Es un gigante silencioso. Vale más de veinte millones de dólares estadounidenses en Bolsa y cuenta con cinco mil quinientos clientes del servicio en el mundo entero, entre aquéllos que se hallan ciertos primordiales conjuntos del Ibex treinta y cinco. Su fuerte es aconsejar en el desarrollo tecnológico de las compañías, en especial en todo lo relacionado con la digitalización. La asesora canadiense CGI nació hace cuarenta y seis años y durante su historia se ha experto en medrar a través de adquisiciones: ha comprado más de setenta contrincantes. Su creador —fue asimismo consejero encargado hasta 2006— es Serge Godin (Saguenay, Quebec, mil novecientos cuarenta y nueve), uno de los hombres más ricos del país de Norteamérica, con una fortuna, conforme Forbes, de dos mil setecientos millones de dólares estadounidenses.
Godin es el prototipo de hombre de negocios hecho a sí mismo. Nació en una familia de 9 hermanos. Siendo aún un pequeño, empezó a cooperar en el molino de su padre. El negocio padeció daños irreparables a causa de un incendio y debió aprender a buscarse la vida. “Los cuatro hijos mayores tuvimos que contribuir en la economía familiar. Trabajé en un supermercado por las tardes y en una tintorería los fines de semana. Fue una experiencia muy formativa”, contó en una entrevista que concedió a Radio-Canada. Se diplomó en Informática y Administración de Empresas. Al acabar los estudios, comenzó a trabajar como asesor. Ahorró cinco mil dólares estadounidenses canadienses con los que creó CGI en el sótano de su casa en Quebec. Tenía veintiseis años. Obtuvo su primer contrato del Ministerio de Asuntos Sociales de la provincia canadiense francófona para desarrollar sistemas de información. En esos instantes iniciales, contó con el apoyo de André Imbeau, un amigo de la niñez, quien pronto se sumó al proyecto. Un punto de cambio para la asesora llegó cuando recibió el encargo de arrancar un plan para informatizar la universidad local. Desde ese instante, Godin e Imbeau comenzaron a ganar contratos a lo largo de la próxima década.
Jean-Luc Geha, maestro en la Escuela de Altos Estudios Comerciales de Montreal, piensa que CGI empezó su andanza en el instante conveniente. “Hoy parece extraño decirlo, pero la informática en los años setenta era vista como misteriosa, complicada. Los directivos de las empresas no sabían cómo proceder y la competencia en el ramo era muy poca”, arguye. El siguiente paso en la historia de desarrollo de CGI se fundamentó en una insaciable carrera de adquisiciones. La primera muesca en el revólver fue la adquisición de BST; la transacción fue financiada a través de la ampliación de capital con la que salió a Bolsa en Canadá. Dicha adquiere dejó a Godin ampliar sus servicios a negocios como la integración de sistemas y la externalización informática. En mil novecientos noventa y ocho, CGI efectuó otro movimiento de relevancia al fusionarse con Bell Sygma (filial de Bell Canada). Ese mismo año empezó a cotizar asimismo en la Bolsa de Nueva York. En dos mil cuatro adquirió American Management Systems, doblando su tamaño en el mercado estadounidense, triplicándolo en Europa y llegando a Australia. Ocho años después hizo lo propio con la británica Logica, lanzando aún más a la compañía en el mercado europeo.
La compañía no ha pisado el freno de las adquisiciones. En dos mil veintidos efectuó 5 transacciones de esta clase (con una inversión próxima a los cuatrocientos cincuenta y nueve millones de euros). Los directivos apuntan que la prioridad está puesta en acrecentar la profundidad en todos y cada mercado donde ya están presentes ya antes de saltar a otros países. Entre el rosario de operaciones que ha firmado la asesora hay una en España. “Nuestro deseo de seguir expandiéndonos en el sur de Europa, concretamente en España, así como en América Latina, se vio impulsado con la adquisición de Cognicase Management”, mantiene Laurent Gerin, presidente de la compañía para el sur de Europa.
