Las olas de infelicidad proceden del populismo. La dicha implica una economía sana, el dinero no la adquisición, mas su falta lleva a la miseria. Luego prosigue vivir en democracia, sin corrupción, crear una cultura optimista y mirar hacia adelante sin miopía del futuro.

La Escala de las Necesidades: Más Allá de la Supervivencia.

La pirámide desarrollada por Maslow señaló la relevancia de esta escala de las necesidades humanas. En la base situó a las de supervivencia, en la parte media las de seguridad, amor y en la parte superior a las de autorrealización y trascendencia.
La mayor una parte de las personas subsisten en los niveles inferiores de la pirámide y poquísimos llegan a la cima. La necesidad es la madre del invento que deja escalar la pirámide. Pero para tener el corazón contento primero hay que tener la panza llena.

Creatividad Innovadora: La Misión Como Motor de Felicidad

La conexión se debe dar entre ser creativo e renovador y el tomar conciencia de la misión personal en la vida. Esto deja actuar desde un objetivo vital interno, sentir que se contribuye con un valor esencial y con un servicio útil para el resto. Creación e innovación asociadas son productoras de valor.

Salir del Pozo: Desafíos en un Mundo Desconectado

Hay gente que no es pobre, mas que es infeliz. La gente insatisfecha es el medio de proliferación para los gobiernos populistas. El derrumbe de las ideologías y el gradual caiga de las religiones tradicionales han dejado a cientos y cientos de millones de personas sin una brújula ética, sin una comunidad y sin un objetivo.

Hay otros factores que influyen en la desconexión: la revolución tecnológica, que convirtió el planeta del trabajo suprimiendo la ilusión del trabajo para toda la vida, y las redes sociales que redujeron la comunicación que generaba un mayor contacto humano.

Prescriptores Sociales: Recetas Inusuales para la Felicidad

Ante la ola de infelicidad provocada por la conjunción de estos factores, ciertos países tomaron medidas para acrecentar la dicha. Hay médicos británicos que dan recetas sociales: desde clases de bailes y de canto. Consideran que una de las claves de la dicha es el optimismo. La gente optimista vive 6 años más que los fatalistas. Proponen crear una cultura donde prevalezca un optimismo realista. Eso da más energía, inventiva y productividad. El optimismo puede fallar, mas el fatalismo paraliza.

Aumento de la Infelicidad: Desentrañando Causas Globales

La explosión social vivida en dos mil diecinueve en Chile, ocurrió a pesar de que el país había conseguido la mayor tasa de desarrollo económico de América Latina y fue el motivo para investigar las razones que explican los índices récord de insatisfacción en todo el planeta.

Para prosperar hay que insistir en el desarrollo económico, mas sostener la lucha contra el populismo y la corrupción, conjuntadas con el combate contra el descontento.

Según la Encuesta Gallup en ciento treinta y siete países en dos mil veintidos el índice de personas que se declararon enojadas o agobiadas fue del treinta y tres %, un incremento notable con respecto al veinticuatro % de dos mil seis.

Grandes Avances Sociales y Científicos: Enfrentando Factores Sociales

Es indiscutible que a pesar de los avances científicos y tecnológicos, hay factores sociales que menoscaban la dicha y los países producen políticas para batallar contra la infelicidad. En India hay programas para educar a los pequeños a ser más felices. La organización Step Up en Nigeria organiza sesiones que enseñan a los pequeños a combatir la corrupción, uno de los mayores inconvenientes de esa nación. En el Reino Unido miden la dicha con preguntas a lo largo del censo, lo que les deja realizar entonces ideas precisadas.

Los estudiosos de la dicha apuntan la diferencia entre la alegría, como algo temporal, y la satisfacción de vida, la que va de la mano de un trabajo digno, ahorros financieros, el vivir en democracia y lejos de la corrupción. La alegría es un fenómeno pasajero, la satisfacción de vida es considerablemente más durable, una variable en la que son líderes los países norteños como Finlandia, nación que además de esto tiene la tasa de suicidios más baja con respecto a la media europea.

