Las soft skills se han transformado en los activos más buscados por los reclutadores, por encima aun de las habilidades técnicas y de la experiencia laboral. Las empresas precisan personas que sean más diligentes y acomodables, capaces de hacer en frente de los veloces cambios en el mercado.

“Las soft skills son uno de los cinco factores con mayor impacto en el éxito de una empresa, junto con el espíritu de empresa, la competitividad, la inversión y la innovación”, explica Jesús Araújo, CEO de Cegos España y Latam.

Entre las ventajas de las soft skills, favorecen una adopción más veloz de las nuevas prácticas de trabajo; una mayor retención de talento, ya que favorecen la movilidad en todos y cada uno de los niveles de la empresa; y la mejora del cumplimiento de los plazos, merced a procesos de trabajo más colaborativos.

Incluso, las soft skills asimismo contribuyen al bienestar en el ambiente laboral y tienen un efecto positivo en el equilibrio entre la vida profesional y personal de los trabajadores. Aumentan la resistencia al agobio, asisten a los empleados a hallar satisfacción personal en su trabajo y pueden ser aplicadas a su vida privada.

Estas son las 7 soft skills que más va a demandar el mercado:

Las organizaciones están poco a poco más conectadas mediante la red y cuentan con equipos acomodables, recónditos y pluriculturales. Además, las comunidades virtuales y redes sociales están tomando el relevo de las organizaciones verticales.

Colaborar y cooperar a distancia resulta indispensable. Para conseguirlo se requieren fuertes habilidades interpersonales, habilidades en el uso de herramientas de cooperación, conocimiento de múltiples idiomas y saber distinguir y comprender posibles diferencias culturales.

Resulta esencial ser un usuario eficiente, mas no es bastante. La alfabetización digital implica 3 habilidades complementarias:

  • Buscar, acceder, clasificar, filtrar y sintetizar la información relevante de forma crítica y sistemática.
  • Producir contenido que aporte un valor agregado real para otros: ir alén de sencillamente compartir.
  • Producir y publicar contenidos multimedia convenientes.

La poco a poco más fragmentada naturaleza de las trayectorias profesionales lleva a desarrollar un conjunto de conocimientos y experiencias que van a ser extensamente transferibles.

La agilidad y capacidad de las personas para liderar el cambio va a ser un factor clave de éxito; deberán trabajar una enorme tolerancia a la inseguridad y a las nuevas ideas, adquirir conocimiento en múltiples disciplinas y ser capaces de aceptar el cambio progresivo.

La creatividad es la habilidad de plantear nuevas formas de interpretar las situaciones. Implica estar abierto a nuevas ideas y experiencias (culturales, artísticas o profesionales). Una persona puede desarrollarla como usuario especialista de las herramientas que promueven esa inventiva y buscando ambientes que favorezcan la creación de nuevas ideas.

La libertad de empresa, tanto dentro como fuera de las organizaciones, jamás ha sido tan grande. La capacidad de un individuo para transformar ideas en acciones requiere una enorme motivación (el entusiasmo es el impulsor más poderoso para la acción), asumiendo peligros y administrando proyectos que procuren lograr objetivos específicos.

La proliferación de comunicaciones improductivas, la creciente masa de información, las distintas distracciones y la cantidad de proyectos que se efectúan simultáneamente fuerzan a las personas a acrecentar su productividad en sus trabajos para conseguir lograr sus objetivos. Hay 3 aspectos que resultan críticos:

El tiempo es y proseguirá siendo escaso. Resulta indispensable conocer y aplicar las mejores prácticas en la administración del tiempo, sabiendo seleccionar prioridades.

La buena administración del ambiente de trabajo, ya sea en la oficina o de forma recóndita, debe asegurar una accesibilidad perfecta para poder encarar cualquier inconveniente eficazmente.

Es esencial aprovechar cada ocasión de mecanizar las labores más rutinarias.

Es aconsejable que cada persona reserve un veinte% de su tiempo laboral para prosperar sus habilidades y continuar siendo empleables, tratando de cumplir con lo que el mercado de trabajo demanda a cada instante.

Para ello, las personas deben desarrollar una cultura de autoaprendizaje y diseñar su estrategia en el ecosistema (empresa, redes, instituciones de capacitación y comunidades).

Las soft skills pueden definirse como “habilidades de comportamiento”, un conjunto de habilidades interpersonales, situacionales y sensibles que asisten a la compañía y a sus equipos humanos a enfrentarse a la dificultad y la imprevisibilidad del planeta que les circunda.

En el año dos mil treinta, se calcula que la demanda de habilidades tecnológicas va a aumentar en un cincuenta y cinco%, los requisitos para las habilidades sociales y sensibles (liderazgo, administración, etc.) van a aumentar en un veinticuatro% y la demanda de habilidades enormemente cognitivas (como la inventiva o el procesamiento de información compleja) va a aumentar en un ocho%, conforme el informe El futuro del sitio de trabajo, de la asesora McKinsey.

Juan Pablo Cortez

Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.