Segismundo García, el controvertido propietario de las fábricas de cerámica Sargadelos, ha decidido dar un giro inesperado en su trayectoria empresarial. Tras inaugurar recientemente una nueva tienda en Barcelona, ha presentado su dimisión como CEO de las factorías ante el Juzgado de lo Mercantil número 2 de A Coruña. Esta decisión marcan un nuevo capítulo en su lucha constante con las autoridades laborales, después de haber estado al mando de Sargadelos desde 2014, un período en el que intentó rescatar esta emblemática marca de la cultura gallega.
Medidas Drásticas en la Fábrica
García ha informado a su plantilla sobre la implementación de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que comenzará el 27 de este mes y se extenderá hasta el 15 de diciembre. Este ERTE se justifica en la reciente visita de la Inspección de Trabajo, que ha sido una fuente de tensión en sus relaciones laborales. Aunque la medida afecta a la fábrica más antigua, en Cervo, la planta de O Castro, en Sada, queda excluida de este proceso.
En una carta que dirigió al juzgado y a diversos medios, García criticó la actitud de la Inspección de Trabajo, a la que acusó de “altanería” y “chulería”. Asegura que su decisión no responde a un problema económico, ya que Sargadelos se encuentra en una situación financiera estable y en plena expansión.
Antecedentes en el Conflicto
La tensión entre García y la Inspección no es algo nuevo. En abril, un caso de silicosis en algunas trabajadoras desató otro conflicto, aunque en aquel momento optó por enviar a los empleados de vacaciones en lugar de llevar a cabo un ERTE.
Recientemente, tres inspectores visitaron la planta de Cervo para verificar si se cumplían las mejoras de seguridad necesarias. Durante esta visita, García no dudó en describir a los inspectores como “astronautas”, provocando una vez más su respuesta contundente: sugirió ser expropiado para dedicar la fábrica a fines museísticos.
Reacción del Gobierno Gallego
Ante la creciente tensión y el anuncio del ERTE, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, hizo un llamado a la seriedad y el cumplimiento de la normativa laboral. Señaló que su Gobierno intentaría mediar en el conflicto, recordando tareas previas en las que lograron acuerdos.
Mientras tanto, los empleados de producción se encontraron con las puertas cerradas al llegar a su lugar de trabajo. Los del área administrativa y de mantenimiento pudieron ingresar, mientras los de producción firmaron un registro para dejar constancia de su llegada.
Un Futuro Incierto
En su comunicado de dimisión, García refleja su frustración ante la normativa confusa que dificulta el operar de las empresas. Además, justificó la paralización de las actividades en ciertas áreas debido a las advertencias de la Inspección sobre posibles riesgos de salud.
Este nuevo episodio añade un capítulo más a la compleja historia de Sargadelos. Con 78 mujeres y 8 hombres afectados por el ERTE, la situación se vuelve cada vez más crítica, y la falta de representación oficial entre los trabajadores agrava aún más el ambiente laboral. Críticas sobre la gestión de García han surgido, enfatizando desorganización e improvisación en su manera de actuar.
A medida que Sargadelos navega por estas aguas turbulentas, la comunidad espera una resolución que beneficie tanto a los trabajadores como a la tradición cerámica de Galicia.
