En la actualidad, nos encontramos en una era marcada por un resurgimiento del proteccionismo a nivel mundial, con más de 27.000 medidas intervencionistas implementadas desde 2019. Esta tendencia, que surge tras décadas de aperturismo comercial, se ve impulsada por el temor a crisis financieras y la incertidumbre que rodea al panorama económico actual. Según Global Trade Alert, se han registrado alrededor de 58.000 intervenciones gubernamentales discriminatorias en el comercio internacional desde noviembre de 2008, siendo más de la mitad de estas medidas aplicadas en los últimos cinco años.
Países de todo el mundo han recurrido a políticas intervencionistas, que van desde barreras arancelarias hasta subsidios locales. Destacan en esta tendencia naciones como Brasil, Alemania, Canadá, Italia, Reino Unido, India, Francia y España, aunque China y Estados Unidos sobresalen como actores principales en esta nueva etapa de proteccionismo económico global.
La escalada de conflictos comerciales ha llevado a tensiones entre las principales potencias económicas. La Unión Europea, por ejemplo, ha decidido imponer aranceles a las importaciones de coches eléctricos provenientes de China. En respuesta, se han desencadenado medidas de represalia por parte de ambas partes, como investigaciones antisubvenciones y posibles incrementos en aranceles para productos específicos.
Además de los sectores automotriz, otros productos como los lácteos también han sido objeto de disputas comerciales. Esta situación ha generado una nueva fase de conflictividad que amenaza con profundizar las divisiones internacionales, desafiando la ortodoxia del libre mercado que ha predominado en las últimas décadas.
El impacto en las cadenas de suministro y las dinámicas comerciales
La pandemia y otros eventos globales recientes han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de suministro internacionales. Como resultado, muchas empresas han optado por reubicar su producción más cerca de los mercados de consumo, lo que ha impulsado el regionalismo y debilitado la Organización Mundial del Comercio.
La reorganización de las cadenas productivas, junto con el auge de bloques comerciales y el debilitamiento de instancias internacionales como la OMC, son reflejo de una economía global que se está fragmentando en bloques competitivos. Estos cambios, identificados por expertos y líderes como Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, apuntan hacia una reconfiguración de las relaciones comerciales a nivel mundial.
Desafíos y perspectivas futuras
En medio de esta nueva fase de proteccionismo económico, se plantean desafíos y escenarios inciertos para el comercio global. La inversión por parte del sector privado y de las administraciones públicas se vislumbra como una pieza clave en la recomposición de las cadenas de suministro. Sin embargo, las limitaciones de oferta y las tensiones en los mercados de materias primas podrían impactar en la evolución de los precios y en la estabilidad económica mundial.
A pesar de las proyecciones de la OMC que indican una recuperación del comercio mundial de mercancías para este año, la incertidumbre persiste. La evolución de las relaciones comerciales entre los diferentes bloques económicos y la adaptación a un escenario marcado por el proteccionismo determinarán en gran medida el futuro de la economía global en los próximos años.