Por Nina Bambysheva

“Siempre habrá nuevas tecnologías de pago”, afirma Michael Miebach, director de Mastercard, la segunda compañía de pagos más grande del planeta. “Primero hubo tarjetas que usaban la tecnología de mensajería ISO 8583 [los números ISO se refieren a estándares internacionales], que tiene 50 años, luego los pagos en tiempo real se hicieron realidad con ISO 20022. Y luego vino el blockchain, y dijimos bien, ¿qué resolvería eso? Existe un conjunto completo de problemas de la vida real que el blockchain puede resolver”.

A finales de enero, Miebach, de cincuenta y cinco años, afirmó a analistas y accionistas que su empresa había superado las dos.000 millones de transacciones “tokenizadas” al mes, un treinta y ocho% más interanual, y que Mastercard estaba dejando pagos digitales en ciento diez países. ¿El importante beneficio? Menos fraude.

Hoy en día, la tokenización en Mastercard significa sustituir el número de dieciseis dígitos de su tarjeta crédito de plástico con un registro digital único superseguro para cada transacción, sin dejar atrás su identidad en forma de número de tarjeta crédito. También deja a los clientes del servicio usar carteras digitales. Todavía no está en una blockchain, mas Mastercard trabaja hoy día con bancos y mercaderes para tokenizar una pluralidad de activos, incluyendo los depósitos, que se rastrearán en múltiples cadenas de bloques públicas y privadas.

“Puedes tokenizar cualquier cosa”, afirma Miebach. “Creo que tendremos un mundo en el que todo se tokenizará y se transmitirá de manera segura”, afirma.

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Mastercard es una de las veintidos empresas financieras que figuraron en la lista Forbes dos mil veintitres de las cincuenta empresas Blockchain millonarias que dan un uso real a la tecnología de contabilidad distribuida. Mastercard es asimismo un mediador corporativo prototípico. Obtuvo US dólares americanos22.000 millones en ingresos y US dólares americanos10.000 millones en ganancias el año pasado con las tarifas que cobra a las instituciones financieras para, fundamentalmente, asistir a los clientes del servicio a gastar su dinero. En otras palabras, Mastercard es precisamente el género de empresa que a los entusiastas de las criptomonedas les chifla detestar.

Pero millones de mercaderes en el mundo entero confían en él. Y a causa de la avalancha inacabable de escándalos, estafas y engaños de la Web3, la confianza es precisamente lo que precisa el campo. Al olisquear la ocasión, los gigantes financieros de primer nivel, incluidos BlackRock, JPMorgan y Fidelity, se han transformado en ciertos mayores vencedores de la nueva tecnología.*El Banco Silvergate colapsó a principios de marzo.

“¿Qué necesitas para escalar blockchain?”, pregunta Miebach, cuya compañía lanzó el año pasado treinta y cinco nuevas tarjetas débito y crédito compatibles con las criptomonedas. “Se amplió para los pagos tradicionales porque las personas confían en la experiencia, confían en la privacidad de los datos y confían en que no los engañarán”.

Otros CEO de “TradFi” (finanzas tradicionales) están al lado de Miebach, tocando el tambor criptográfico. En diciembre, David Solomon, el CEO de Goldman Sachs, escribió un artículo de opinión en The Wall Street Journal titulado “El blockchain es mucho más que criptografía”, en el que el jefe de la firma más icónica de Wall Street advirtió sobre descartar la tecnología a causa del fiasco de Sam Bankman-Fried con FTX. ¿El quid de su razonamiento? “Bajo la guía de una institución financiera regulada como la nuestra, las innovaciones de blockchain pueden florecer”.

Los grandes bancos como Goldman han eludido en buena medida invertir de forma directa en criptomonedas, mas han estado trabajando sigilosamente con la tecnología latente. “Vemos enormes oportunidades comerciales”, afirma Mathew McDermott, directivo de activos digitales de Goldman Sachs. En noviembre, su equipo de setenta personas subscribió una oferta de bonos de cien millones de euros para el Banco Europeo de Inversiones así como Santander y Société Générale. El proceso tomó solo sesenta segundos. Por lo general, una venta de bonos como esta toma en torno a 5 días.

“[Hay] personas a las que les gustaría seguir operando en el mercado de criptomonedas, y estamos dispuestos a ayudarlas a través de derivados u opciones”, añade McDermott. Una fuerte patentiza que apunta al valor de la confianza: en dos mil veintidos, los grandes intercambios de criptomonedas no regulados como Binance, Huobi y OKX vieron caer el volumen de transacciones en más del veinticinco% hasta septiembre, al tiempo que CME, el intercambio de comercio de futuros enormemente regulado de Chicago ensayó incrementos de sesenta y dos% en futuros de bitcoin y ochenta% en futuros de ethereum a lo largo del mismo periodo.

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Del mismo modo, Fidelity aprovecha la crisis de la confianza en las criptomonedas para anegar los feeds de Instagram con anuncios de su Fidelity Crypto, que se lanzará próximamente. “Inscríbase en la lista de acceso anticipado para intercambiar bitcoin y ethereum”, afirma una promoción. “Comience con los nombres que conoce, invierta con un nombre en el que pueda confiar”.

