En 1986, Anne, una administrativa, observa cómo una computadora IBM se instala en su escritorio. En menos de un año, se encuentra sin empleo. Cuatro décadas después, Natalie, gestora de redes sociales, ve cómo ChatGPT redacta el contenido que ella solía crear. Sin embargo, su despido podría llegar antes de lo que imagina.
La amenaza de la IA en el empleo femenino
Un reciente informe de Microsoft ha despertado alarmas al identificar 40 ocupaciones en alto riesgo de ser reemplazadas por la inteligencia artificial. Entre estas se encuentran puestos como representantes de ventas, traductores y correctores, destacando la posibilidad de una crisis inminente en el sector administrativo.
Aun así, una pieza clave del rompecabezas parece haber pasado desapercibida: esta disrupción afectará de manera desigual a los géneros. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, las mujeres representan aproximadamente el 60% de las ocupaciones mencionadas, lo que plantea preguntas sobre cómo la IA impactará de forma desproporcionada en sus empleos.
Historias del pasado ilustran esta transformación. Durante la revolución informática de los 80, muchas mujeres que perdieron su trabajo como secretarias o operadoras de datos no lograron reintegrarse al mercado laboral, frecuentemente asumiendo empleos menos remunerados o abandonando sus carreras. De hecho, un análisis de la BLS reveló que las mujeres tenían el doble de probabilidades que los hombres de salir del mercado laboral tras ser desplazadas.
Preparándose para un futuro incierto
Dado que las mujeres ya enfrentan desventajas económicas (ganan menos, poseen menos y se jubilan con pensiones más bajas), es esencial que los responsables de políticas se anticipen a los efectos de la IA en sus empleos. La implementación de medidas mitigadoras es, por lo tanto, prioritaria.
No obstante, no todas las trabajadoras se verán igualmente afectadas. Aquellas que logren adaptarse y adquirir habilidades relacionadas con la IA han demostrado obtener mejores resultados en el pasado.
El Barómetro Global de Empleos de IA 2025 de PwC revela que los trabajadores con formación en IA reciben salarios un 56% más altos en comparación con aquellos que no poseen dichas habilidades, un incremento notable respecto al 25% del año anterior. Esta diferencia genera una urgencia en capacitar a las mujeres para que puedan competir en el nuevo entorno laboral.
Desigualdad en el uso de la tecnología
Aunque actualmente el uso de herramientas como ChatGPT es casi equitativo entre hombres y mujeres, la situación cambia en el ámbito laboral. Una encuesta muestra que el 36% de los hombres utilizan IA generativa diariamente en su trabajo, frente al 25% de las mujeres. Además, el 47% de los hombres se siente seguro utilizando esta tecnología, mientras que solo el 39% de las mujeres comparte este sentimiento.
Este desfase puede atribuirse tanto al escepticismo que muestran muchas mujeres hacia la IA como a la falta de oportunidades que enfrentan. Las empresas están invirtiendo más en capacitar a sus empleados masculinos en IA, así lo indica una encuesta de Randstad, donde el 41% de los hombres reporta tener acceso a aprender sobre IA, en contraste con el 35% de las mujeres.
Un llamado a la responsabilidad
Las empresas necesitan cuestionar sus políticas: ¿Quiénes tienen acceso a las herramientas de IA? ¿Quiénes reciben formación? Ignorar estas preguntas podría tener repercusiones legales, ya que políticas que sistemáticamente afectan a las mujeres podrían considerarse discriminación.
En un panorama global donde la inteligencia artificial tiene el potencial de alterar el empleo, es vital que las cuestiones de género estén en el centro de las decisiones políticas y empresariales. Esto no solo es correcto desde una perspectiva ética, sino que también es inteligente desde el punto de vista estratégico: ganarse el apoyo de las votantes es crucial en audiencias cada vez más polarizadas.
En conclusión, asegurarse de que las mujeres no sean las más afectadas por el desplazamiento laboral debido a la IA no solo es una obligación moral. Es una decisión empresarial inteligente que beneficiará a la sociedad en su conjunto. Después de todo, hay muchas personas como Natalie en el mundo laboral de hoy.
