La diferencia es notable. Y, en medio, la pandemia. Antes de la llegada de la Covid-diecinueve, el emprendimiento y la creación de start-ups en Cantabria o, mejor dicho, la percepción positiva de ocasiones de futuro merced al desarrollo de un negocio propio ya era dispar dependiendo si se preguntaba a hombres o mujeres.
La brecha era de un seis,6 puntos porcentuales. Dicho de otra forma, el diecisiete con tres% de hombres no emprendedores veían con buenos ojos crear un nuevo negocio, por un diez con siete% de las mujeres consultadas. Llegó el coronavirus y esa visión positiva de lo que puede suponer emprender medró, si bien no de exactamente la misma forma.
La brecha ahora es de veinticuatro puntos porcentuales. Es decir, 4 veces mayor. Mientras que el porcentaje de hombres que piensan que emprender es buena ocasión se ha elevado hasta un 46,2% tras la pandemia, el de mujeres, pese a crecer también, se ha quedado en un 22,2%.
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Todo ello traducido es muy fácil de interpretar. La mujer confía menos que el hombre -peligrosamente, cada vez menos- en las posibilidades de tener éxito si crea una startup.
Este, el de la brecha de género en el ecosistema emprendedor español, no es un tema nuevo, pero hay veces que aparecen ciertos informes que, lejos de arrojar optimismo, avivan el fuego. Y es que, como coinciden en afirmar siempre los expertos, los techos de cristal en el ámbito startup siguen existiendo y parece que minan el ánimo de las nuevas generaciones.
Estos datos están extraídos del último informe del Global Forbes Hispanoship Monitor (GEM) para Cantabria. El GEN, cabe recordar, es un consorcio internacional coordinado a nivel mundial por la Global Forbes Hispanoship Research Association (GERA). Formado en la actualidad por equipos nacionales de investigadores de más de 50 países, desde 1999 son los responsables del más prestigioso y extenso estudio sobre el estado del emprendimiento a nivel mundial.
Más notas del informe: ganarse la vida porque el trabajo escasea es el principal motivo por el que emprenden los cántabros. La edad media de los emprendedores cántabros es muy diferente entre los distintos colectivos, siendo en todos los casos superior a la media nacional.
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Otro punto a tener en cuenta: el miedo al fracaso es una barrera que desincentiva la actividad para aquellos que no cuentan con ninguna experiencia emprendedora previa. En torno al 25% de la población emprendedora considera el miedo al fracaso como una barrera para iniciar un negocio, siendo este porcentaje considerablemente mayor en el caso de las mujeres.
El informe también revela que la TEA (tasa de emprendimiento incipiente o reciente) regional registra un leve recorte respecto al año 2020 (6,1% frente a 6.6%), pero sigue por encima de la media nacional (5,5%).
Pese al ligero descenso de la TEA, hay señales positivas como el aumento en los emprendedores potenciales y en los empresarios consolidados.
La tasa real de cierres efectivos se mantiene en torno al 1%, siendo las principales razones la rentabilidad del negocio (33,1%), las razones personales (26,5%) y la Covid-19 (20,1%).
Volviendo a la brecha de género, el informe revela que la participación femenina en el proceso emprendedor varía en función de las etapas. Así, las mayores diferencias se registran entre los emprendedores potenciales, mientras que apenas existen entre los empresarios consolidados.
En relación a las actividades, predomina el sector servicios en cuanto a la creación de empresas, siendo la mayoría microempresas con casi la mitad de los emprendimientos orientados al autoempleo.
Nivel bajo de desarrollo tecnológico
El nivel de desarrollo tecnológico del emprendimiento regional es bajo. En torno a un 25% de los emprendedores cántabros innova en productos, servicios o procesos.
La internacionalización alcanza al 29,7% de las iniciativas emprendedoras y aproximadamente un tercio de las empresas se ha digitalizado como consecuencia de la pandemia de la Covid-19, y la proporción se mantiene si se tienen en cuenta las expectativas de adoptar tecnologías digitales en un plazo de 6 meses.
Para intentar mejorar esa percepción, el gobierno de Cantabria no está de brazos cruzados. De hecho, hace unos días la Sociedad para el Desarrollo de Cantabria (SODERCAN), dependiente de la Consejería de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio, ha aprobado la concesión de ayudas por un importe de 113.092 euros a 6 empresas innovadoras de base tecnológica de la comunidad autónoma para apoyarlas en su puesta en marcha y escalado.
Se trata de la segunda convocatoria de esta nueva línea de subvenciones que tiene como finalidad crear un entorno favorable para la creación de nuevas empresas innovadoras con ambición y potencial de crecimiento, intensas en conocimiento y empleo cualificado.
Las startups beneficiarias son Deduce Data Solutions (desarrollo de software y soluciones tecnológicas basadas en Inteligencia Artificial), Phytobatea (nueva tecnología de depuración de aguas), H7metrology (control de calidad, ingeniería inversa y fabricación 3D), Advance Engineering Mademan (ingeniería científico tecnológica e I+D+i), PSA Software Pharma Solutions (desarrollo de software especializado para el punto de venta del campo famarcias), y Swin Division (desarrollo de una aplicación para la planificación y gestión de los entrenamientos de natación).
El consejero de Industria e Innovación y presidente de SODERCAN, Javier López Marcano subraya que la incorporación de nuevas empresas a nuestro tejido empresarial, y en particular las compañías renovadoras de base tecnológica, es un pilar básico para el desarrollo y crecimiento de nuestra economía.
«La creación de empresas renovadoras de base tecnológica es un mecanismo eficiente para el desarrollo económico de una zona como Cantabria, que dejará traducir en actividad empresarial la capacidad de I+D de los organismos regionales de investigación y de sus empresas en sintonía con los objetivos planteados en la Estrategia de Especialización Inteligente de Cantabria (RIS3)», asevera el consejero.
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Articulo original de El Español