El pasado febrero, el anuncio de Ferrovial sobre su pretensión de trasladar la matriz del conjunto a Ámsterdam para cotizar en Países Bajos y de allá dar el salto al parquet neoyorquino se transformó en un tema de Estado. La operación, aprobada por la junta de accionistas el pasado abril, desencadenó un intercambio de cartas entre la compañía y el Gobierno y acaparó múltiples titulares en la prensa. Sin embargo, lo que quedó fue estruendos. Desde el pasado dieciseis de junio, data en la que entró en vigor la fusión entre Ferrovial y su filial en Países Bajos, y en que comenzó a cotizar en el Euronext de Ámsterdam, el volumen de acciones de la compañía que se negocian en la Bolsa de España supera en ciento ochenta y dos veces al de títulos que se intercambian en Holanda. En este tiempo además de esto, Ferrovial ha registrado un rally en Bolsa que ubica al valor en máximos históricos.

Ferrovial esgrimió que el cambio de sede fiscal procuraba una mejora en las condiciones de financiación, dotar de liquidez a la acción y conseguir captar una base de inversores más extensa. Pero los inversores internacionales semejan proseguir confiando más en la liquidez que ofrece el mercado de España en comparación con de Países Bajos, conforme defienden en BME. De hecho, basándonos en los datos del gestor de España actualizados hasta el dieciseis de noviembre, desde junio la Bolsa de España ha dominado frente al índice holandés tanto por volumen de negociación de los títulos de la compañía como por número de operaciones. En junio, el volumen de acciones de Ferrovial negociado en España fue de trescientos sesenta y siete millones, catorce veces más que los veinticinco con nueve millones de Países Bajos. El número de operaciones asimismo fue muy dispar: más de veintitres en Madrid en frente de unas dos mil setecientos en Ámsterdam.

En julio, el saldo en favor del parquet de España fue de cuarenta y uno veces más: cuatrocientos doce con cinco millones de euros negociados en Madrid en unas treinta y tres operaciones en frente de los nueve con nueve millones contratados por medio de la plataforma neerlandesa, en más de dos mil operaciones. En agosto, fueron trescientos noventa y cuatro millones en la Bolsa de España (treinta y uno y novecientos operaciones), en frente de los dos con seis de la de Ámsterdam (mil quinientos operaciones). En septiembre el mercado de España negoció quinientos cincuenta y nueve millones (cuarenta y uno.000 operaciones), en frente de los tres millones del índice holandés (mil doscientos operaciones). En octubre, el mes más diferente, se negociaron quinientos setenta y dos millones euros en títulos de Ferrovial en España (cuarenta y ocho y seiscientos operaciones) en frente de los uno con dos millones en Países Bajos (setecientos cuarenta y uno operaciones): esto es, cuatrocientos cincuenta y cinco veces más. En las primeras un par de semanas de noviembre, el mercado de España negoció doscientos cincuenta millones de euros en títulos de Ferrovial (en veinte y setecientos operaciones) contra un millón del holandés (cuatrocientos treinta y cuatro operaciones).

Desde el cambio de su sede social, los títulos de Ferrovial se han valorizado un siete% en la Bolsa de España, donde además de esto están en máximos históricos. El cincuenta y uno con nueve% de las firmas de análisis aconsejan adquirir sus acciones, frente al treinta y siete% que recomienda sostenerlas en cartera y el once con uno% que considera más oportuno venderlas. El mercado, además de esto, prosigue viendo recorrido a sus acciones y le da un potencial del cinco con seis%. En lo que va de año, sus acciones avanzan un veintisiete% y su capitalización bursátil supera ya los veintitres millones.

