La quimera, criatura de la mitología griega, se ha convertido en una metáfora de lo imposible. Hoy en día, la economía mundial enfrenta un desafío similar: la bajada de tipos de interés como respuesta a un escenario de tipos elevados y crecimiento económico estancado.
En un contexto donde los gobiernos buscan estimular la economía con recortes de tipos, ¿es sostenible esta estrategia a largo plazo? Se plantea la incógnita de si se podrán cumplir las expectativas del mercado, que espera hasta seis recortes de aquí a finales de 2025, sin que las cuentas públicas se vean gravemente afectadas.
Un ejemplo de esta sobreestimulación es Estados Unidos, con un déficit fiscal del 5,3% sobre el PIB, el más alto desde la Segunda Guerra Mundial. En un escenario de pleno empleo y crecimiento sólido, ¿tiene sentido seguir inyectando estímulos a la economía?
Por otro lado, Europa también enfrenta desafíos en materia fiscal, con países como Italia y Francia superando sus objetivos de déficit. La austeridad parece haber quedado en el olvido, y las perspectivas de cumplir con los objetivos establecidos distan considerablemente.
Los mercados, enfocados en la lucha contra la inflación, demandan recortes de tipos, obviando el equilibrio delicado entre las políticas monetarias de distintas economías globales. La situación actual plantea demasiadas presiones para que se materialicen bajadas significativas de tipos de interés.
En resumen, la economía mundial se enfrenta a un escenario desafiante en el que la quimera de los recortes de tipos puede desembocar en consecuencias imprevistas. La lucha por mantener un equilibrio entre estímulos económicos y sostenibilidad fiscal será determinante en los próximos años.