos tienen con Duralex llevó a sus trabajadores a unirse y hacer lo que estuviera a su alcance para salvar la empresa. En agosto de 2024, dieron un paso valiente al formar una cooperativa, convirtiéndose en propietarios y presentando un plan de viabilidad ante el tribunal mercantil. Ahora, han hecho un llamado a la sociedad francesa para que apoyen la continuidad de la fábrica.

El 3 de noviembre, lanzaron una campaña de crowdfunding que ha tenido un éxito rotundo. En tan solo 24 horas, más de 21,000 personas se comprometieron a invertir, alcanzando una cifra asombrosa de más de 19 millones de euros, cuando su objetivo inicial era cinco millones. “Sabíamos que el camino sería difícil, pero todos hemos trabajado juntos para revivir Duralex. Ahora necesitamos modernizar la fábrica”, enfatiza François Marciano, el director general de la cooperativa.

Superando adversidades

Marciano fue quien sugirió a sus compañeros de trabajo tomar el control de la situación para evitar que la marca desapareciera. Duralex ha enfrentado años de problemas, en parte por la competencia de fabricantes chinos y la mala gestión de antiguos propietarios. La crisis energética provocada por la invasión rusa a Ucrania fue la gota que colmó el vaso, llevando al cierre temporal de la fábrica.

Los cálculos eran claros: necesitaban 15 millones de euros para mantener la actividad. Marciano propuso que los empleados se convirtieran en propietarios y, con un compromiso político significativo, consiguieron que tanto el alcalde de Orleans como el presidente de la región respaldaran su plan ante el tribunal. La ciudad adquirió la propiedad y la fábrica por seis millones de euros, mientras que la región aportó otro millón y entidades bancarias garantizaban el resto.

La magia de la comunidad

La respuesta de la comunidad ha sido aplastante. “Es asombroso observar el cariño que la gente siente por Duralex, una marca que ha estado presente en tantos hogares en Francia”, destaca Marciano. El crowdfunding ha sido limitado a aportaciones de hasta 1,000 euros para fomentar la participación de todos. Aunque inicialmente solo buscaban cinco millones, las solicitudes han superado los 20 millones, con aportaciones que varían desde 100 hasta 300,000 euros.

Los inversores recibirán títulos que prometen una rentabilidad del 8% anual, a pagar en un plazo de siete años. “La gente está muy comprometida; recibimos mensajes de apoyo desde toda Francia”, añade. La gran mayoría de las ventas de la marca provienen del extranjero, incluido España, donde Duralex goza de gran popularidad.

El futuro de Duralex

Los fondos recaudados se destinarán a la innovación, la compra de nuevas máquinas y la creación de un departamento de marketing para actualizar la imagen de la marca y recuperar parte del mercado perdido. Este año, anticipan alcanzar una facturación de 29 millones de euros, aunque su punto de equilibrio está establecido en 35 millones. “Estamos más cerca, pero aún no estamos a salvo”, reconoce Marciano, quien entró a trabajar en Duralex en 2016, siguiendo los pasos de su abuelo, también soplador de vidrio.

Fundada en 1945 por el grupo francés Saint Gobain, Duralex celebra 80 años de existencia. Frente a la competencia internacional, sus 243 trabajadores defienden el valor del “hecho en Francia”. Su esfuerzo ha tomado la forma de una “aventura popular”, con la esperanza de que los vasos y platos de Duralex continúen siendo parte de las familias durante generaciones venideras.