El banco más viejo de Estados Unidos, BNY Mellon, de doscientos treinta y ocho años, ya ofrece la custodia de activos digitales para los administradores de activos y da servicios administrativos a diecinueve cripto ETF canadienses y fondos mutuos. Al igual que David Solomon en Goldman, el director de Mellon, Robin Vince, recurrió a los diarios para anunciar la seriedad de los planes criptográficos de su banco y escribió un artículo en el mes de diciembre en el Financial Times titulado “Es hora de reiniciar la oportunidad criptográfica”.

El CEO de JPMorgan, Jamie Dimon, de sesenta y seis años, llamó a las criptomonedas “esquemas Ponzi descentralizados” el otoño pasado, mas sus banqueros han estado trabajando duramente usando la tecnología blockchain para ejecutar US dólares americanos550 millones en pactos de recompra desde dos mil veinte.

“La próxima generación de mercados, la próxima generación de valores, será la tokenización”, insistió Larry Fink, director de BlackRock, el administrador de activos más grande del planeta con US dólares americanos8,6 billones bajo administración, en una conferencia de DealBook en el mes de noviembre.

Por ahora, BlackRock actúa eminentemente como distribuidor de servicios para unas pocas empresas llamadas “cripto-nativas”. Se ha asociado con Coinbase para ofrecer a los miles y miles de inversores institucionales y clientes del servicio de administración de patrimonio de BlackRock acceso a bitcoin y otras criptomonedas mediante su software de administración de cartera Aladdin. También tiene US dólares americanos34.000 millones en letras del Tesoro como reservas para la moneda estable apoyada por dólares estadounidenses estadounidenses de Circle, USDC.

Si bien las instituciones financieras establecidas dan un paso adelante taimadamente para suplantar a las criptoempresas emergentes, existe preocupación entre los puristas de la criptoindustria sobre el futuro de esta tecnología. Una división: los evangelistas de Web3 adoran el blockchain “público” descentralizado y de código abierto. Las grandes empresas (y los gobiernos totalitarios) prefieren los blockchain “privados” exactamente pues ofrecen más control.

Eso prosigue siendo cierto aun una vez que ciertos grandes proyectos privados fallaron espectacularmente. En dos mil veinte, Honeywell, exmiembro de Blockchain cincuenta, empezó a utilizar el blockchain privado Hyperledger Fabric para adquirir y vender piezas aeroespaciales utilizadas.
El desarrollo se detuvo en el mes de noviembre de dos mil veintidos. Maersk e IBM desecharon su blockchain de cadena de suministro de envío global TradeLens en el mes de noviembre tras contratar a diecinueve empleados y pasar más de 4 años en el proyecto.

Los blockchain públicos pueden ofrecer ventajas en concepto de velocidad y costo. El vanguardista del capital privado KKR, cuyos fondos administran activos por el valor de US dólares americanos496.000 millones, abrió últimamente su Fondo de Crecimiento Estratégico de Atención Médica de US dólares americanos4.000 millones para distribución mediante Avalanche, una blockchain público y veloz que cuenta con cuatro mil quinientos transacciones por segundo (Ethereum aún puede manejar solo quince). Otros usuarios de Avalanche incluyen CME Group, la compañía de pagos FIS y Mastercard.

En China, las criptomonedas y la criptominería son ilegales, mas blockchain es una parte esencial de la estrategia de desarrollo nacional Vision dos mil treinta y cinco del presidente Xi Jinping. Ninguno de los blockchain autorizados por China son públicos.

La base tecnológica de cadenas de bloques de China, incluida su Red de Servicios basada en blockchain (BSN por sus iniciales en inglés), que ha sido descrita como una Ruta de la Seda digital que conecta (y monitorea) múltiples cadenas de bloque, está superando sobradamente el desarrollo en los Estados Unidos.
Hace un par de años, China Construction Bank, miembro de Blockchain cincuenta, edificó una plataforma que suprime Swift, el sistema interbancario más empleado para trasferir fondos.

Recientemente lanzó un libro de contabilidad gigante para informes crediticios que deja a las subsidiarias bancarias compartir información mientras que cumplen con las regulaciones gubernativos de privacidad.

Ya ha empleado su blockchain para entregar US dólares americanos4.200 millones en crédito a dos millones de clientes del servicio y espera llegar a setecientos millones de personas a mediados de dos mil veinticinco. Además de China Construction Bank, 5 empresas chinas, incluidas Tencent, WeBank y Alibaba’s Ant Group, figuran en el Blockchain cincuenta del año vigente.

Miebach de Mastercard piensa que los últimos inconvenientes de las criptomonedas podrían apresurar la adopción de la nueva tecnología.

“Va a incorporar a más actores principales y los reguladores aparecerán para abordar los riesgos”, afirma.

“Esa es una receta para que esto se convierta en una tecnología convencional. Creo que la reciente tormenta de invierno [de cripto] ayudará”.

Andrea Gomez

San Salvador (El Salvador), 1997. Desde pequeña ha sentido una gran pasión por la escritura y la investigación, lo que la llevó a especializarse en reportajes de impacto social. En su tiempo libre, disfruta de la lectura de novelas históricas y de misterio, y también es una gran amante de la música, especialmente del rock latinoamericano. Además, es una ávida viajera, y ha tenido la oportunidad de visitar algunos países de América Latina y Europa para conocer diferentes culturas y enriquecer su visión del mundo.