El colapso de Silicon Valley Bank (SVB) ha encendido este fin de semana todas y cada una de las alarmas en el ecosistema de start-ups y capital privado (venture capital) de California (Estados Unidos), que veía como de un día para otro perdía una de sus primordiales fuentes de financiación. Aunque semeja que en un corto plazo la intervención de la Reserva Federal (Fed) ha conseguido desvanecer los mayores peligros, los analistas alertan de que lo peor aún está por venir, ya que esta crisis ha puesto en riesgo el acceso de las compañías emergentes a recursos financieros.
El vínculo entre Silicon Valley Bank (SVB) y el ecosistema de start-up y venture capital de California se remonta a hace múltiples décadas. La entidad ha sido un aliado esencial de las compañías emergentes en el momento de acceder a financiación para impulsar sus proyectos frente al rechazo de los grandes bancos, singularmente tras el pinchazo de la burbuja de las ‘punto.com’.
De hecho, conforme los cálculos de los analistas el campo tecnológico tiene una fuerte presencia en la base de activos de SVB. Según apunta a Forbes Hispano-Invertia Javier Rivas, maestro de EAE Business School, se calcula que alrededor de 3 cuartas una parte de los algo más de doscientos millones de dólares (unos ciento ochenta y seis mil trescientos cincuenta millones de euros al género de cambio actual) corresponden a financiación a empresas emergentes.
[Silicon Valley Bank: las 48 horas que desataron la mayor quiebra bancaria de Estados Unidos desde 2008]
Esta excesiva concentración en un solo campo, en un caso así el tecnológico, es lo que hacía a la entidad especialmente sensible a las retiradas de depósitos colectivos. Especialmente en un escenario como el presente en el que la subida de géneros de interés había complicado el acceso a la financiación de las start-ups y precisan acceder a su efectivo.
De hecho, Rivas añade que el colapso de Silicon Valley Bank es un «efecto colateral» de las incesantes subidas de tipos aplicadas en los últimos meses por la parte de la Reserva Federal estadounidense y que ya se dejaba apreciar en un campo tan endeudado como es el tecnológico.
Una persona pasa por delante de la sucursal de Silicon Valley Bank en San Francisco, California (Estados Unidos).
Reuters
A este respecto, Gilles Moëc, economista jefe en la gestora de fondos AXA Investment Managers, coincide en que la caída de SVB va a tener un impacto negativo en el campo tecnológico, que ya era «singularmente sensible» a la situación actual macroeconómica global.
Así, explica que se trata de una industria que precisa de un elevado nivel de gasto de capital en las primeras etapas de una compañía, que en la mayor parte de los casos solo produce beneficios en un largo plazo. Moëc resalta que, en este contexto, el campo se ve muy perjudicado por las subidas de los modelos de interés «y la desaparición de una de sus fuentes de financiación (SVB) no va a ayudar«.
Primeros temores
En un informe, Dan Ives, analista de Wedbush, apunta que el colapso de Silicon Valley Bank va a tener consecuencias en el ecosistema de start-ups tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, advierte de que al tiempo que el impacto sistémico va a ser «mínimo» en un corto plazo merced a la resolución de la Fed de dar acceso a los depósitos, con el tiempo esta crisis puede complicar el acceso de las tecnológicas a la financiación.
Desde Wedbush apuntan que este fin de semana ha tenido perseverancia de que múltiples start-ups y firmas de capital privado temían no ser capaces de poder abonar siquiera los sueldos de sus trabajadores desde este lunes al no tener acceso a los fondos que tenían depositados en Silicon Valley Bank.
[El Tesoro de EEUU y la Fed intervienen el Silicon Valley Bank evitando pérdidas para los contribuyentes]
«Pero, con la intervención de la Fed y su aseveración de que los depositantes van a poder acceder a su dinero, se ha eliminado el mayor factor de peligro que provocó la crisis bancaria de la semana pasada y, por consiguiente, el impacto en un corto plazo habría de ser mínimo«, incide.
El inconveniente va a llegar después, ya que como explica Rivas, el acceso a estos depósitos no quiere decir que las compañías tengan acceso a toda la financiación comprometida con SVB, por lo que les va a costar regresar a ponerse en funcionamiento. «Va a haber unos cientos de empresas que lo pasarán mal«, apunta.
Impacto a largo plazo
Desde Wedbush agregan que el colapso de SVB va a abrir una etapa en la que la comunidad tecnológica va a tener más difícil el acceso a fondos. Así, incide en que la «debacle histórica» de Silicon Valley Bank ha sido un «puñetazo en el ojo» para la reputación del campo, que se encara a un escenario muy, muy diferente en lo que se refiere a crédito y otras formas de financiación.
A su vez, Ives agrega que esto acrecentará la presión sobre muchas start-ups, que deberán arrancar medidas de recorte de gastos. «El escrutinio va a ser mayor en todo el sistema bancario, lo que como resulta lógico ejercitará más presión, singularmente sobre las necesidades financieras de la comunidad de empresas tecnológicas emergentes en los años venideros», incide.
Logo de Silicon Valley Bank en la sede central del banco en Santa Clara.
Nathan Frandino
Reuters
California (Estados Unidos)
En esta línea, Rivas coincide en que ahora viene por delante un periodo de gran inseguridad para este ecosistema y apunta que tras lo ocurrido esta última semana los bancos más tradicionales no van a ver con buenos ojos las solicitudes de financiación por la parte de start-ups o firmas de capital peligro. «Se lo pensarán un par de veces ya antes de invertir», resalta.
En este contexto, desde Wedbush asimismo apunta que en este nuevo escenario se pueden acelerar las operaciones de fusión y adquisición entre start-ups y, en último término, impulsar a más empresas emergentes en estado avanzado a buscar vías opciones alternativas de financiación. En ciertos casos, aun podría apresurar las salidas a bolsa, que asimismo van a ser considerablemente más exigentes en un planeta sin el apoyo de SVB.
Sigue los temas que te interesan
Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.