Esta novedad se establece mediante una orden ministerial publicada en el Boletín Oficial del Estado, firmada por el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo. La regulación del préstamo de estos valores busca aumentar la competitividad de las IIC en España, alineando su marco normativo con el de otros países europeos. Naciones como Alemania, Francia, Italia, Países Bajos, Reino Unido y Suiza ya permiten este tipo de operaciones.
La nueva normativa garantiza un equilibrio entre la competitividad del sector y la protección del inversor. Al permitir que las instituciones de inversión colectiva españolas capitalicen mayores rentabilidades, se asegura que se mantengan altos estándares de seguridad y transparencia. Según el ministerio de Economía, esto impulsará la presencia de los inversores minoristas en los fondos de inversión españoles y ofrecerá más oportunidades de financiación a las empresas del país.
Obligaciones y Requisitos
La regulación establece una serie de obligaciones y requisitos que garantizan que el préstamo de valores se realice de forma segura. Las IIC ahora pueden prestar temporalmente valores como acciones, bonos y fondos cotizados a otras entidades financieras, siempre bajo estrictas garantías. Este proceso incluye contrapartidas y un robusto control interno que debe seguir cada gestora y sociedad de inversión.
- Límites patrimoniales: Se han establecido restricciones sobre el patrimonio que se puede prestar.
- Diversificación de prestatarios: Se debe cumplir con umbrales específicos sobre los prestatarios y ciertos requisitos, como su tipo de entidad y calificación crediticia.
- Garantías líquidas: Todos los préstamos estarán respaldados por garantías que superarán el valor de los valores prestados, actualizadas diariamente.
- Transparencia: Los fondos están obligados a informar a sus inversores sobre los riesgos y costes asociados a estas transacciones.
La nueva norma entra en vigor un día después de su publicación y reemplaza una regulación anterior que databa de 1991. Este avance no solo promete transformar el panorama de las inversiones en España, sino que también refuerza la confianza de los inversores en un sector cada vez más competitivo.