El conflicto entre la Unión Europea y China en torno al fabricante de microchips Nexperia parece estar tomando un rumbo positivo. El primer ministro de los Países Bajos, Dick Schoof, afirmó recientemente en la cumbre climática de Brasil que China está lista para reanudar el suministro de semiconductores desde sus plantas en ese país asiático. Esta decisión podría ser la solución a una crisis que ha impactado de manera severa a la industria automotriz europea, que ya enfrenta desafíos por la intensa competencia de las empresas chinas y los aranceles impuestos durante la administración de Donald Trump.
La crisis se originó a finales de septiembre, cuando los Países Bajos decidieron intervenir en Nexperia. Sin embargo, las tensiones comenzaron mucho antes, en 2024, cuando Estados Unidos incluyó a Wingtech, la firma china propietaria de Nexperia, en una lista negra comercial. Esta situación se complicó en septiembre, cuando Washington amplió dicha lista para incluir empresas donde Wingtech tiene participación mayoritaria, obligando al Gobierno neerlandés a tomar medidas drásticas. Esto llevó a la destitución del CEO de Nexperia, Zhang Xuezheng, señalado por el Gobierno estadounidense.
Como consecuencia inmediata, China interrumpió el envío de chips, cruciales para numerosas empresas automotrices y sus proveedores, como Bosch, que debió reducir sus horas de trabajo debido a la falta de suministros. Volkswagen, cliente de Nexperia, también se enfrentó a la necesidad de buscar nuevas opciones para evitar paradas en sus líneas de producción.
Schoof destacó que la recuperación del suministro es alentadora, especialmente para los fabricantes de automóviles alemanes. “Aún no sabemos con qué rapidez se podrá cumplir con la producción, pero este es un mensaje importante”, comentó, subrayando el interés de Alemania en esta situación.
Sin embargo, las afirmaciones de Schoof fueron desmentidas por un portavoz del ministerio chino de Comercio, quien advirtió que los Países Bajos aún no han tomado medidas concretas que respeten los derechos de las empresas chinas. Pekín ha solicitado a La Haya que avance más allá de la retórica y presente soluciones reales, abriendo la puerta a negociaciones directas para solucionar la crisis.
La UE mantiene la esperanza de resolver el conflicto en los próximos días, especialmente tras el reciente acuerdo entre China y Estados Unidos para reducir las restricciones sobre la exportación de tierras raras y tecnología. Este acuerdo no solo beneficia a la relación bilateral, sino que también tiene un impacto significativo en la cadena de suministro de Europa.
El desenlace de esta situación no solo será crucial para el sector automotriz, sino que marcará el rumbo futuro de las relaciones comerciales entre Europa y Asia. A medida que se busca poner fin a esta crisis, el enfoque en la cooperación y el diálogo será fundamental para estabilizar el mercado de semiconductores a nivel global.
