Con la boca pequeña, con algo de temor, cruzando los dedos y advirtiendo una y otra vez sobre posibles espectros, peligros y retos, mas los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) piensan que la tormenta ha amainado. La inestabilidad financiera está “contenida”, afirma Pierre Olivier Gourinchas, consejero económico y directivo de análisis. “No es 2008″, asegura Tobias Adrian, consejero financiero, en referencia al año que se desató la crisis financiera global que provocó la Gran Recesión.
Las turbulencias por la crisis de Silicon Valley Bank y Signature Bank en Estados Unidos y de Credit Suisse (la primera entidad sistémica global que cae desde la crisis financiera) en Europa son una mala noticia. No hay duda de que han tenido un impacto sobre las condiciones financieras, y el FMI cree probable que lastren el crecimiento, pero los escenarios más dramáticos no se han materializado. “La respuesta contundente de las autoridades para atajar los riesgos sistémicos ha aplacado el nerviosismo del mercado”, apunta el FMI en su Informe sobre la estabilidad financiera mundial presentado este martes en Washington.
Según el FMI, la cuestión esencial a la que se encaran los inversores y las autoridades es si estos hechos recientes son un prólogo de más tensión sistémica que probará el sistema de finanzas mundial, una suerte de canario en la mina, o sencillamente una manifestación apartada de las contrariedades que provoca el endurecimiento de las condiciones monetarias y financieras tras más de diez años de rebosante liquidez.
El FMI destaca que el sistema de finanzas es más sólido y resistente merced a los cambios regulativos aprobados desde la precedente crisis financiera, mas hay preocupación sobre las debilidades de ciertas entidades y sobre la banca en la sombra.
Los peligros han aumentado con la veloz subida de las clases de interés para contener la inflación. En Wall Street diríase que la Reserva Federal sube las clases hasta el momento en que rompe algo. “Históricamente, estas fuertes subidas de tipos por parte de los bancos centrales suelen ir seguidas de tensiones que dejan al descubierto las fallas del sistema financiero”, mantiene más académicamente Tobias Adrian. La depreciación del peso mexicano, la crisis asiática, el estallido de la burbuja tecnológica, el colapso del fondo LGTM o la crisis de las hipotecas basura son ciertos ejemplos.
Diferencias con la Gran Recesión
Pero conforme mantiene el consejero financiero del FMI, si bien las turbulencias bancarias han aumentado los peligros para la estabilidad financiera, sus raíces son esencialmente diferentes de las de la crisis financiera mundial. “Antes de 2008, la mayoría de los bancos estaban lamentablemente infracapitalizados según los estándares actuales, poseían muchos menos activos líquidos y estaban mucho más expuestos al riesgo de crédito”, mantiene Adrian, que agrega que, además de esto, había una excesiva transformación de los vencimientos y del peligro de crédito del sistema de finanzas por norma general, un alto grado de dificultad de los instrumentos financieros y activos de peligro financiados con préstamos en un corto plazo. Los inconvenientes que empezaron en ciertos bancos se extendieron de manera rápida a firmas financieras no bancarias y otras entidades por medio de sus interconexiones.
Las recientes turbulencias son diferentes, prosigue el encargado de mercado de capitales del FMI. El sistema bancario dispone de considerablemente más capital y financiación para hacer en frente de alteraciones desfavorables, se han desarticulado las entidades fuera de cómputo y se han frenado los peligros crediticios merced a una normativa más rigurosa siguiente a la crisis. Lo que ha ocurrido ha sido un choque entre la fuerte y veloz subida de las clases de interés y unas entidades de finanzas en veloz desarrollo que no estaban listas para esa subida.
El FMI mantiene que las condiciones financieras se han embrutecido menos de lo que cabía aguardar al empezar la tormenta. Aunque las cotizaciones bancarias han caído, la Bolsa apenas se ha visto perjudicada y los ligeros incrementos de los diferenciales de crédito de ciertas empresas se han visto compensados por la caída de géneros de interés en los mercados. Los inversores han dado por hecho que va a haber menos ascensos de tipos oficiales, que estas turbulencias van a hacer una parte del trabajo a los bancos centrales. El Fondo informa de que si ese escenario no se cumple y la inflación se resiste a bajar, puede haber nuevas subidas de tipos que cojan por sorpresa a los inversores.
“Deben abordarse de inmediato las deficiencias en materia de vigilancia, supervisión y regulación”, mantiene el Fondo, en lo que semeja sobre un recado a Estados Unidos, mas que se extiende a otros muchos países. Para contener los peligros para la estabilidad financiera, es esencial contar con requisitos mínimos de capital y de liquidez convenientes, aun para entidades más pequeñas que, individualmente, no se consideran de relevancia sistémica.
Las reglas prudenciales deben asegurar que los bancos cuenten con capital para hacer frente al peligro de género de interés y para resguardarse de pérdidas ocultas que podrían materializarse ásperamente en el caso de shocks de liquidez, mantiene el organismo.
En todo caso, si las contrariedades del ámbito financiero tuviesen graves repercusiones en el conjunto de la economía, los responsables políticos podrían tener que ajustar la orientación de la política monetaria para respaldar la estabilidad financiera. En ese supuesto, afirma el Fondo, deberían comunicar meridianamente su determinación de regresar a situar la inflación en la meta a la mayor brevedad, una vez que reduzcan las tensiones financieras.
El FMI ve otra lección que sacar de las recientes turbulencias financieras: que la financiación puede desaparecer de manera rápida en la mitad de una pérdida extendida de confianza. Un cambio en los patrones de depósitos de las diferentes entidades podría acrecentar los costos de financiación, y con esto limitar su capacidad para entregar crédito a la economía.
“Las recientes turbulencias bancarias también han demostrado la creciente influencia de las aplicaciones móviles y las redes sociales en la difusión de repentinas asignaciones de activos financieros. Las retiradas de depósitos se propagaron por todo el mundo a la velocidad del rayo, lo que podría indicar que en el futuro las tensiones bancarias podrían propagarse con mayor rapidez y ser menos predecibles”, agrega Adrian.
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Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.