El Cairo se Llena de Vallas Publicitarias: Un Impacto Visual en la Ciudad

El Cairo se Llena de Vallas Publicitarias: Un Impacto Visual en la Ciudad

La vibrante carretera que conecta el nuevo aeropuerto de la Esfinge con El Cairo se transforma en un vitral publicitario lleno de atractivos anuncios. Desde el elegante complejo residencial Rivers, que ofrece un paseo verde y un estanque apacible, hasta la prometedora vida mediterránea en la emergente ciudad de Ras el Hikma. Además, deslumbran los últimos teléfonos móviles, artilugios de cocina innovadores y el emocionante estreno de la película de acción «Darwish», que capturan la atención de los viajeros.

Sin embargo, este espectáculo visual puede presentar riesgos. Especialmente al caer la noche, entre el denso tráfico de la capital y las luces de freno que parpadean. En ciertos tramos, las impactantes vallas publicitarias saturan la vista, añadiendo un desafío adicional a la ya complicada tarea de conducir por carreteras que a veces están lejos de ser perfectas.

Exuberante crecimiento de la publicidad exterior

La expansión de anuncios en El Cairo ha estado marcada por una alarmante falta de control. En solo seis años, las vallas publicitarias han crecido de aproximadamente 2,500 en 2019 a más de 6,300 en la actualidad, según AdMazad. Esto equivale a más de 30 grandes anuncios por cada kilómetro cuadrado de área poblada, sin contar las pantallas digitales, cuyo número se ha multiplicado por diez, alcanzando hoy más de 300.

A pesar del avance hacia lo digital, muchas marcas aún apuestan por la publicidad exterior como parte fundamental de sus estrategias. Este sector ya genera ingresos que rondan los 110 millones de euros, siendo el inmobiliario quien lidera la inversión con un 60% de participación, seguido por marcas de consumo, hostelería, automóviles, electrodomésticos y telecomunicaciones. El principal beneficiario de este auge es el Estado.

Las carreteras como escenario de publicidad

La proliferación de la publicidad exterior coincide con un ambicioso plan del Gobierno para ampliar la red de carreteras en la última década. En este tiempo, se han construido 6,500 kilómetros de nuevas vías y se han rehabilitado 10,000 kilómetros, junto con la edificación de cerca de mil túneles y puentes, según cifras del Ministerio de Transporte.

Este crecimiento ha llevado a una saturación de anuncios que los profesionales del sector han denominado un “zoológico visual”. La variedad de tamaños y formatos crea un entorno visual denso que puede abrumar a los consumidores, disminuyendo así la efectividad de la publicidad y los beneficios para las marcas.

Ante este panorama, el Gobierno ha comenzado a mostrar interés por regular la situación, reconociendo que es necesario un control para preservar el paisaje urbano y asegurar que los anuncios reflejen los valores sociales del país. En septiembre, el primer ministro Mostafa Madbouly lideró una reunión para tratar específicamente este tema.

La disonancia entre la realidad y la publicidad

Es importante destacar el impacto sociocultural de esta publicidad, que proyecta imágenes de lujosos complejos residenciales, tanto en las cercanías de la capital como en paradisíacas costaneras del Mediterráneo y el Mar Rojo. Esta representación contrasta profundamente con la dura realidad de un país predominantemente desértico, donde el salario mínimo apenas supera los 120 euros al mes. Para la mayoría de los egipcios, esas villas de ensueño, los últimos modelos de teléfonos y los coches de lujo son meros anhelos inalcanzables en su vida cotidiana.

El fenómeno de la publicidad exterior en El Cairo plantea cuestiones relevantes sobre el consumismo, la percepción social y la realidad económica de muchos ciudadanos, un tema que sigue cobrando vigencia en el debate público.