El coste medio de la electricidad en el mercado mayorista, del que toman unos 8 millones de usuarios (los que tienen contratada la tarifa del mercado regulado, asimismo famosa como PVPC), va a marcar este sábado su mínimo en prácticamente 3 años: uno con cincuenta y uno euros por megavatio hora (MWh) de media, frente los uno con cuarenta y dos euros del treinta y uno de enero de dos mil veintiuno, la data a la que hay que remontarse para dar con una cantidad afín. Se afianza, así, la que —salvo sorpresa mayúscula este domingo— va a ser la semana con la luz más asequible desde mediados de febrero de dos mil veintiuno.
El tramo horario más económico de este sábado va a ser entre las once y las dieciocho, cuando el coste de la luz va a estar en cero y vecinos. Eso no desea decir, con todo, que el coste que paguen los usuarios acogidos al PVPC vaya a ser nulo: hay que sumar, asimismo, los peajes y cargos.
El tramo horario más económico para estos hogares va a ser, en cambio, entre las veintitres y las veinticuatro y entre las once y las doce del mediodía, cuando bajará de los dos céntimos por kilovatio hora (KWh). Entre las doce las quince, se superarán por poco los dos céntimos, conforme los datos de Red Eléctrica de España (REE). Unos costes, en cualquier caso, de derribo a lo largo de casi toda la jornada.
Que el coste caiga a valores tan bajos es homónimo, prácticamente siempre y en toda circunstancia, de desperdicio de energía: es más la electricidad que se produce que la que se consume en múltiples zonas de España. De ahí que trasladar los consumos familiares gestionables (la lavadora, el lavaplatos, el horno o el vehículo enchufable, quien lo tenga) a esas franjas horarias no solo sea una buena resolución económica sino más bien asimismo ambiental. En el lado opuesto, las horas más caras de la jornada van a ser entre las diecinueve y las veintidos, cuando se van a pagar poco más de 4 euros. Un coste, sin embargo, que sería de derribo para cualquier día del año.
Gran cuota renovable
Más allí de la frecuente caída de la demanda, propia de los fines de semana, el fuerte descenso en el coste de la luz en los últimos días tiene un factor detrás: las borrascas Ciarán, ya de salida y que ha perjudicado a todo el continente europeo, y Domingos, que comenzará a dejarse sentir este sábado. La entrada de viento y agua es la mejor nueva posible para los usuarios y para el medio ambiente, por el hecho de que mitiga simultáneamente los costes y las emisiones de gases de efecto invernadero.
Este sábado, las fuentes renovables (eólica, hidráulica, solar fotovoltaica y solar térmica) aportarán prácticamente el ochenta% de la electricidad que se consumirá y exportará. Si se aúna la nuclear —que está operando a la mitad de su capacidad potencial—, más del noventa y uno% va a ser libre de emisiones.
En estos valores no tiene ninguna incidencia la llamada salvedad ibérica, que lleva inactiva desde finales de febrero por la fuerte bajada del coste del gas y la subida en los umbrales de activación tras la última prórroga aprobada por la Comisión Europea. Para que entre en vigor, en el mes de noviembre la cotización del gas ha de ser igual o superior a 63,9 euros por megavatio hora (MWh); lejos de los presentes treinta y cuatro euros en el mercado ibérico (Mibgas).
A partir del lunes, no obstante, el cambio meteorológico —de la borrasca al anticiclón— favorecerá una notable subida de costes y emisiones, con las centrales de gas volviendo a cubrir una parte de la demanda en ciertos tramos horarios. Si tiene lavadoras o lavaplatos pendientes de poner, el instante es ahora.