Ana Laguna comenzó a interpretar los lloros de su hijo a lo largo de su baja de maternidad. Por pura afición, trató de clasificarlos desde una catalogación muy básica: apetito, sueño, gases, agobio y apego. “Existen algoritmos que permiten interpretar el canto de las aves e, incluso, comunicarse con los chimpancés. Pensé que también debía haber un modo de hacerlo con los bebés”, cuenta desde su casa en Ciudad Real. Cuando equiparaba sus resultados con los de sus amigos y familia, comenzó a percatarse de que verdaderamente existían patrones comunes. Así empezó Zoundream, la startup que examina por qué los recién nacidos rompen a plañir y aplica inteligencia artificial y reconocimiento de sonidos para descifrar los mensajes.
Todo comenzó cuando expuso sus descubrimientos en un encuentro informal donde los emprendedores charlan de sus proyectos personales. “La ponencia tuvo una repercusión mediática increíble. Fue entonces cuando decidí que aquello no podía quedarse en un simple hobby”. Unos meses después dejaba su puesto de científica de datos en Banco Bilbao Vizcaya Argentaria para dedicarse al proyecto de forma exclusiva.
Zoundream se creó de forma oficial en dos mil diecinueve, coincidiendo con su segundo embarazo. Para ello, contó con el apoyo de su actual asociado y consejero encargado de la compañía, Roberto Iannone, y la integración de Matteo Ingravalle y Paolo Ingratio en la parte técnica. El equipo lo cerró Stavros Ntalampiras, maestro de procesamiento de audio en Milán que en la actualidad ejercita como consultor de la compañía.
La vocación de Laguna por la inteligencia artificial es, realmente, bastante reciente. De hecho, es traductora. “Estudié traducción e interpretación porque me encantaba aprender idiomas. Tras dar un giro a mi carrera al poco de terminar los estudios, da la casualidad de que finalmente he acabado dedicándome a traducir. Pero no de la forma que esperaba”.
Sus clientes del servicio potenciales son las compañías de tecnología y el campo de los dispositivos del hogar, como Alexa o Google Home. “Desarrollamos tecnología para que esa interpretación sea efectiva. A partir de aquí, el software puede aplicarse a una larga cantidad de dispositivos y herramientas”. Por ahora solamente son capaces de transcribir las necesidades de apetito, sueño, gases, agobio y apego de los bebés de entre cero y 6 meses de vida. Cuando superan el medio año, cuenta Laguna, las necesidades se multiplican y se vuelven considerablemente más bastante difíciles de clasificar. También trabajan con pediatras para intentar diagnosticar posibles nosologías. Han colectado uno con setenta y cinco millones en múltiples rondas, y si bien en dos mil veintidos no han facturado prácticamente nada —apenas dieciseis euros en una prueba conduzco con Catalana Occidente—, aguardan comenzar este año a tener unos ingresos estables: “En 2024 Zoundream ya debería ser una empresa rentable”.
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Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica.
Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales, es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.