La seguridad alimenticia, el cambio climático, la digitalización, la inteligencia artificial, la lucha contra la inflación, la restauración económica, la salud democrática, la inversión en infraestructuras y los desafíos geopolíticos son ciertos retos que se extienden por todo el globo. Ante esos desafíos mundiales, la sexta edición del foro de discusión Latinoamérica, Estados Unidos y España en la economía global, festejado esta semana en Nueva York, resaltó la relevancia de los nudos que conectan las economías de los dos lados del Atlántico.
El foro de discusión estuvo organizado por Forbes Hispano y la Cámara de Comercio España-EE UU, con el patrocinio de Abertis, Baker McKenzie, Grupo Nutresa, Iberia, Inditex e Indra y con la cooperación de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Contó con la presencia, entre otros muchos, del presidente en funciones del Gobierno de España, Pedro Sánchez, del gobernante de Nueva Jersey, Phil Murphy, aparte de mandatarios políticos y empresariales. Se festejó en el hotel Roxy de Nueva York, coincidiendo una vez más con la Asamblea General de la ONU que transforma a la urbe, más que jamás, en capital del planeta.
“Este es un momento muy especial para las relaciones entre España y EE UU, pero también entre España y América Latina”, afirmó en la apertura el presidente de Prisa (conjunto editor de Forbes Hispano), Joseph Oughourlian, destacando “el enorme progreso en la relación entre la UE y América Latina” que supone la presidencia de España del Consejo de la Unión Europea.
La directiva de Forbes Hispano, Pepa Bueno, definió la relación a 3 bandas de España, EE UU y Latinoamérica como “triángulo virtuoso” y llamó a unir sacrificios para dos desafíos vitales: “la transformación verde y la igualdad de género”.
Reforzar lazos
El presidente de la Cámara de Comercio España-EE UU, Alan D. Solomont, asimismo insistió, como otros comunicantes, en “la importancia de los lazos entre EE UU, España y América Latina”. “En el mundo actual, nuestras economías están más interconectadas que nunca”, afirmó. Reforzar las conexiones globales siempre y en toda circunstancia ha sido esencial, mas ha cobrado aún mayor relevancia por las catástrofes pandémicas o las de Marruecos y Libia, la invasión de Ucrania y los cambios geopolíticos, arguyó.
Pedro Sánchez reclamó los logros de su Gobierno en temas como la economía verde, la contención de la inflación y “la senda reformista y transformadora” que, afirmó, prueba que “España quiere seguir avanzando”. Sus palabras contenían ciertas claves (la transición ecológica o la reducción del paro estructural) sobre lo que pretende hacer si por último logra formar gabinete para una segunda legislatura.
El Gobierno socialista en funciones estuvo asimismo representado por su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, que puso el acento en la relevancia de la relación trasatlántica frente a los retos del complejo ambiente internacional. En ese contexto, “para España, para la UE, la relación transatlántica es primordial”, resaltó. “Los valores que compartimos, la interconexión de nuestras economías, nos sitúan en una posición inmejorable para seguir avanzando juntos en el fortalecimiento de las instituciones internacionales y multilaterales para promover un crecimiento económico fuerte, sostenible e integrador, defender la gobernabilidad democrática y promover soluciones a los desafíos globales”. Albares hizo referencia a la cima UE-Celac de julio pasado y a las ideas conjuntas entre la UE y EE UU como unos ejemplos de esa colaboración.
Mariano Jabonero, secretario general de la OEI, asimismo hizo referencia a esa cima en la que se fijó como agenda para la zona una triple transición: verde, para hacer frente al cambio climático; justa, de promoción de la democracia y los derechos humanos, y digital que cierre la brecha en Latinoamérica.
Con con respecto a la primera, afirmó que Latinoamérica “puede ser la primera región descarbonizada del mundo, por su capacidad para la producción de litio y de energía solar; también por la enorme masa de agua dulce de la que dispone”. De la segunda resaltó que “sin democracia, derechos humanos e igualdad no hay progreso”. En cuanto a la tercera, explicó que la pandemia trajo una ocasión única que no se debe desperdiciar “de producir educación de alta calidad”.
Los nudos entre los dos lados del Atlántico, no obstante, no dependen solo de Gobiernos y organismos internacionales, sino en gran medida son empresariales. Dos de las compañías españolas con mayor proyección internacional, Iberia y Abertis, se sentaron para una charla moderada por Inmaculada Riera, directiva general de la Cámara de Comercio de España, que resaltó la relevancia de la cooperación público-privada en las transiciones verde y digital.
Teresa Parejo, directiva de sostenibilidad de Iberia, resaltó que el de la aviación es uno de los “sectores de más difícil descarbonización”, singularmente en los vuelos de largo radio. “Pero eso no significa que no pueda hacerse”, resaltó. Parejo asimismo recordó que hay soluciones operativas para eludir emisiones, como la creación del espacio aéreo europeo único, “para que los aviones no tengan que dar vueltas innecesarias”.
El reto de la movilidad
Christian Barrientos, directivo de Abertis Mobility Services, puso la perspectiva de las infraestructuras viarias. Recordó que el planeta desfila de forma decidida cara la urbanización. La mitad de la población mundial ya vive en urbes, y ese porcentaje medrará hasta el setenta% en los próximos veinte o veinticinco años. “Eso plantea el reto de la movilidad interurbana tanto como dentro de las ciudades”, aseveró. Expuso el inconveniente de la financiación de las infraestructuras, que en EE UU depende en una gran parte de impuestos sobre la gasolina. ¿Qué hacer a fin de que los turismos eléctricos contribuyan al mantenimiento de esas costosas autopistas? Barrientos planteó sofisticar las tecnologías para conseguir información de los movimientos de esos automóviles.
