China ha iniciado un ambicioso plan de expansión a nivel mundial colocando fábricas de empresas tecnológicas vinculadas a la transición verde en diferentes territorios. Este movimiento responde no solo a su estrategia de internacionalización, sino también a su intención de sortear las crecientes restricciones comerciales impuestas por Occidente a sus exportaciones altamente subsidiadas en sectores clave como vehículos eléctricos, baterías y energías renovables.

Estas inversiones extranjeras directas en sectores como componentes electrónicos, energías renovables, automóviles y químicos han alcanzado cifras récord en los últimos años. China busca garantizar recursos vitales para el desarrollo de tecnologías detrás de los vehículos eléctricos, paneles solares y almacenamiento de energía, al tiempo que expande su capacidad productiva en el exterior.

El sector del automóvil eléctrico es el principal protagonista de esta expansión, con empresas como BYD y Chery estableciendo plantas en países como Hungría, México, Brasil, Vietnam, e Indonesia, entre otros. La Unión Europea se ha convertido en un terreno de juego importante para China, con un notable aumento de las inversiones chinas en la cadena de valor de los vehículos eléctricos en el continente.

Este movimiento estratégico de China no solo busca esquivar posibles aranceles, sino también establecer una presencia sólida en mercados clave y reforzar sus alianzas geopolíticas a nivel global. La instalación de fábricas chinas en diferentes países puede tener un impacto tanto en la generación de empleo como en la transferencia de tecnología y conocimientos a nivel local.

En un contexto de creciente proteccionismo y barreras comerciales, China está reconfigurando sus operaciones y adaptándose ágilmente para mantener su liderazgo en industrias clave a nivel mundial. Este despliegue internacional va más allá de una simple reacción a los aranceles, representando una respuesta estratégica de largo plazo para consolidar su presencia en distintas regiones y asegurar puntos de apoyo económico duradero.

La presencia de China en sectores avanzados y demandados a nivel mundial, como el automóvil eléctrico y las energías renovables, refleja su compromiso con la lucha contra el cambio climático y su intención de liderar en la transformación hacia una economía más sostenible a nivel global. Con una estrategia planificada y una visión a largo plazo, China busca expandir su influencia y fortalecer su presencia en mercados estratégicos alrededor del mundo.

En resumen, la expansión de China a través de la instalación de fábricas en diferentes países no solo busca sortear los aranceles y restricciones comerciales, sino también consolidar su posición como líder en sectores tecnológicos clave a nivel mundial y contribuir a la transición hacia una economía más verde y sostenible a escala global.

Mercedes Cruz Ocaña