Las plantas componen más de un ochenta% de la biomasa del planeta, y como el resto seres vivos, son parte de una diversidad que ignoramos en una gran parte. La comunidad científica ha identificado a unas cuatrocientos especies de plantas y probablemente todo el planeta, en algún instante, se haya preguntado: ¿Qué árbol es ese que tengo delante? Las aplicaciones que emplean inteligencia artificial para identificarlas desde fotografías en el terreno se han popularizado, aproximando al público a la naturaleza y la botánica. Sin embargo, la mayor parte no son precisas. Las que mejor marchan acostumbran a tener terminologías muy técnicas, mientras que las más populares fallan frecuentemente.
Un estudio publicado en la gaceta Plos One manifiesta que ciertas aplicaciones populares para identificar a plantas mediante fotografías pueden tener la precisión de solo un cuatro%. Los estudiosos usaron Google Lens, iNaturalist, Leaf Snap, PlantNet, Plant Snap y Seek con el propósito de identificar a treinta y ocho especies de plantas herbáceas en sus hábitats naturales en Irlanda. La conclusión fue que la mayor parte de las apps dieron resultados poco fiables, y hasta la que mejor desempeño tuvo, no superó el ochenta y ocho% de precisión.
En general, las aplicaciones identifican mejor a flores que a hojas por la pluralidad de colores y formas que tienen. Pero iNaturalist, por poner un ejemplo, que tiene una base de datos a nivel global y la cooperación de la National Geographic Society, solo fue capaz de apuntar adecuadamente el tres con seis% de las flores del estudio. Plant Snap identificó con precisión el treinta y cinco con siete % de las flores y el diecisiete con uno % de las hojas. En total, la que mejor puntuó fue Plant Net, con un ochenta y ocho,2% de acierto en las flores. Pese a ello, no ha podido identificar adecuadamente entre un doce% y veinte% de las plantas, poniendo en relieve que aun las aplicaciones que marchan bien precisan mejoras.
Julie Peacock, estudiosa del estudio, destaca que la “ubicación de la flora puede influir en los resultados, ya que algunas son más conocidas que otras. Cuando las aplicaciones utilizan el aprendizaje automático y recopilan información, es probable que los resultados sean mejores en la zona geográfica en la que la aplicación se utiliza con más frecuencia”, explica la maestra anexa de Ecología en la Universidad de Leeds (Reino Unido). Otro inconveniente, afirma el estudio, es que las apps más afirmativas pueden resultar inadecuadas para ciertos usuarios debido a la extensa gama de información y terminología botánica que el público por norma general no acostumbra a estar familiarizado.
Y asimismo es cuestión de la metodología de identificación. Todo cuenta: el sistema de puntuación que se emplea, el de qué manera la aplicación equipara las imágenes mandadas y la calidad de esas fotografías. “En la ciencia ciudadana siempre existe el riesgo de que el público introduzca errores en los datos. Sin embargo, es una forma excelente de obtener una gran cantidad de información. Las aplicaciones con fotos de plantas verificadas por botánicos expertos pueden tener menos errores, pero generar un conjunto de datos tan grande sería muy difícil”, agrega.
Pese a ello, los estudiosos arguyen que esas aplicaciones tienen un enorme potencial para aproximar el público al gran cosmos de las plantas y de la naturaleza y la gente debe continuar empleándolas. Pero lo más esencial es “no limitarse a aceptar las sugerencias, sino consultar y comprobar cuál es la respuesta correcta más probable”, especifica Peacock. Principalmente, si la planta en cuestión puede ser tóxica o perjudicial.
Entre los peligros de tener una identificación equivocada, podría ser una situación en que una persona se depara [mejor “encuentra”] con una supuesta yerba comible y decide probarla, mas que realmente se trata de una venenosa; o si se identifica como una planta invasora, mas se trata de una especie bajo riesgo de extinción. Por lo que es esencial contrastar la veracidad ya antes de tocarlas, arrancarlas o comerlas. “Yo animo a la gente a utilizarlas para aprender más sobre la vegetación local”, sigue la maestra.
Arbolapp, la versión de España para árboles
La aplicación Arbolapp, creada por miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Real Jardín Botánico (RJB), deja identificar a ciento veintidos especies de árboles silvestres presentes en España, que incluyen a los autóctonos y los no autóctonos que medran de forma natural en el territorio. Los arbustos y las especies cultivadas en terrenos agrícolas quedan de fuera el inventario. Eduardo Actis, organizador del proyecto, explica que jamás han “pretendido abarcar todas las plantas del mundo”, sino permitir a que los españoles pudieran identificar cualquier árbol que se halle delante. Y sencillamente.
La aplicación no precisa de conexión con internet para marchar, lo que facilita su utilización en ambientes naturales apartados. La identificación se hace mediante una busca guiada, en la que el usuario va respondiendo a preguntas sobre la manera de las hojas, su número o su tamaño. También se puede hacer una busca abierta, por el territorio donde se halla, por el nombre común o científico, o peculiaridades tal y como si tiene flores, frutos u olores. “Sin darte cuenta, aprendes a observar los árboles, a diferenciar sus caracteres e incluso a emplear una terminología precisa para hacerlo”, sigue.
El responsable de comunicación considera que las aplicaciones de reconocimiento de imágenes son realmente útiles y tienen la virtud de que incluyen un elevado número de plantas, por lo que son herramientas complementarias. “Si quieres aprender algo sobre árboles ibéricos o canarios mientras los identificas, Arbolapp sigue siendo la mejor opción”, concluye.
Como las plantas no comprenden de fronteras, en dos mil diecisiete el equipo asimismo inauguró a Arbolapp Canarias, pues la vegetación del archipiélago tiene poco que ver con la peninsular. Felipe Castilla, biólogo botánico del RJB y autor del contenido textual y gráfico de Arbolapp, cuenta a Forbes Hispano que cada una de las especies tiene una ficha informativa “bastante exhaustiva”, que incluye la ecología, los usos, curiosidades y anécdotas y si están protegidas por ley. También detallan si la planta es tóxica o venenosa, en contraste a muchas de las aplicaciones que solo presentan la nomenclatura.
De las prácticamente cuatrocientos especies de plantas conocidas por la ciencia, ciertas son morfológicamente muy similares o tienen peculiaridades bastante difíciles de ser reconocidas en una fotografía, como la presencia de pelos. “Está claro que las aplicaciones se irán mejorando, pero dudo que lleguen a ser perfectas, del mismo modo que incluso los mejores botánicos cometen errores y conocen ciertas floras mejor que otras”, matiza la especialista de la Universidad de Leeds.
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Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.