1.900 millones de euros para sepultar el hacha de guerra con Sinopec. Repsol ha alcanzado este viernes un pacto con el gigante petrolero chino para adquirirle el cuarenta y nueve% de la sociedad conjunta que tienen las dos compañías en el Reino Unido —Repsol Sinopec Resources UK (RSRUK)— y poner así punto y final al pleito que arrastran desde hace unos años. El acuerdo, comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) poco tras el cierre de la Bolsa, va a dar el cien% del control accionarial de RSRUK a la petrolera de España, que tras las ventajas récord cosechados el año pasado y la venta del veinticinco% de sus filiales de exploración y producción y renovables tenía una situación de caja más que boyante.

La operación no va a tener, conforme Repsol, “un impacto significativo” en su cuenta de resultados, puesto que ya había dotado una provisión de ochocientos millones de euros para hacer en frente de los costos derivados del arbitraje con la firma china. Una vez afianzada en sus cuentas la totalidad de la caja que tiene RSRUK, “el impacto neto de flujo de caja para la compañía será de 1.100 millones de dólares (algo menos de 1.000 millones de euros)”, explica en la nota remitida al regulador bursátil. El pacto es estratégico para Repsol, ya que le deja dar por cerrado los frentes legales que sostenía abiertos con Sinopec —aliado suyo en Brasil—, una vez que se cierre la operación, previsto para ya antes de finales de este dos mil veintitres.

El cierre de la operación va a significar la resolución del largo procedimiento arbitral tras la adquisición por la parte de Sinopec de la participación en RSRUK al conjunto canadiense Talisman, más tarde comprado por la petrolera de España. El pleito se remontaba a dos mil quince, cuando Sinopec presentó una demanda relativa a la adquisición del cuarenta y nueve% de las acciones de la firma británica en dos mil doce y los compromisos de inversión que adquirieron al lado de entonces Talisman. Desde entonces, las dos compañías sostenían la disputa abierta, con demandas y contrademandas, con la solicitud por la parte de Sinopec de una indemnización de cinco mil quinientos millones de dólares estadounidenses (unos cinco mil cien millones de euros) por los daños de la inversión comprometida en la sociedad conjunta en Reino Unido que tenía entonces con la canadiense Talisman.

En la conferencia de analistas festejada este jueves para presentar los resultados trimestrales de Repsol, su consejero encargado, Josu Jon Imaz, tendió la mano a “un diálogo abierto” con la firma china, con el propósito “de lograr lo que podría ser un acuerdo justo a este conflicto”. El directivo recordó que se habían dado 3 laudos parciales en este arbitraje, uno conveniente a Repsol, otro desfavorable y un tercero mixto. El objetivo, ha dicho, era “encontrar juntos una solución razonable a esta disputa legal”.

Repsol Sinopec Resources UK con base en Aberdeen, Escocia, cuenta con once instalaciones de producción de crudo en el mar conectadas a cuarenta y ocho campos en el Mar del Norte, treinta y ocho de ellos operados. Además, controla dos terminales en tierra. Su producción diaria actual es de más o menos cuarenta.000 barriles equivalentes de petróleo, de la que el cuarenta% es gas. Con la adquisición de estos activos la compañía dirigida por Josu Jon Imaz avanza en su estrategia de centrar su actividad de exploración y producción en economías avanzadas.

La empresa británica, pronto cien% filial de Repsol, cuenta con proyectos de cara al desarrollo de nueva producción en Claymore, Piper, Shaw y Montrose. Esta producción de petróleo y gas deja aprovisionar a la Unión Europea, cuyo déficit de hidrocarburos se ha visto agravado por la guerra de Ucrania. Esta compañía asimismo desarrolla uno de los primeros proyectos de hidrógeno verde en Reino Unido en la terminal de Flotta (Escocia), y sus instalaciones presentan condiciones atractivas de cara al desarrollo de proyectos de almacenaje de CO₂ online con el impulso que el Gobierno británico pretende dar a esta actividad para transformar al país en un líder tecnológico en este espacio. Además, la compañía estudia el uso de sus instalaciones marítimas para desarrollar proyectos de electrificación de plataformas productoras propias y de terceros, lo que contribuirá a la reducción de la huella de carbono en las actividades de producción de hidrocarburos.

Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal

Mercedes Cruz Ocaña