Fuera autocomplacencias. El Día Mundial del Emprendimiento es una data señalada en el calendario que, para el CEO de Startup Wise Guys, Cristóbal Alonso, no debe transformarse en disculpa a fin de que el ecosistema de España se regocije en aquello que ha conseguido en los últimos tiempos. Muy a la inversa.
El máximo responsable de la aceleradora con sede en Estonia -una de las más relevantes en Europa en B2B- reconoce la transformación del emprendimiento de España en los últimos tiempos, mas lamenta que no haya alcanzado aún el sitio que le toca conforme con la formación de su talento y la calidad de sus proyectos.
Sus mensajes, incómodos para ciertos, se han plasmado en su libro La incómoda verdad sobre el éxito en las start-ups, escrito al lado de Stoyan Yankov.
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D+I charla con Cristóbal Alonso en una efeméride como la que se memora este dieciseis de abril para conocer sus recetas frente a la incertidumbre y cuáles habrían de ser esas estrategias que, en una coyuntura de crisis como la presente, asistan a las start-ups españolas a conquistar el espacio que, a su juicio, merecen y aún no acumulan.
Y el mensaje es claro: «hay que aprovechar esta coyuntura de menor actividad -no estamos ni en medio del maratón, quien no tenga un año de caja, va a padecer- para repensar los proyectos ni hacer contactos, esos a los que cuando la actividad está al cien% es bastante difícil dedicarles tiempo».
2022 fue un año bastante difícil a fin de que las start-ups consiguieran la financiación precisa, ¿de qué manera prevé que se comporte este año?
Hasta el cuarto trimestre no va a haber importantes cambios. Desde septiembre el nivel de interactúes cambiará y en el cuarto trimestre del año empezaremos a ver un repunte de volumen de inversión. dos mil veintitres va a ser un año más duro que dos mil veintidos.
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No hemos pasado ni la mitad del maratón. Otra cosa es que cuando comienzas a ver la meta y te dan agua, comienzas a conmoverte. Pensar que estamos hoy día en la segunda una parte del maratón es ser demasiado optimista. Es esencial trasmitir ese mensaje que no es fatalista, sino más bien realista: aún queda.
Hay que continuar soportando, no conmoverse por el hecho de que igual aún no entra financiación como se querría. Las start-ups deben tener caja para soportar hasta el primer o segundo trimestre de dos mil veinticuatro, mínimo.
¿Qué pueden hacer las start-ups a lo largo de esta larga travesía por el desierto para subsistir y salir mejor posicionadas una vez la situación revierta?
Lo primero en contar con una situación de caja realista. No ajustar en un instante en que puedas quedarte sin dinero. El desarrollo, en este contexto, es menos esencial que la supervivencia.
Después, aprovecha este tiempo de baja intensidad para repensar. En la start-up se anda corriendo todo el tiempo. Ahora es el instante de parar, meditar, pivotar… Se pueden reconsiderar ciertas cosas y dar un mensaje de largo plazo a tu equipo; fortalecer la cultura de empresa, la estrategia.
Y, asimismo, fundamental, es la ocasión ideal para comprender lo que tienes en casa, dar ocasiones al equipo, que prueben otros puestos… Y no solo para reconsiderar este talento dentro, sino más bien asimismo para tomarse los cafés que después, con el trajín del día a día, jamás tienes tiempo.
Para subsistir a esta travesía la start-up debe contar con una situación de caja realista y aprovechar este tiempo de baja intensidad para repensar y robustecer la cultura de empresa
Es la hora de sentarse con esos contactos que después puedan fructificar.
¿De qué forma valora, por su visión desde fuera de este país, la evolución del ecosistema emprendedor de España en los últimos tiempos?
Queda mucho por hacer. Pero hay un medio de proliferación bien interesante. Cada vez hay más talento joven que piensa que edificar una start-up es una carrera, que ser emprendedor -que es diferente que empresario- tiene una mejor aceptación social.
Antes no, ya antes se emprendía cuando no se tenía trabajo o tras trabajar en una enorme consultora; ahora esos jóvenes ya contemplan dedicarse al emprendimiento desde el principio.
Antes se emprendía cuando no se tenía trabajo o tras pasar por una enorme consultora; ahora los jóvenes ya contemplan dedicarse al emprendimiento desde el inicio
Cada vez hay más jóvenes que comprenden que este nivel de talento, de libertad, de innovación solo se puede conseguir si eres emprendedor. Esa es la parte buena. Además, el talento emprendedor en España existe y no es costoso, de manera comparativa con el resto de Europa.
¿Y la parte menos positiva o mejorable de ese talento emprendedor de España?
El inglés. Seguimos teniendo un hándicap brutal. Esperaba que las nuevas generaciones estarían mucho mejor, mas de manera comparativa con mercados medianos estamos aún fatal.
Y no lo veo solo en las start-ups, sino más bien asimismo en los inversores españoles. La mayoría no habla inglés. Y de súbito la start-up en la que han invertido comienza a charlar bien, empieza a charlar con fondos extranjeros y no se enteran bien de todo… Hay que madurar, salir de la zona de confort.
Creo que el ecosistema emprendedor de España está más atrás de lo que se quiere dar a comprender si nos equiparamos con dónde habríamos de estar por el tamaño del país y el talento que hay
También encuentro que falta cooperación entre los ecosistemas, demasiada rivalidad entre los polos de generación de innovación, y se debería bogar más en exactamente la misma dirección, trabajar más de forma conjunta.
Además, en España hay pocos fondos pre-seed, creo que sí los hay para las fases más avanzadas, mas en estas etapas más tempranas de las start-ups faltan fondos para cubrir la demanda de financiación de estas compañías.
Por lo tanto, ¿en el cómputo entre lo negativo y lo positivo, con qué saldo se queda?
Soy optimista, mas creo que el ecosistema emprendedor de España está más atrás de lo que se quiere dar a comprender, si nos equiparamos con dónde habríamos de estar, con el tamaño del país y el talento que tenemos.