El gigante de lujo Kering, conocido por albergar marcas emblemáticas como Gucci, Saint Laurent y Bottega Veneta, está en la fase final de un acuerdo con L’Oréal para vender su división de belleza por un monto cercano a los 4.000 millones de euros. Esta transacción se presenta como un movimiento significativo dentro de la estrategia de reestructuración liderada por su nuevo CEO, Luca de Meo, quien asumió el cargo en septiembre con el fin de revitalizar el crecimiento del grupo.
Un giro estratégico para Kering
La posible venta representa un cambio de rumbo para Kering, que en años recientes había optado por fortalecer su negocio de cosméticos y perfumes desde dentro. En caso de concretarse este acuerdo, sería una de las primeras decisiones impactantes bajo la dirección de De Meo, exdirector de Renault y Seat, conocido por su habilidad para transformar organizaciones en momentos difíciles.
Desde su nombramiento en junio, las acciones de Kering han aumentado casi un 60%, lo que evidencia la confianza del mercado en su capacidad para redirigir al grupo, que ha experimentado una caída en la rentabilidad, especialmente en su marca más icónica, Gucci.
La evolución de la división de belleza
La división de belleza fue inaugurada en 2023 bajo la gestión del entonces CEO François-Henri Pinault, quien sigue siendo presidente del consejo. Su estrategia apuntaba a crear una unidad competidora en el sector, realizando adquisición significativas como la compra de la casa perfumista Creed por 3.500 millones de euros. Sin embargo, el bajo rendimiento de varias marcas y la imperante necesidad de reducir la deuda han llevado a reevaluar esta estrategia.
- L’Oréal es el líder mundial en cosmética, con un portfolio que incluye desde Maybelline hasta las líneas de belleza de Prada y Saint Laurent.
- De concretarse el acuerdo, el gigante francés ampliaría su oferta con nuevos productos de maquillaje y cuidado de la piel para marcas de Kering como Alexander McQueen y Bottega Veneta.
- Es importante destacar que la licencia de belleza para Gucci, la marca más valiosa del grupo, permanecerá bajo la gestión de Coty hasta 2028, por lo que no formaría parte de la transacción.
Este movimiento ocurre en un contexto desafiante para Kering, cuyas métricas se han quedado atrás en comparación con rivales como LVMH y Hermès, en un ambiente donde el consumo de lujo se ha desacelerado. Las dificultades de Gucci y las recientes caídas en las ventas de Saint Laurent llevaron a la empresa a emitir varias advertencias sobre sus beneficios en el último año.
Desafíos futuros para Luca de Meo
Luca de Meo ahora se enfrenta al reto de reducir la deuda del grupo, que ascendió a 9.500 millones de euros en junio, resultado de un ciclo de adquisiciones y operaciones inmobiliarias. En su primer discurso ante los accionistas, destacó la necesidad de “racionalizar, reorganizar y reposicionar” las marcas del portafolio, garantizando al mismo tiempo la estabilidad financiera de Kering.
Durante su trayectoria en Renault, De Meo fue capaz de reforzar la gama de productos, optimizar costos y duplicar el valor bursátil de la compañía, antecedentes que alimentan las expectativas de una transformación significativa en el grupo de lujo.
Con una capitalización bursátil cercana a los 38.000 millones de euros, Kering se encuentra en el umbral de una nueva era bajo la dirección de De Meo, en la que la posible venta de su división de belleza podría marcar el inicio de un camino hacia una recuperación sostenida.