Banca exige certificados verdes para financiar inmuebles: un nuevo estándar en la industria

Banca exige certificados verdes para financiar inmuebles: un nuevo estándar en la industria

El futuro de la sostenibilidad en el sector inmobiliario

El concepto de sostenibilidad en el ámbito inmobiliario ha dejado de ser considerado una mera tendencia o un lavado de imagen. Según un estudio de CBRE, un asombroso 71% de las entidades financieras en Europa se niegan a financiar propiedades que no cuenten con una calificación sostenible. Esta nueva realidad surge como una respuesta a la necesidad de proteger el valor de los activos en un entorno cada vez más exigente en términos de eficiencia energética y sostenibilidad.

La perspectiva de los financieros

El informe de CBRE, que abarca a 143 bancos y fondos de inversión activos en la financiación inmobiliaria, revela que algunas entidades están aplicando descuentos en sus créditos verdes. Estos van de cinco a 20 puntos básicos para proyectos que cumplen con estándares ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza). Leyre Echevarría, directora sénior de ESG en CBRE, enfatiza que los financiadores buscan evitar riesgos que podrían afectar su exposición a activos no sostenibles. Entre estos se encuentran los riesgos de transición, donde los inmuebles podrían no cumplir con regulaciones futuras sobre sostenibilidad, y los riesgos físicos, derivados de fenómenos climáticos cada vez más frecuentes. La falta de sostenibilidad no solo podría desvalorizar los activos, sino también dificultar su atractivo para potenciales inquilinos.

Jaime Cano, socio en Alantra Private Debt, refuerza esta visión al afirmar que “los activos que no son sostenibles tienden a perder valor rápidamente y presentan un mayor riesgo regulatorio”. Esta integración de criterios de sostenibilidad en la evaluación de riesgos es fundamental en las operaciones de deuda inmobiliaria de la firma.

Un mercado en crecimiento

Las cifras de Alantra indican que el mercado de nueva financiación en España se mueve entre los 20,000 y 25,000 millones de euros anuales. De este total, entre 4,000 y 5,000 millones corresponden a activos terciarios, como oficinas y hoteles, mientras que cerca de 20,000 millones se destinan a crédito promotor residencial que permite a las inmobiliarias realizar sus proyectos.

Según Julián Bravo, encargado del sector inmobiliario en ING, “estamos presenciando una tendencia en plena expansión; nuestros clientes demandan préstamos sostenibles”. Echevarría señala que el sector bancario está avanzando hacia una integración más profunda del riesgo climático, aunque aún existen entidades en distintas etapas de desarrollo en cuanto a sus estrategias.

Qué define a un inmueble sostenible

La pregunta entonces es: ¿qué criterios convierten a una propiedad en sostenible? Según Bravo, las regulaciones y las iniciativas privadas juegan un papel crucial. La taxonomía europea ofrece un marco fundamental, complementado por certificaciones reconocidas como Breeam y Leed. Estas iniciativas no solo permiten a las entidades clasificar los activos, sino que también promueven un sector más responsable.

Cano, de Alantra, admite que esta rigurosidad puede limitar el número de activos financiables, pero a su vez mejora la calidad del riesgo y lo alinea con lo que buscan los inversores institucionales.

Ejemplos de financiación verde

Este año ha visto movimientos significativos en financiación verde. Colonial SFL, por ejemplo, realizó dos emisiones de bonos verdes: una en septiembre por 800 millones de euros y otra en enero por 500 millones, ambas destinadas a financiar proyectos sostenibles. Alantra también destaca que dos de cada tres préstamos en el sector inmobiliario que han gestionado son ahora “verdes”.

Bravo comparte una perspectiva similar, resaltando que “la financiación de activos sostenibles presenta una oportunidad singular para entidades que priorizan la sostenibilidad”. El compromiso de ING en este ámbito ha dado como resultado la financiación de 1,200 millones de euros en proyectos sostenibles en España hasta el tercer trimestre del año.

Finalmente, el interés en activos logísticos y hoteleros sigue en aumento, ofreciendo oportunidades de inversión atractivas en un panorama que, sin duda, se encuentra en evolución hacia la sostenibilidad.