Europa y singularmente España aún tienen mucho trabajo por delante en lo que se refiere a la investigación y el desarrollo en frente de otros territorios como EE.UU. o la India, que lideran el campo.

Por ello, desde Mecides apuestan por el impulso del I+D+i en España, con la meta de llegar al tres% del PIB en inversión de Investigación, Desarrollo e Innovación. La organización estima, para este dos mil veintitres, asistir a financiar proyectos con un valor de ciento treinta millones de euros. El presupuesto se acrecienta para este año desde la cantidad de valor de proyectos de ochenta millones de euros de dos mil veintidos.

Todo ello deja fortalecer el ecosistema emprendedor y el desarrollo de start-ups y pequeñas y medianas empresas que apuestan por la innovación, como apresurar la transformación empresarial y social. El objetivo de Mecides es asistir a las compañías españolas que desarrollan tecnología a recobrar una parte de la inversión que efectúan. Por ende, las compañías tienen más recursos y pueden continuar invirtiendo y desarrollando sus investigaciones.

ESPAÑA NECESITA AUMENTAR SU INVERSIÓN EN I+D

España está aún a larga distancia de Europa en inversión de I+D. En dos mil veintiuno se destinaron diecisiete y doscientos cincuenta millones de euros (uno con cuatro% del PIB) en proyectos de investigación y desarrollo, conforme los datos publicados el día de ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra supone un aumento del nueve con cuatro% respecto a dos mil veinte, cuando la inversión se atascó debido al impacto de la pandemia.

Sin embargo, la cantidad continúa lejos del compromiso europeo de dedicar cuando menos el tres% del PIB en I+D. España se halla en la tabla media de inversiones en investigación respecto al resto de asociados de la UE, y bajo las grandes potencias del club comunitario.

Alemania destina más del tres% de su PIB a I+D y Francia, el dos con tres%. Fuera del continente, resaltan potencias tecnológicas como Corea del Sur (cuatro con ocho%), Estados Unidos (tres,4%) y Japón (tres,3%). La inversión en I+D tiene una influencia directa en la productividad de la economía y en la calidad del empleo. Según un informe de Funcas, España dedica un cuarenta y cuatro% menos de esmero en innovación respecto al resto de la eurozona y la inversión en la capacitación de los trabajadores es un cuatro con dos% inferior.

“Cuando se invierte en I+D, el país mejora de una forma notable, ya que puede seguir avanzando en todos los niveles. Esto significa que no solamente aporta avances a la ciencia, sino también al plano económico del país: el tejido empresarial se convierte en innovador y tecnológico, como es el caso de Estados Unidos o China”, han asegurado desde Mecides.

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