La vivienda rural en España ha experimentado diversos cambios en los últimos años. Si bien algunos casos como el de Antonio, un residente de 84 años que abandonó su pequeño municipio en Asturias en busca de mejores servicios, reflejan ciertas dificultades en estas zonas, también existen ejemplos como el de Rocío Meiriño, una joven influencer que encontró en un municipio gallego una oportunidad para reformar una casa a precios accesibles y compartir su experiencia en redes sociales.
A pesar de la tendencia de personas de mediana edad a adquirir segundas residencias en entornos rurales para disfrutar de espacios de recreo, barbacoas al aire libre y tranquilidad, la llegada de jóvenes compradores no es tan frecuente. Según Manuel Arias, presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Salamanca, la demanda se centra en aquellos que buscan escapar del bullicio de las ciudades y encuentran en la vida rural una opción asequible.
La venta de propiedades en zonas rurales suele estar impulsada por herencias, lo que ha generado un mercado con precios bajos que atraen a compradores con capacidad de inversión. Juan Carlos Prada, de una inmobiliaria en Villaviciosa, señala un aumento en la llegada de compradores internacionales a localidades costeras, donde es posible adquirir viviendas cerca del mar por alrededor de 100.000 euros.
Retos y perspectivas
A pesar de las oportunidades que ofrece el mercado inmobiliario rural, persisten desafíos como la conectividad y los servicios básicos limitados, que dificultan la atracción de población y profesionales a estas zonas. Expertos como Luis Camarero advierten sobre la brecha entre el coste de vida en entornos rurales y urbanos, destacando los gastos adicionales de transporte que pueden impactar en la accesibilidad a estos lugares.
José María Alfaro, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones Inmobiliarias, plantea la necesidad de políticas de regeneración que consideren las diversas necesidades de los posibles compradores, desde mayores hasta jóvenes y nómadas digitales, como medida para abordar el desequilibrio en la demanda de vivienda entre zonas rurales y urbanas en España.