La transformación hacia un futuro sostenible en la construcción ya está en marcha. El nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE), con obligatoriedad a partir de 2026, busca descarbonizar el parque edificado para el año 2050. Este ambicioso plan surge como una adaptación de la Directiva sobre Rendimiento Energético de los Edificios, procedente de Bruselas. A partir de 2028, los edificios públicos deberán ser cero emisiones, seguidos por los nuevos construidos en 2030. Además, el parque existente deberá reducir su consumo energético en un 16% para 2030 y entre un 20% y un 22% para 2035. Esto abrirá la puerta a un auge en proyectos de rehabilitación energética.
Un Cambio Necesario en la Construcción
Con el 80% de los edificios en España superando los 40 años y un 82% en las categorías energéticas más bajas, se prevé una gran cantidad de rehabilitaciones. Estas no solo son una respuesta a la obsolescencia, sino también una solución viable a la crisis de vivienda, que requiere unas 600,000 nuevas unidades anualmente, según el Banco de España. La transformación del sector hacia viviendas industrializadas y reformas se enmarca dentro de los principios de ESG (medio ambiente, sostenibilidad y gobernanza).
AEDAS Homes ha estado a la vanguardia desde 2008, apostando por la construcción de casas industrializadas personalizadas. En un entorno controlado, estos hogares se erigen de manera más rápida, utilizando tecnología que evita la uniformidad al escalar módulos, como baños y salones. Esta metodología se aleja de las prácticas tradicionales que aún son mayoritarias y que pueden hacer que una vivienda convencional tarde más de una década en completarse.
Ventajas de la Construcción Industrializada
Con métodos que generan un 30% menos de residuos y disponen de un menor impacto energético, la industrialización en la construcción trae consigo múltiples beneficios. Como resalta José María Quirón de AEDAS, “esta forma de edificación no solo es más limpia, sino que también promueve la economía circular, un aspecto esencial en los proyectos del futuro”. La compañía ya ha entregado 200 viviendas a través de diez promociones, logrando así la fusión de velocidad, sostenibilidad y eficiencia.
Sin embargo, el desafío de la oferta y la demanda persiste. A pesar de que el costo de construir con este método es comparable al de las casas tradicionales, se espera que, con la adopción masiva, los precios se estabilicen y disminuyan a largo plazo.
Adaptación a Nuevos Materiales y Normativas
Con el nuevo CTE, todos los edificios públicos deberán alcanzar emisiones netas cero y estar preparados para la instalación de paneles solares. Además, se requerirá que se diseñen bajo una economía circular, con un control más riguroso sobre consumos energéticos y calidad del aire. Este enfoque también propicia el uso de materiales de bajo impacto, como la madera, que puede reducir hasta en un 60% la huella de carbono en comparación con el hormigón.
A pesar de las promesas de un entorno más sostenible, el sector enfrenta problemas significativos, como la falta urgente de un relevo generacional en la mano de obra y la limitada disponibilidad de suelo en núcleos urbanos. Según Sebastián Molinero, presidente de Andimac, las soluciones deben surgir tanto de nuevas construcciones como de la rehabilitación de infraestructuras existentes.
En resumen, la llegada del nuevo CTE no solo representa un cambio normativo, sino que se erige como una oportunidad única para avanzar hacia una construcción más sostenible y eficiente. Con el tiempo, esta revolución podría ser la clave para resolver diversos problemas del sector y contribuir al bienestar del entorno urbano.
