La brecha que aparta al euro y al dólar prosigue estrechándose. La moneda única europea ha registrado un descenso de prácticamente el 1% durante esta semana y ya se intercambia por uno con cinco billetes verdes, lo que la ubica en el punto más bajo desde el principio de año. La tendencia apunta a que el escenario de paridad del verano del dos mil veintidos, en el momento en que un euro llegó a servir lo mismo que un dólar, se podría reiterar en los próximos meses, conforme apuntan múltiples analistas. La fortaleza de la economía estadounidense —que registró un desarrollo del dos con uno% en el segundo trimestre del año, conforme el Departamento de Comercio—, sumada a las sólidas cifras de empleo y consumo, prosigue impulsando al dólar frente al resto de divisas del mercado. En el otro lado, la posibilidad de recesión para la economía de la zona euro sostiene a los inversores pendientes sobre la evolución de la actividad en el Viejo Continente mientras que aguardan si el Banco Central Europeo (BCE) mueve ficha o frena las subidas de tipos.

La evolución de las políticas monetarias en los dos lados del Atlántico ha sido el primordial razonamiento del pulso que sostienen las dos divisas desde la restauración tras la pandemia. El euro comenzó a apresurar su caída una vez que la Reserva Federal, a pesar de sostener íntegros las clases de interés, no descartara una nueva subida en lo que queda de año para mitigar la inflación. En el país donde se imprime el dólar, el costo del dinero se halla en la horquilla del cinco con veinticinco% – cinco con cinco%, un máximo que no se alcanzaba en los últimos veinte años. La entidad dirigida por Jerome Powell prevé que las clases se sostengan altos a lo largo de más tiempo del que se estimaba hasta el momento. La resolución ha alentado a los inversores, que ven como la Fed podría conseguir reducir los niveles de inflación sin desequilibrar el mercado de trabajo, lo que en la jerga económica se conoce como “aterrizaje suave”.

Por otro lado, el BCE, dirigido por la francesa Christine Lagarde, subió las clases de interés una cuarta parte de punto hasta el cuatro con cinco%, el nivel más alto desde dos mil uno. Lo que prosigue castigando a la economía del bloque cuya actividad industrial y comercial ha comenzado a contraerse, conforme el índice PMI, que mide el estado de salud del ámbito privado mediante encuestas a las compañías. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) estima que la actividad de la zona euro apenas medrará un cero con seis% del año en curso y un uno con uno% en dos mil veinticuatro. Desde Bruselas son tenuemente más optimistas, acercan el desarrollo de la UE en un cero con ocho% este año. La peor parte se la lleva la economía alemana, que se contraerá un cero con cuatro% este año, conforme el informe de la Comisión Europea.

Jorge Labarta, creador de la gestora de peligro de divisas Quant, piensa que el BCE se está concentrando en reducir la inflación, mas que el mercado percibe que va a ser a costa de provocar graves daños en la economía de la UE. “Esto no está ocurriendo en Estados Unidos, donde la economía va comparativamente bastante mejor y tiene menos problemas estructurales que el bloque comunitario. El mercado norteamericano entiende que la bajada de tipos podrá ser progresiva y no a costa de perjudicar la economía del país”, específica Labarta, quien asimismo contempla que las clases se van a sostener altos por múltiples meses.

En teoría, una política monetaria beligerante empuja el valor de una divisa por el hecho de que los bonos gubernativos y empresariales se vuelven más atractivos, lo que cautiva a más inversores que procuran más rentabilidad. Sin embargo, en el escenario actual se deben incluir otras variables. Para Labarta es esencial estimar que en el episodio actual de inflación, Estados Unidos prosigue más protegido por el hecho de que tiene más capacidad de autoabastecerse. “La energía que produce Estados Unidos ha aumentado de precio, con lo que ha revertido con mayores ingresos. Mientras que aquí todo el sobrecoste lo estamos pagando a otros países fuera del bloque”, ha explicado Labarta.

En la eurozona, la inflación ha bajado en el mes de septiembre hasta el cuatro con tres%. Se trata del nivel más bajo en un par de años, lo que quita presión al BCE de cara a su asamblea de octubre. El bloque asimismo encara nuevas subidas en los costes de los comburentes ocasionadas por los recortes desde Rusia y Arabia Saudí; lo que se aúna a las contrariedades que el BCE debe encarar para devolver al viejo continente y a su moneda al carril del desarrollo.

Mercedes Cruz Ocaña