El FMI alerta a Europa: Sin reformas, la deuda podría alcanzar el 130% del PIB en 2040

El FMI alerta a Europa: Sin reformas, la deuda podría alcanzar el 130% del PIB en 2040

La economía europea sigue mostrando cierta resiliencia frente a las crisis recientes, aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que los daños ya empiezan a ser evidentes. Las perspectivas de crecimiento se anuncian como «mediocres» a medio plazo, a menos que se implementen reformas decisivas que estimulen la actividad económica. Se prevé que, sin cambios en las políticas actuales, especialmente con los crecientes gastos asociados al envejecimiento poblacional y las transiciones tecnológicas y climáticas, la deuda promedio podría alcanzar un alarmante 130% del PIB para 2040.

“Si los países europeos, tanto dentro como fuera de la UE, continúan con su enfoque fiscal sin ajustes, la deuda podría duplicarse en los próximos 15 años, alcanzando un 130% del PIB en el país europeo promedio”, advirtió Alfred Kammer, director del Departamento Europeo del FMI.

Afrentar el estancamiento de Europa se hace complicado, ya que el FMI destaca una serie de obstáculos que obstaculizan el crecimiento. Entre ellos figuran las barreras comerciales internas, mercados de capitales poco integrados que limitan la financiación para la innovación, restricciones a la migración laboral en sectores en expansión y la falta de un mercado energético unificado que podría reducir costos y mejorar la seguridad energética. Además, se estima que la población activa en Europa disminuirá considerablemente, con más de dos tercios de los países de la UE enfrentando una merma de su fuerza laboral para 2050.

Recomendaciones frente a los desafíos

En vista del aumento de los costos comerciales internacionales, el FMI insta a Europa a diversificar sus relaciones comerciales y a fortalecer la cooperación multilateral. Se anticipa que el crecimiento en la región se mantendrá moderado a medio plazo, impulsado en gran medida por una productividad vacilante y una oferta laboral debilitada.

“El crecimiento débil y en declive de la productividad representa el mayor obstáculo para el desarrollo económico de Europa”, afirma el FMI. Advierte también que, con las tasas de crecimiento actuales, los planes fiscales no son suficientes para hacer frente a las crecientes presiones económicas. El FMI subraya que la consolidación fiscal ha mostrado un estancamiento tanto en Europa avanzada como emergente, principalmente debido a nuevos gastos en infraestructura y defensa. A esto se suma la presión a largo plazo sobre el gasto por pensiones, sanidad y energías limpias.

“Sin embargo, muchos países enfrentan un margen fiscal muy limitado debido a su alto nivel de deuda, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de sus finanzas públicas”, enfatiza la institución. Para revertir esta situación, el FMI propone un enfoque integral con políticas que combinen reformas estructurales y una consolidación fiscal a medio plazo.

La necesidad de reformas urgentes

A pesar de que Europa ha demostrado su capacidad de reacción ante crisis, el FMI critica la falta de una respuesta completa y efectiva ante la persistente brecha de productividad y sus efectos negativos en el crecimiento a medio plazo. “Las reformas son complejas, pero los retrasos o la implementación incompleta resultan costosos”, advierte. Implementar reformas con cinco años de retraso podría aumentar la necesidad de ajustes fiscales en 1,5 puntos porcentuales.

El FMI aconseja establecer canales de comunicación efectivos y marcos institucionales sólidos para asegurar el éxito de las reformas. Esto incluye fomentar la confianza desde el inicio del proceso, incentivar el diálogo social y promover instituciones independientes. La secuenciación de reformas también es fundamental para distribuir equitativamente sus beneficios.

Finalmente, el FMI sugiere que una aceleración en los procesos de decisión dentro de la UE podría respaldar las iniciativas de reforma. Dado que el aumento de miembros ha alargado los tiempos para alcanzar consensos, se plantea la necesidad de revisar la jerarquía en la formulación de políticas y considerar la posibilidad de un voto por mayoría en lugar de unanimidad para facilitar la toma de decisiones. Esto podría abrir el camino a excepciones para aquellos países dispuestos a avanzar.