La preocupación por los efectos del uso excesivo de dispositivos móviles en la salud mental de los niños y adolescentes es cada vez mayor. Según un reciente informe de la organización Save the Children, más del 58% de los adolescentes utilizan internet diariamente desde los 11 años, e incluso antes de cumplir los 10.
Los niños comienzan a usar la tecnología a edades cada vez más tempranas, llegando incluso a los 7 años de edad, y tienen acceso a teléfonos inteligentes a edades muy tempranas, lo cual puede afectar su bienestar emocional.
En verano, es común que los niños pasen más tiempo frente a las pantallas, lo que puede desplazar otras actividades importantes para su desarrollo, como el juego al aire libre, el contacto con sus amigos o hábitos saludables como dormir y comer adecuadamente.
Es importante que los adultos ejerzan un buen ejemplo en el uso de la tecnología, limitando su tiempo frente a las pantallas y fomentando actividades familiares que no dependan exclusivamente de la tecnología.
Estableciendo normas y alternativas saludables
El verano puede ser un buen momento para establecer o revisar las normas familiares respecto al uso de dispositivos electrónicos y buscar alternativas de ocio que no dependan de la tecnología. Es fundamental fomentar el diálogo intergeneracional y llegar a acuerdos que beneficien a todos los miembros de la familia.
Además, es recomendable crear un plan digital familiar en el cual se establezcan reglas claras sobre el uso de la tecnología, se promueva la actividad física en familia y se eviten tiempos prolongados frente a las pantallas.
Desconectando en momentos clave
Es importante recordar que hay momentos en los que es fundamental desconectar, como durante las comidas en familia y antes de dormir. El uso de dispositivos electrónicos antes de dormir puede afectar la calidad del sueño, por lo que es recomendable evitarlos en ese momento.
Dialogar con los niños sobre los riesgos y la veracidad de la información que consumen en internet es crucial, al igual que retrasar en la medida de lo posible la edad en la que acceden a un teléfono inteligente.
En resumen, es importante encontrar un equilibrio entre el uso de la tecnología y otras actividades fundamentales para el desarrollo de los niños, especialmente durante el verano, para garantizar su bienestar emocional y físico.
Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.