Salto a EE UU

El cómputo de prácticamente 6 meses muestra que la negociación en Bolsa de las acciones de Ferrovial se concentra prácticamente en su totalidad en España. Para una Bolsa como la de España, con empresas de menor capitalización que sus vecinas europeas y sequía total de estrenos bursátiles, la mudanza de Ferrovial fue un duro golpe y desde BME reclaman ahora la capacidad del parquet de España para servir de trampolín para cotizar en Wall Street, sin precisar el paso intermedio de cotizar asimismo en Países Bajos. Pese a ello, aún está pendiente de solucionar las cuestiones técnicas para poder facilitar el salto a cotizar en Estados Unidos a las compañías que lo pidan. Aspectos técnicos, de fontanería bursátil, que meses atrás apuntaron que se podrían solucionar, de así solicitarlo por la parte de la compañía en unos meses.

Además, aunque tras la marcha de Ferrovial a Áms­terdam brotaron miedos de un posible efecto llamada que animara a otras grandes compañías a dar el salto, desde el holding de mercados de España aseguran que no ha ocurrido y definen el caso de Ferrovial como “muy excepcional”, pues se trata de una compañía cuyos ingresos proceden primordialmente de EE UU. Pese a descartar este escenario, se muestran “cautos y pendientes” por lo que pueda acontecer. La supuesta inseguridad jurídica de España fue uno de los razonamientos esgrimidos por Ferrovial en su traslado y es una idea que ha reaparecido en el campo empresarial a causa de la amnistía por el procés.

Desde Ferrovial insisten en que la prioridad para la firma es dotar de mayor liquidez a la acción y lograr financiación más asequible. Para ello, defiende como estratégico cotizar en EE UU y conseguir su inclusión en algún selectivo como el Russell dos mil. El traslado a Países Bajos asimismo es visto como un reclamo para dar más visibilidad a la acción entre los inversores internacionales. La compañía sostiene su objetivo de cotizar en la Bolsa de Nueva York, un jalón que aguardan para el primer trimestre de dos mil veinticuatro. Para ello, prosiguen a la espera de la aprobación del regulador del mercado estadounidense (SEC), que llegará después de lo previsto por la compañía. Mientras tanto, la compañía prevé arrancar un extenso programa de inversión en acciones propias para su siguiente amortización y en el pago de dividendos.

Desde Ferrovial insisten en que la prioridad para la firma es dotar de mayor liquidez a la acción y lograr financiación más asequible. Para ello, defiende como estratégico cotizar en EE UU y conseguir su inclusión en algún selectivo como el Russell dos mil. El traslado a Países Bajos asimismo es visto como un reclamo para dar más visibilidad a la acción entre los inversores internacionales. La compañía sostiene su objetivo de cotizar en la Bolsa de Nueva York, un jalón que aguardan para el primer trimestre de dos mil veinticuatro. Para ello, prosiguen a la espera de la aprobación del regulador del mercado estadounidense (SEC), que llegará después de lo previsto por la compañía. Mientras tanto, la compañía prevé arrancar un extenso programa de inversión en acciones propias para su siguiente amortización y en el pago de dividendos.

Más tiempo de contratación desde el día cuatro

Una nueva funcionalidad. A partir del 4 de diciembre el mercado de España va a ofrecer una nueva sencillez a los inversores. Desde BME explican que introducirán el llamado trading at last, una funcionalidad que la mayor parte de los mercados bursátiles ya incluyen en su operativa. Este nuevo instrumento deja extender el periodo de negociación a coste de cierre, mas sin alterar el coste. Se trata incorporar a la sesión un periodo de tiempo limitado, de entre 5 y diez minutos, que deja negociar a todos aquellos inversores que “hayan llegado tarde”. 

Las dudas del regulador. Desde BME reconocen que llegan tarde con respecto a el resto mercados europeos, que ya adoptaron esta funcionalidad. Sin embargo, explican que las razones que retrasaron su puesta en marcha eran puramente técnicas. “Hemos tenido dudas porque nos gusta que todos participen en el proceso de formación de precios. Pero si un inversor se ha quedado fuera es bueno darle facilidades”, explican desde BME. 

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Mercedes Cruz Ocaña