A priori, las situaciones están tan cerca que semeja bastante difícil que no haya pacto para un nuevo incremento del sueldo mínimo (SMI). Los empresarios proponen un tres%, CC OO en torno a un cinco%, UGT se sostiene a la espera y el Ministerio de Trabajo explora un levanta que ronde el cuatro%. Todo semeja apuntar al cuatro% como punto de encuentro (prácticamente on line con la evolución de los costes) y que Yolanda Díaz consiga un nuevo jalón del diálogo social, una nueva fotografía en la que empresarios y sindicatos se den la mano. Esta posibilidad existe, mas está más lejos de lo que podría parecer viendo esos puntos de partida.
Esto es así pues la patronal desea que el Gobierno se comprometa a que las contratas públicas medren para poder repercutir el aumento del sueldo mínimo. Sin embargo, Trabajo deja claro que esa no es su competencia y que no es objeto de discute de la presente negociación. En el ministerio prosiguen expresando “optimismo” frente a la posibilidad de poner a todos conforme, mas otras fuentes de la negociación ven “difícil” que la patronal participe. Este lunes por la mañana se festeja la segunda asamblea.
La patronal dio el paso inicial de la negociación el veintidos de noviembre. El interlocutor más reluctante a los aumentos se adelantaba proponiendo un levanta del tres% en dos mil veinticuatro y otro tres% en dos mil veinticinco, on line con el acuerdo salarial subscrito en el mes de mayo. Así, quedaría establecido en mil ciento doce euros bárbaros mensuales en catorce pagas el próximo año y mil ciento cuarenta y cinco al siguiente, en frente de los mil ochenta actuales. Este movimiento cogió por sorpresa a muchos, sobre todo pues suponía una aceptación implícita del cuarenta y siete% de incremento que el SMI registra desde dos mil dieciocho, cuando la patronal solo ha participado en uno de los consecutivos pactos de subida (el alcanzado en el mes de enero de dos mil veinte).
Este planteamiento de CEOE y Cepyme iba acompañado de un pero importante, que en la primera asamblea (festejada el treinta de noviembre) la patronal dejó claro que era clave. “Esta propuesta tiene como condición sine qua non la modificación de la normativa de revisión de precios en los procesos de contratación del sector público, para repercutir el incremento del SMI en los contratos en ejecución”, afirmaba el comunicado empresarial. Y en este punto de la negociación, por el momento, no se aprecian las condiciones para el pacto.
En su nota de prensa los empresarios asimismo insistían en demandar un régimen de deducciones aplicables al ámbito agrario, “con una reducción del 20% sobre la cuota empresarial por contingencias comunes, que se sumaría a los incentivos ya vigentes”.
Fuentes de Trabajo dismuyen las posibilidades de acceder a estas solicitudes de la patronal. En el ministerio señalan que la mesa de diálogo se dedica a actualizar el sueldo mínimo, no a otros temas, así que estiman que ni la solicitud referente al campo ni la de las contratas públicas están en el centro del discute. Sobre este segundo tema, desde el departamento de Díaz agregan que ni tan siquiera es competencia del Ministerio de Trabajo. Forma una parte de las atribuciones de Hacienda. Respecto a las deducciones en la agricultura, exactamente las mismas fuentes consideran que no se ha probado una afectación negativa del sueldo mínimo en el campo.
Contratos públicos
Los empresarios no están solos en el discute sobre los contratos públicos. Los sindicatos vienen proponiendo que es una solicitud razonable, e inclusive lo plasmaron al lado de la patronal en el quinto Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). Con todo, las centrales sindicales insisten en la relevancia de observar que esos aumentos repercutan en mejoras para los trabajadores y no para los márgenes empresariales. El planteamiento de la patronal se aplicaría, por poner un ejemplo, a contratos públicos en materia de limpieza. La empresa que logra la licitación acostumbra a hacerlo con un coste ajustado y, de manera frecuente, con una remuneración de sueldo mínimo para los empleados. Un incremento del SMI desapareja el cálculo de la compañía y puede absorber una buena parte de sus márgenes.
El contrargumento más fácil es que la compañía debería prever esta circunstancia, mas a la vez es la Administración Pública la que acostumbra a decantarse por la opción más asequible. El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, suele cristalizar esta solicitud con esta metáfora: “Con el salario mínimo, el Estado nos dice: ‘Te invito a cenar, pero la cena la pagas tú”. Fuentes sindicales ven bastante difícil que, con las situaciones actuales, la patronal participe en el acuerdo: “Si quiere hablar de SMI, podemos llegar a un acuerdo. Si quiere hablar de otras cosas, se antoja complicado”, razonan.
Las condiciones de la patronal son uno de los primordiales motivos por los cuales UGT no ha desvelado su propuesta de incremento. En el sindicato desean saber si la oferta de subida de la patronal “es realmente sincera y con posibilidades claras de negociar” ya antes de fijar su situación. Es decir, su propuesta no es exactamente la misma si participa la patronal que si no lo hace. Si los empresarios no son parte del acuerdo, UGT adoptaría una situación mas inflexible que moderaría si hay posibilidades de un pacto trasversal. Asimismo, si bien comparten con la patronal la relevancia de actualizar las contratas, no piensan que haya de ser condición para subir el SMI.
CC OO sí ha verbalizado una cantidad de incremento: piensan que ha de ser en torno al cinco%, guarismo con el que, señalan en el sindicato, el SMI se pondría el próximo año en el sesenta% del sueldo medio (on line con lo que aconseja la Carta Social Europea y a lo que se comprometen Partido Socialista Obrero Español y Sumar en su pacto de Gobierno). En CC OO vienen expresando que no van a admitir el tres% que proponen los empresarios y que tampoco se conformarían con un tres,8% en consonancia con la inflación. Esto es así pues los productos básicos han aumentado más de coste (en torno a un diez%), y son justo las personas con recursos más limitados las que más perjudicadas se ven por esas subidas. En el sindicato añaden que la actualización de las contratas no habría de ser una línea roja en la negociación,
Senda de subida
Trabajo, CC OO y UGT han acordado las 3 últimas subidas del SMI (de novecientos cincuenta euros bárbaros en catorce pagas a inicios de dos mil veinte a novecientos sesenta y cinco en el mes de septiembre de dos mil veintiuno, de ahí a mil en el mes de septiembre de dos mil veintidos y de esa cantidad a mil ochenta en el mes de enero). A ellos se sumó la patronal en el pacto de enero de dos mil veinte, que elevaba el SMI a novecientos cincuenta euros mensuales. Ese fue el primer incremento con Díaz como ministra de Trabajo, mas ya antes hubo otro acelerón, en el último mes del año de dos mil dieciocho. El entonces Gobierno a solas del Partido Socialista Obrero Español, que tomó las bridas tras la petición de censura a Mariano Rajoy, se comprometió con sus asociados parlamentarios de Unidas Podemos a acrecentar el SMI de setecientos treinta y seis a novecientos euros, acuerdo que cristalizó en el BOE en el comienzo de dos mil diecinueve.
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