La Orquesta y Coro de RTVE ha roto esquemas al interpretar, por primera vez en el Teatro Monumental de Madrid, dos piezas de música sinfónica hechas por una inteligencia artificial (IA). Esta innovadora propuesta liderada por el arreglista Borja Arias, es un paso más en el encuentro entre la creatividad humana y la tecnología. La IA compuso las dos obras, una de ellas arreglada por Arias para darle más coherencia, lo que sorprendió al público y a los músicos, aunque no generó la misma admiración que una obra de arte tradicional.

Este experimento, documentado por el Lab RTVE, representa un hito en la exploración de las capacidades de la IA en la música sinfónica. Sin embargo, los resultados no fueron del todo satisfactorios, ya que la IA tiene dificultades para captar la complejidad de la música clásica. A pesar de ello, este paso marca un avance en la interacción entre la tecnología y el arte.

Un proceso retador

El proceso de creación comenzó con peticiones detalladas para la IA, solicitando, por ejemplo, una obra al estilo de Shostakovich con instrumentos de metal y percusión. A pesar de las indicaciones precisas, la IA no logró captar la esencia deseada, generando sonidos dispersos y sin coherencia. Otras pruebas también mostraron la dificultad de la IA para crear una pieza clásica con estructura clara, tal como la requerida al estilo de Bach en re mayor para dibujos animados de acción. Este desafío resaltó la distancia actual entre la capacidad creativa humana y la de la IA en el ámbito musical.

El arreglista Borja Arias recibió las composiciones de la IA y tuvo la tarea de transcribirlas y darles sentido. Sin embargo, destacó la dificultad de encontrar coherencia en las composiciones generadas por la IA, comparándolas con una historia con múltiples protagonistas que no guardan relación entre sí. A pesar de las limitaciones, este experimento representa un paso significativo en la exploración de las posibilidades de la IA en el ámbito musical.

Desafíos y aprendizaje

Si bien la IA aún afronta dificultades para componer música sinfónica con la misma complejidad que un compositor humano, su potencial como herramienta para inspirar a compositores en la creación de obras menos sofisticadas es innegable. Esta iniciativa abre el camino para explorar el papel de la IA en la música y su capacidad para aportar nuevas perspectivas creativas.

A pesar de los retos encontrados, esta experiencia representa un hito en la relación entre la tecnología y el arte, mostrando un prometedor potencial en la colaboración entre la creatividad humana y la innovación tecnológica en el campo de la música.