En el estudio de Gallup, los países más felices del planeta (desde la perspectiva de la satisfacción de vida) son Finlandia, Dinamarca e Islandia, al tiempo que Estados Unidos se sitúa en el puesto quince y España en el treinta y dos. No es casualidad que los países más catastróficos en lo económico y corruptos como Venezuela estén en los últimos puestos.  Cuba no es parte de este estudio pues no deja el ingreso de los encuestadores de Gallup.

En la prosecución de la dicha juegan los avances en tecnología, para lo bueno y lo malo. Un desarrollo tecnológico que tiene un aporte positivo, es la posibilidad de, merced a la ingeniería de datos, de hallar «focos de descontento» para desarrollar políticas públicas centradas, como abordar la ola de soledad entre los adultos mayores.

Hay inconvenientes sociales que se traducen en enfermedades, costos hospitalarios, muertes y una mala onda colectiva que nos afecta a todos.

Recetas para la Felicidad: Más Allá del Crecimiento Económico

El hecho de reconocer la infelicidad no implica que las medidas adoptadas para combatirla sean convenientes. Bután es un caso,  creó el índice de dicha nacional salvaje, mas está hoy entre los peores países del planeta. La legislación sobre infelicidad fue incorporada en su Constitución de dos mil ocho, mas la realidad no es tan idílica como la fama que acompaña a este recóndito reino ubicado en la cordillera del Himalaya. Es un estado pobre (su renta por cabeza anual es de poco más de tres mil dólares estadounidenses) y, además de esto, ocupa un lejano puesto noventa y cinco en el Reporte Mundial de la Felicidad, conforme asevera Karma Ura, presidente del Centro de Investigaciones de la Felicidad Nacional Bruta.

La Escuela como Pilar de la Felicidad: Enseñanzas Diarias

El impacto de la educación en la dicha. Uno de los pilares de la dicha está en la escuela. En India, diariamente, se instruye a los pequeños en diferentes prácticas, como mindfulness o conversaciones sobre como permitir y superar los descalabros. Estas últimas están basadas en casos reales como el de la estrella del futbol Lionel Messi El objetivo es que los pequeños aprendan desde pequeñísimos, que no hay que ahogarse en un vaso de agua. Como afirma la ley del karma -uno de los principios budistas-, cada uno de ellos recoge lo que siembra.

Populismo y Descontento: Desafíos para la Felicidad Global

El papel del populismo es definitivo en la ola de infelicidad. Es precisa la economía, la democracia, y la necesidad de una cultura optimista para mirar cara adelante. Una de las peores causas de la ola de infelicidad es el incremento de líderes populistas, de los dos extremos del fantasma político. El descontento explica que lleguen al poder Gustavo Petro (Colombia), Donald Trump (Estados Unidos), Nicolás Maduro (Venezuela). Para cultivar la Felicidad en un Mundo en Transformación que encara retos sociales, económicos y tecnológicos, y edificar un futuro más feliz, es esencial desarrollar las relaciones sociales y valores esenciales que compensen la caída de las ideologías y de las religiones que hicieron perder la brújula ética, las comunidades y el sentido del propósito en la vida.

Mientras los robots conminan el trabajo humano y las redes dismuyen el contacto, hay países que procuran soluciones. Los médicos en Inglaterra dan recetas sociales. Intentan crear un optimismo realista, ya que muchas nosologías son ocasionadas por carencia de relaciones humanas.

Uno de los pilares de la dicha está en la escuela. En la India se aprende mindfulness y a superar los descalabros. El objetivo aprender a no ahogarse en un vaso de agua.

La ola de infelicidad procede del populismo. La dicha implica una economía sana, el dinero no la adquisición, mas su falta lleva a la miseria. Luego prosigue vivir en democracia, sin corrupción, crear una cultura optimista y mirar hacia adelante sin miopía del futuro.

Juan Pablo Cortez

Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.