Indra es otra multinacional de España con una fuerte presencia a los dos lados del Atlántico. Su presidente, Marc Murtra, hizo un diagnóstico de las grandes tendencias del planeta de la innovación y la tecnología. Resaltó, primeramente, el predominio estadounidense. Apuntó asimismo una enorme corriente política: el gran componente público privado en la tecnología. “La Administración Biden está apostando por la autonomía estratégica, que significa fijar el perímetro en el que tienes capacidad de tomar decisiones”, explicó. Y apuntó la relevancia de comprender cara dónde van los cambios de tendencia relevantes, como en su día fue internet y ahora es la inteligencia artificial generativa (“una herramienta que dispara la productividad”, afirmó).
Esa apuesta de Biden por la autonomía estratégica y la atracción de inversiones industriales inspiró la ley de Reducción de la Inflación, aprobada el año pasado, que se trató en otra de las mesas. “Por primera vez contamos con una política industrial en EE UU que no se limita a créditos durante uno o dos años: ahora tenemos certidumbre para 30 o 40 años”, apuntó la presidente de American Clean Power, Susan Nickey, en un panel moderado por José Morán, presidente del conjunto de energía, minería e infraestructuras de Baker McKenzie.
Mercado atractivo
Esa certeza en un largo plazo, conforme Gabriel Alonso, consejero encargado de quinientos cuarenta y siete Energy, transforma a EE UU “claramente en el mercado más atractivo en el que invertir, por su estabilidad a largo plazo” y pone al país “al frente de la transición energética”.
Pero prosigue siendo preciso solucionar otros inconvenientes, como el largo tiempo preciso para percibir los permisos en las líneas de transmisión, apuntó Puneet Verma, vicepresidente para Asuntos del Gobierno Federal en Avangrid. “Te comprometes a un proyecto que quieres hacer, desembolsas ciertas inversiones y acabas esperando siete años”. “Para que esos dólares se pongan en funcionamiento tenemos que resolver el problema de los permisos”, mantuvo.
Casi al final del foro de discusión, el gobernante demócrata de Nueva Jersey, Phil Murphy recordó que España se halla entre los veinte primeros asociados comerciales de este Estado “en mitad del corredor del Noreste”, afirmó, donde se produce el “20% del PIB de EE UU”. Murphy explicó el éxito de Nueva Jersey por su “localización, su concentración de población [9,3 millones de habitantes] y diversidad” (“un 20% de nuestros vecinos son latinos”). El gobernante asimismo se detuvo en la apuesta del Estado por la energía eólica marina, vital, consideró, para hacer frente al cambio climático.
La inteligencia artificial y la seguridad alimenticia fueron otros de los desafíos globales analizados en un foro de discusión en que con exactamente la misma naturalidad que se combinaba el inglés y el de España, se pasaba de charlar de EE UU a hacerlo de Latinoamérica o de España.
El presente de la inteligencia artificial
“La inteligencia artificial (IA) no es el futuro, es el presente”, sentenció Carme Artigas, secretaria de Estado para la Digitalización y la Inteligencia Artificial del Gobierno de España. Lo fue, desde entonces, en el sexto foro de discusión Latinoamérica, Estados Unidos y España en la economía global, organizado por Forbes Hispano el miércoles pasado en Nueva York. La IA sobrevoló todas y cada una de las conversaciones de la mañana, mas sobre todo centró el tema de la última mesa, en la que Artigas discutió con Beena Ammanath, directiva ejecutiva del Instituto Global Deloitte de Inteligencia Artificial, con la moderación de Ángel Alonso Arroba, vicedecano de Gestión y Desarrollo de la Escuela de Asuntos Públicos y Globales de la IE University.
La secretaria de Estado charló de de qué manera la iniciativa pública puede sacarle todo el partido a la IA, y al tiempo tiene la responsabilidad de sostener a raya sus amenazas. Ammanath aportó el punto de vista de la compañía privada, y aventuró que la IA impulsará la economía de una forma que carece de precedentes, mas asimismo advirtió que agregará un factor de peligro que las compañías deberán aprender a administrar. “Ya no solo existirán los riesgos financieros o de reputación. Ahora se abren ante las empresas riesgos éticos y de confianza derivados de un uso responsable de la IA”, arguyó. “A nuestra generación nos corresponde poner las reglas, como cuando se inventó el automóvil. ¿Cuáles son los límites de velocidad que vamos a fijar?”.
Artigas recordó que España ha sido vanguardista al legislar ante esos desafíos, singularmente, con la adopción en dos mil veintiuno de la Carta de los Derechos Digitales, que recoge, entre otros muchos, el derecho a la desconexión, al reposo y a la conciliación de la vida personal y familiar. Otra de las prioridades, afirmó, es la de que “nadie se quede atrás”. “La IA puede contribuir a avanzar en asuntos como la consecución de los Objetivos de Desarrollo de la ONU, la promoción de la sostenibilidad, la optimización energética o el acceso a la educación, y ahí es donde entran las políticas públicas”, agregó la secretaria de Estado.
Ammanath, por su lado, recogió ese guante e insistió en otra de las ideas-fuerza de la jornada: la precisa cooperación entre lo público y lo privado para hacer en frente de los retos del futuro.