La avellana: Pilar de la gastronomía italiana en crisis
La avellana se erige como la joya de la agricultura italiana, un ingrediente fundamental en la exquisita repostería del país. Su importancia va más allá de un simple fruto: es la esencia de productos icónicos como la famosa Nutella, la gianduja piamontesa, y una variedad de dulces que adornan la tradición gastronómica italiana.
La crisis que sacude la industria dulce
En un país donde el sabor es símbolo de identidad, este pequeño tesoro está enfrentando una crisis sin precedentes que afecta a toda la robusta industria del dulce, uno de los emblemas del made in Italy. Tanto gigantes como Ferrero, reconocida por productos icónicos como Nutella y Kinder, como los pequeños talleres artesanales que elaboran bombas de sabor como los gianduiotti y los baci di dama, dependen de un suministro fiable y de calidad de avellanas. Sin embargo, factores económicos, climáticos y estructurales han desencadenado lo que ya se denomina «la crisis de la avellana».
Las cifras son preocupantes: las asociaciones de agricultores han señalado un desplome de entre el 40% y el 50% en la cosecha de este año. Los primeros datos, tras una recogida que está llegando a su fin, indican que la producción total podría alcanzar solo 70,000 toneladas, muy por debajo de la media habitual de 120,000 toneladas. La Confederación Italiana de Agricultores (CIA) apunta que el devastador resultado se debe a la pérdida de 95,000 hectáreas de avellanos, causada por plagas y el cambio climático, que trajo consigo un invierno inusualmente cálido, fuertes lluvias en primavera y una sequía severa en junio. “En julio, empezamos a ver caer las avellanas vacías, y de un rendimiento normal de 20 quintales por hectárea, ahora solo recogemos cinco”, comparte la productora Daniela Ferrando.
Impacto económico y alternativas
La situación se torna crítica para Italia, el segundo productor mundial de avellanas. Este drástico descenso en la producción ha provocado un aumento en los precios; actualmente, el quintal se cotiza por encima de los 500 euros, comparado con los 400 euros del año pasado. Según la Cámara de Comercio de Alessandria, el valor ronda los 14 euros por punto de rendimiento, un incremento notable desde los 7 euros de 2023.
La crisis no se limita a Italia; Turquía, el primer productor del mundo, también vive un panorama similar. Las heladas primaverales han reducido su cosecha en un 33%, de 750,000 toneladas a menos de 500,000. La multinacional Ferrero, que consume más avellanas que nadie, ha suspendido la compra a Turquía ante el aumento de precios y ha comenzado a diversificar sus suministros, buscando alternativas en países como Chile y Estados Unidos.
La inquietud de un sector en riesgo
Ante esta situación crítica, los actores del sector temen que se esté gestando una tormenta perfecta. Con la campaña navideña a la vista, la posibilidad de que el mercado de la avellana se desplace hacia otros continentes está levantando preocupaciones en el sector. El impacto de un cambio así podría ser colosal, afectando toda la cadena de valor.
Para Italia, la gastronomía no solo es un patrimonio cultural indispensable, sino un motor económico fundamental. Este sector representa cerca del 20% del PIB nacional y actúa como una herramienta de diplomacia que muestra las virtudes del estilo de vida italiano, atrayendo a millones de visitantes atraídos por su excepcional cocina y vinos. La comida ocupa un lugar central en la vida cotidiana del país, sirviendo como un pilar de la narrativa de la excelencia del made in Italy, junto con la moda, el diseño y la cultura.
Con la avellana en crisis, la industria dulce se enfrenta a un futuro incierto que podría reconfigurar el panorama gastronómico italiano.