Presencia en España
Cerca de la mitad de los clientes del servicio de CGI en España pertenecen al Ibex treinta y cinco. Asimismo, el centro que tiene la compañía en Bogotá desempeña un papel primordial en su estrategia global. Actualmente, la firma canadiense cuenta con más de dos mil consultores en 8 urbes españolas y en América Latina. El maestro Geha resalta que el modelo de negocio de la compañía, basado en la expansión internacional, ha sido muy efectivo: “Ha llevado su saber hacer a otros lugares, pero lo ha hecho mediante la compra de empresas locales que conocen bien las características de cada país”.
CGI consiguió ingresos por doce y ochocientos setenta millones de dólares estadounidenses canadienses (unos nueve mil doscientos millones de euros) en su año fiscal 2022; un desarrollo del seis con uno% con respecto al ejercicio precedente. El beneficio neto se situó en mil cuatrocientos setenta millones de la divisa canadiense, lo que supone un aumento interanual del siete con uno%. Las perspectivas para dos mil veintitres son igualmente buenas. La compañía presentó el 1 de febrero los resultados del primer trimestre del ejercicio fiscal 2023: tuvo ingresos por tres mil cuatrocientos cincuenta millones de dólares estadounidenses canadienses (un once con seis% más) y ganó trescientos ochenta y dos millones, una mejora del cuatro con uno% sobre exactamente el mismo periodo del año precedente.
“Nuestras inversiones en curso siguieron aportando valor para todos nuestros grupos de interés. Un aspecto que me gustaría destacar es nuestra sólida posición como socio de confianza para las prioridades de digitalización de los clientes”, señaló a lo largo de la presentación de las cuentas trimestrales George D. Schindler, presidente y consejero encargado de CGI. El hambre por medrar de forma inorgánica no se ha harto. “La fragmentación del mercado de servicios informáticos sigue siendo alta, lo que nos brinda muchas oportunidades de crecimiento mediante fusiones o adquisiciones”, agregó Schindler. De hecho, la compañía cuenta con una liquidez cercana a los mil millones de dólares estadounidenses canadienses para esta clase de transacciones en dos mil veintitres.
Jean-Michel Baticle, directivo de operaciones de CGI, resalta que la compañía cuenta con “más de 46 años con las mejores prácticas y marcos de trabajo probados para garantizar la entrega de proyectos de alta calidad y seguridad”. Esta estrategia, considera, deja a sus consultores “maximizar el tiempo dedicado a los clientes para apoyar e innovar”. En opinión de Baticle, se trata de “priorizar las eficiencias operativas y generar ahorros de costes para financiar y acelerar inversiones en digitalización, incluyendo iniciativas cruciales de modernización”.
La firma canadiense emplea a unas noventa personas en unos cuarenta países. Su cuartel general está en Montreal. Godin ya no ejercita funciones ejecutivas, si bien prosigue encargándose de regular el consejo de administración, órgano que su hija, Julie Godin, copreside desde dos mil veinte. Divya Goyal, analista de Scotiabank, resalta en un reciente informe sobre la compañía otro elemento que ha caracterizado a CGI: “Es una empresa dirigida por sus fundadores y todos sus altos ejecutivos tienen más de una década en la firma, al incorporarse como consultores o a través de adquisiciones”. Goyal destaca que estas personas rotan por múltiples divisiones ya antes de aceptar responsabilidades mayores, formando así un equipo que conoce al detalle el modelo de la compañía y las necesidades del usuario.
Si la tecnología adquiere un peso preponderante en las compañías, las amenazas asimismo están asociadas a la digitalización. Prácticas delictivas como el phishing son ciertos riesgos. Al respecto, CGI sostiene una comunicación incesante con los clientes del servicio. En una encuesta efectuada el año pasado, los ejecutivos de las compañías que emplean sus servicios citaron la ciberseguridad como la segunda prioridad; en dos mil veintiuno había ocupado la quinta situación. “Estamos comprometidos a ayudar a las organizaciones a planificar, proteger, capacitar y responder rápidamente a las posibles amenazas cibernéticas”, apunta Laurent Gerin. “También contamos con centros de operaciones de seguridad a nivel mundial para ofrecer servicios de detección y prevención las 24 horas del día”, agrega.
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Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.