El sueño de convertirse en un unicornio, una startup valorada en 1.000 millones de dólares, ha sido el objetivo principal de muchas empresas emergentes en el ámbito tecnológico. Sin embargo, el escenario actual plantea un desafío sin precedentes para lograr esta distinción.

El llamado «invierno inversor» que comenzó a principios de 2022 ha marcado un nuevo ciclo económico que ha desvanecido la áurea mitológica que solía rodear a las startups unicornio. La sobrevaloración del mercado en 2020 y 2021 provocó un aumento exponencial en el número de unicornios, pero la situación ha cambiado drásticamente desde entonces.

Anteriormente, las empresas conseguían la condición de unicornio con relativa facilidad, incluso sin la solidez y rentabilidad que se exige en la actualidad debido al sobrecalentamiento del mercado. Sin embargo, la subida de los tipos de interés ha redirigido el interés del capital hacia inversiones más atractivas en términos de riesgo, retorno y liquidez. Esto ha hecho que las startups tengan ahora mayores dificultades para asegurar una ronda de inversión que las catapulte a la categoría de unicornio.

Según los expertos, hasta 2025 o 2026 será muy difícil para las startups ingresar en este selecto grupo, e incluso algunas que ya eran unicornios están perdiendo esa distinción.

El concepto de unicornio redefinido

Ante este escenario, el concepto de unicornio ha experimentado una redefinición significativa. En la actualidad, lo que realmente importa es el impacto generado por la empresa, y la etiqueta de unicornio ha dejado de ser una prioridad para muchos candidatos a lograr este estatus.

Miguel Fernández Larrea, CEO y cofundador de Capchase, señala que el concepto de unicornio puede ayudar a contratar talento y otorgar validez a la empresa, pero en sí mismo no aporta un valor significativo. Destaca que la verdadera valoración importante ocurre en un evento de liquidez, como una venta de la empresa o su salida a bolsa. En ese sentido, las valoraciones intermedias, incluida la de unicornio, pueden fluctuar considerablemente.

Por su parte, Javier Torremocha, cofundador y Managing Partner de Kibo Ventures, explica que el concepto de unicornio ha perdido parte de su carácter mitológico, y solo aquellas empresas que logren un valor significativo y generen retornos reales a los inversores tendrán una base de negocio sólida.

Además, la sostenibilidad se ha convertido en un elemento vital en la ecuación de las startups unicornio. José Antonio Pérez, General Manager y cofundador de CoverManager, enfatiza la importancia de la sostenibilidad financiera en las inversiones, priorizando empresas con un histórico de uso eficiente del capital.

El futuro de los unicornios

Es crucial considerar que una importante disminución de los tipos de interés será vital para reactivar las valoraciones de las empresas tecnológicas en etapas avanzadas y, por ende, impulsar la formación de nuevos unicornios. Javier Torremocha recalca la importancia de dar tiempo a las empresas para consolidar sus negocios en lugar de simplemente buscar un crecimiento rápido.

Todo indica que la madurez del ecosistema emprendedor español jugará a favor en la reactivación de los unicornios, y se espera que sea en 2025 o 2026 cuando la gestación de estas figuras empresariales llegue a término. El futuro sigue siendo incierto, y las quinielas en este momento carecen de sentido, pero está claro que los nuevos unicornios serán considerablemente diferentes de los que surgieron en ciclos económicos anteriores.

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