El siguiente contenido le ofrece una respuesta general y sencilla sobre el tema central, sin llegar a profundizar en aspectos complejos o
avanzados, pero que puede ayudarle a entender y lograr un conocimiento inicial sobre la materia

Una startup no es solo una idea. Puede haber una idea genial entre manos pero no será nada si no hay una buena contabilidad, una buena gestión de
las finanzas dentro de la empresa. Y es que una contabilidad adecuada es fundamental para mantener el control sobre las finanzas de la empresa y tomar
decisiones informadas. Pero gestionar este departamento de la startup no es una tarea fácil, sino que requiere de ciertas habilidades y estrategias que
se abordarán en este artículo para que así la startup tenga éxito.

Establecer una estructura contable sólida

El primer paso para manejar la contabilidad de una startup es establecer una estructura contable sólida. Esto significa que hay que elegir el
método contable adecuado, ya sea el método de devengo o el de efectivo, y la implementación de un sistema de contabilidad fiable, como un software
contable específico. Además, es esencial mantener un registro preciso de todas las transacciones financieras y establecer políticas claras sobre la
gestión de gastos, ingresos y cuentas por cobrar y pagar.

Mantener una separación clara entre finanzas personales y empresariales

Es común que los fundadores de startups mezclen sus finanzas personales con las de la empresa en las etapas iniciales. Sin embargo, es crucial
mantener una separación clara entre ambas para evitar confusiones y problemas contables. Abrir una cuenta bancaria empresarial separada y utilizar
tarjetas de crédito corporativas puede facilitar esta separación y simplificar el seguimiento de las transacciones comerciales.

Realizar un seguimiento detallado de los ingresos y gastos

El seguimiento detallado de los ingresos y gastos es esencial para comprender la situación financiera de la startup. Registrar todas las
transacciones con precisión y regularidad permitirá evaluar el rendimiento financiero y realizar ajustes estratégicos si es necesario. Además, llevar
un registro organizado de los gastos puede ser beneficioso para aprovechar deducciones fiscales y optimizar la gestión de flujo de efectivo.

Conocer y cumplir con las obligaciones fiscales

Una parte fundamental de ser startup es la de pagar impuestos. Hay mucha burocracia que hay que hacer, pero es vital que se cumpla, ya que es una
obligación por parte de los emprendedores, sobre todo para evitar problemas con Hacienda en un futuro. Por eso, es necesario conocer las leyes fiscales
aplicables a la industria y ubicación de la startup, así como establecer una buena relación con un contable o asesor fiscal calificado. Esto asegurará
que la empresa cumpla con sus responsabilidades fiscales, como la presentación de declaraciones de impuestos y el pago oportuno de los impuestos
correspondientes.

Realizar conciliaciones bancarias periódicas

Las conciliaciones bancarias periódicas son una práctica contable esencial para garantizar la exactitud e integridad de los registros
financieros. Comparar los registros contables con los estados de cuenta bancarios ayudará a identificar y corregir discrepancias, como transacciones
omitidas o errores de registro. Esta tarea también contribuye a mantener una imagen clara del flujo de efectivo y la salud financiera de la
startup.

Analizar y utilizar informes financieros

La generación regular de informes financieros es clave para evaluar el rendimiento y la viabilidad de la startup. El análisis de informes como el
estado de resultados, el balance general y el flujo de efectivo proporcionará información valiosa sobre la rentabilidad, la liquidez y la eficiencia
operativa de la empresa. Estos informes son herramientas poderosas para tomar decisiones informadas y estratégicas en la dirección correcta.

Si se tiene en cuenta todo lo anterior, la gestión de la contabilidad de una startup no será tan difícil como parece, y se evitarán problemas
legales con Hacienda. Ya que recibir una carta con el membrete de Hacienda siempre asusta.

Mercedes Cruz Ocaña