Javier del Prado, vicepresidente de Conectividad Móvil en Qualcomm.
Javier del Prado, vicepresidente de Conectividad Móvil en Qualcomm.

Javier del Prado, ingeniero de telecomunicaciones barcelonés de cuarenta y seis años, dejó la Universidad Politécnica de Cataluña en dos mil uno para hacer un máster de Nueva York y ya no ha vuelto a asentarse en España, salvo para vacaciones. Ha pasado tanto tiempo en el extranjero que le cuesta un tanto recobrar la fluidez en castellano. Ha trabajado como estudioso para Philips en Estados Unidos, para NXP Semiconductors y para ST-Ericsson. Hace diez años recaló en Qualcomm, la multinacional tras los procesadores de ciertos móviles y dispositivos familiares más vendidos. En esta compañía, de la que es uno de los vicepresidentes, ha trabajado para dotar a los móviles de las mejores capacidades de conectividad. Ahora anda embarcado en complementar este potencial con el nuevo estándar de wi-fi, la tecnología de conexión inalámbrica que se ha transformado en el hijo adoptivo tecnológico del noventa y seis% de los hogares.

Pregunta. Ha trabajado en dotar de capacidades de conectividad compatibles con Wifi siete a los móviles y ahora Qualcomm se lanza a por el router del hogar. ¿Por qué?

R. Empezamos con los móviles y los routers en el mercado de retail [directo al consumidor] hace un año y ya hay bastantes diseños libres en el mercado que aguantan Wifi siete. Pero faltaba el paso de la conexión entre la infraestructura y los servicios que ofrece el operador.

P. Las operadoras aseveran que, con la guerra de costes, es bastante difícil invertir para aprovechar los avances en tecnología y satisfacer la creciente demanda de servicios y datos en el hogar.

R. El mismo reto hallamos en los teléfonos móviles, cuyos costes no se acrecientan todos los años, mas la tecnología se hace más accesible conforme es adoptada a gran escala. Lo que asimismo procuramos como industria es localizar nuevos caminos de explotar comercialmente el servicio, darle al operador la capacidad de conseguir beneficios con determinadas aplicaciones y servicios que pueden ofrecer al usuario. Puede haber un cambio de modelo donde el usuario ya no solo adquiere el teléfono, sino más bien asimismo algunos servicios, como un bulto propio de entretenimiento.

P. ¿El usuario demanda Wifi siete?

R. El usuario solicita una experiencia. Ahora se percata de que ciertas cosas que hace hoy marchan aproximadamente, mas las aplicaciones cada vez demandan más y existen algunas que no marchan bien. Por ejemplo, un juego del móvil compartido con el resto de la familia en una pantalla grande de la casa no marcha bien sin Wifi siete. Y como esta aplicación, existen muchas. Hay un apogeo de la experiencia multidispositivos, la capacidad de trabajar con cualquier aparato sin desamparar exactamente el mismo ambiente. Esto produce una enorme demanda al wi-fi pues demanda considerablemente más conexiones entre el teléfono y el portátil, el computador de mesa o la tableta. Requiere considerablemente más ancho de ancho de banda y menor latencia [tiempo de respuesta]. Si se recurre a una reproducción sin cable de un computador en una pantalla grande, el ratón del computador no responde bien pues la latencia es altísima. Con Wifi siete resolvemos este inconveniente y damos al usuario la capacidad de trabajar con reproductores externos tal y como si estuviesen conectados por cable.

P. El usuario se gasta mil euros en el móvil, mas no desea gastarse dos con cinco euros en una aplicación profesional. ¿Puede pasar con los routers de última generación, que el usuario no desee invertir quinientos o seiscientos euros en progresar la conectividad?

R. Es una cuestión de comprensión. El usuario debe comprender qué beneficio le aportan las nuevas tecnologías a cambio de su dinero. Con las cámaras lo han entendido realmente bien y saben que más megapíxeles suponen más calidad. Con las tecnologías inalámbricas es más difícil. Las operadoras deben explicar al usuario las ventajas que va a conseguir.

El usuario cada vez es más siendo consciente de las capacidades y restricciones de su wi-fi y de sus equipos. Llega un instante en el que debe meditar si tiene los medios convenientes para sus necesidades”

P. ¿Por qué van tan veloz? ¿Por qué empresas de programación y procesadores, como Qualcomm, y de fabricación de dispositivos se han lanzado a por el Wifi siete cuando la Wifi Alliance aún no lo ha certificado?

R. La certificación se espera a fines de este año, mas vamos tan veloz pues hay demanda. En Qualcomm vemos que la transición entre Wifi seis y siete va más veloz que del cinco al estándar siguiente. Y nuestros clientes del servicio lo demandan. Quieren ser los primeros en ofrecerlo, sobre todo en los productos más complejos, en los niveles premium. El Wifi seis asimismo se introdujo ya antes de su certificación.

P. Las tecnológicas han justificado los despidos masivos en que la vuelta a la normalidad tras la pandemia de la covid supuso un descenso en la demanda de equipos y servicios. ¿La tecnología wi-fi familiar puede padecer exactamente el mismo inconveniente?

P. ¿Los wi-fi bajo la sexta generación tienen peligro de colapso dada esta mayor demanda?

R. Está claro que, cada vez existen más dispositivos conectados a la red, la congestión aumenta y va a ser poco a poco más bastante difícil sostener la conexión. Los dispositivos que no sean compatibles con Wifi seis, por lo menos, y que disponen de menor capacidad, no van a tener el suficiente acceso a la red y va a ser prácticamente imposible asegurar nada.

P. ¿El usuario debe meditar en mudar ya de equipos?

R. Los teléfonos, desde el dos mil diecinueve, ya son compatibles con Wifi seis. Con el resto de dispositivos familiares, se trabaja para facilitar la migración sin que el usuario se dé cuenta de la evolución y darles el servicio que demandan. El usuario cada vez es más siendo consciente de las capacidades y restricciones de su wi-fi y de sus equipos. Ya hay ciertas aplicaciones en el computador que tardan minutos en cargarse. Son siendo conscientes de que su ancho de banda es deficiente. Llega un instante en el que debe meditar si tiene los medios convenientes para sus necesidades.

Adrian Cano

Santander (España), 1985. Después de obtener su licenciatura en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, decidió enfocarse en el cine y se matriculó en un programa de posgrado en crítica cinematográfica. Sin, embargo, su pasión por las criptomonedas le llevó a dedicarse al mundo de las finanzas. Le encanta ver películas en su tiempo libre y es un gran admirador del cine clásico. En cuanto a sus gustos personales,  es un gran fanático del fútbol y es seguidor del Real Madrid. Además, ha sido voluntario en varias organizaciones benéficas que trabajan con niños.