Ya sean los temores a volar, a charlar públicamente o dirigir una compañía, Richard Branson afirma que para superarlo el paso inicial es reconocerlo.

El emprendedorismo requiere un tipo singular de coraje –debes enfrentar un montón de inseguridad para lanzar y sostener tu negocio. La habilidad de reconocer tus temores, conocer las causas y después tomar decisiones sobre de qué forma proceder puede representar la diferencia entre éxito y descalabro para una nueva empresa.

Pero todos sabemos que el temor puede ser bastante paralizante, en especial tratándose de fobias. Aprender a superar las propias fobias asimismo puede ser útil en el planeta de los negocios, ayudándote a aprender la diferencia entre el temor nada razonable y la alarma razonable. ¡Así que encaremos juntos nuestros temores!

Todos tienen sus diablos personales, mas los especialistas coinciden que las dos fobias más habituales son el temor a volar y a hablar en público. En el primero tengo mucha suerte: Volar jamás me ha molestado, mas por el otro lado, múltiples de mis viajes en globos aerostáticos han terminado en horribles aterrizajes, así que de cierta forma puedo relacionarme con esto.

En los primeros días de Virgin Atlantic, bastantes personas comentaban sobre nuestra compañía aérea con una oración propedéutica como, “Para alguien que le teme a volar, debo confesar que disfruté el viaje”.

Un pasajero me afirmó que los vídeos puestos en todos y cada asiento le asistieron a desviar su psique del hecho de que estaba “sentado en un tubo metálico, volando por el cielo a 500 millas por hora”. Pronto descubrimos que había múltiples cosas que podíamos hacer para asistir a reducir los miedos de las personas.

Algunos pasajeros se hicieron mejores viajantes una vez que los dejamos sentar con la tripulación a lo largo del despegue y el aterrizaje.  Sus temores se desvanecieron conforma vieron que los pilotos proseguían todas y cada una de las medidas de seguridad con su actitud calmada, semejante a la de un hombre de negocios. Además, poder ver cara el frente del aeroplano puede sosegar a muchos. Después del 9/11, los pasajeros ya no podían hacer eso, así que procuramos nuevas soluciones.

Descubrimos que los programas simulados de vuelo, así como las lecciones sobre de qué forma vuelan los aeroplanos y el récord en seguridad de la aviación moderna, funcionaban realmente bien. Los cursos de Virgin Atlantic “Flying Without Fear” (Viajando sin temor) tuvieron un éxito del noventa y ocho por ciento. Whoopi Goldberg fue una de las celebridades de entre los más de dos con cero pasajeros que temen volar que asistimos todos los años. ¡Y si Whoopi puede hacerlo, asimismo!

Entonces, hay muchos temores que pueden superarse con la práctica. Para mí esto sucedió con charlar públicamente. Esto acostumbraba a aterrarme, mas debía progresar. Primero me percaté de que debía superar mis temores cuando el fallecido Sir Freddie Laker me aconsejó para hacerme la cara pública de nuestra nueva compañía aérea. Me pacto de meditar, “Eso es fácil para ti decirlo”, por el hecho de que en el fondo estaba aterrado.

Probablemente el mejor consejo que recibí sobre aparecer en la T.V. y charlar públicamente fue: “Sólo intenta imaginarte que estás en tu sala platicando con alguien”. Esta estrategia me asistió mucho, si bien sé que debo una excusa a aquellos que testimoniaron mis primeros sacrificios.

Cuando me es posible intento hacer sesiones menos estructuradas de preguntas y contestaciones en vez de los tradicionales alegatos de veinticinco minutos. No solo me da menos nervios, sino he descubierto que las audiencias pueden conseguir más de esas sesiones en las que pueden hacer preguntas en vez de continuar sentados y meditar “Ojalá hubiera hablado de XYZ”.

Ayudar a el resto a superar sus temores puede ser muy satisfactorio, especialmente cuando se hallan soluciones en unidad. Siempre me he sentido cómodo en el agua, y me chifla asistir a mis amigos, convidados y empleados en Necker Island a confrontar y conquistar su fobia, la que en muchas ocasiones abochorna a los adultos: el temor al agua y a nadar.

El hijo de 5 años de un amigo una vez nombró a nuestras lecciones en la piscina como “Las clases de ahogamiento del tío Richard”, mas jamás he perdido a un estudiante. Hace unas semanas enseñé a 3 adultos a nadar. Primero ayudas a los estudiantes a superar sus temores haciendo que sumerjan su boca y nariz en el agua. Una vez que pasan ese obstáculo, lo siguiente es hacer que soporten la respiración bajo el agua por pocos segundos. Cuando tus estudiantes sacan burbujas con alegría, están en su camino a lograrlo.

El pupilo más ilustre de mi escuela de natación fue Desmond Tutu. Inicialmente, el arzobispo era menos que un estudiante con voluntad, mas fue muy entretenido enseñarle a nadar. He aprendido de pupilos como que superar los temores es un tema de práctica, de estar presto a probar nuevas cosas y de admitir la inseguridad –ya sea en un pódium o en una piscina.

Franklin D. Roosevelt llevaba razón sobre de qué forma encarar nuestras fobias diciendo, “Lo único a lo que debes temer es al mismo miedo”. Esconderse del temor solo lo robustece. Así que enlista a aliados, de ser preciso, que te asistan a enfrentar tus temores con un grito de guerra de “¡Hagámoslo!”. Te sorprenderá cuánto puedes lograr, tanto en tu negocio o trabajo como en el entretenimiento y desarrollo personal.

Richard Branson

Juan Pablo Cortez

Bogotá (Colombia), 1989. Apasionado por la investigación y el análisis de temas de interés público. Estudió comunicación social en la Universidad de Bogotá y posteriormente obtuvo una maestría en periodismo investigativo en la Universidad de Medellín. Durante su carrera, ha trabajado en diversos medios de comunicación, tanto impresos como digitales, cubriendo temas de política, economía y sociedad en general. Su gran pasión es el periodismo de investigación, en el cual ha destacado por su habilidad para descubrir información relevante y sacar a la luz temas que a menudo se mantienen ocultos.