La imponente fábrica de Gullón y su emblemático lema se hacen notar a lo largo de la autovía A-62, a su paso por Aguilar de Campoo, en la pintoresca Palencia. Este gigante en el mundo de las galletas no solo marca la estética del lugar, sino que también representa un pilar fundamental de su economía. Desde Aguilar, se producen y distribuyen toneladas de deliciosas galletas, con María Teresa Rodríguez, conocida como «Telle», al frente. A sus 84 años, ha transformado Gullón en un referente internacional del sector.
Un Reconocimiento Merecido
Este lunes, Telle fue galardonada con el Premio Reino de España, entregado por el rey Felipe VI, en reconocimiento a su trayectoria excepcional. Su camino no ha estado exento de desafíos, incluyendo tensiones familiares por el liderazgo de la empresa. En 2019, transfirió la dirección a su hija, Lourdes Gullón, pero aún mantiene a sus tres hijos en el equipo directivo, después de haber enfrentado un intento de desalojo en 2009 que terminó en tribunales, donde la matriarca salió victoriosa. Gullón continúa en expansión, generando más de 2.200 puestos de trabajo y alcanzando casi 700 millones de euros en facturación en 2024.
El Origen de un Imperio
La historia de Gullón se remonta a 1892, cuando José Gullón fundó la empresa en Aguilar, aprovechando los recursos de la región y el azúcar importado desde el puerto de Santander. Tras el trágico fallecimiento de su esposo en 1983, Telle se vio obligada a tomar las riendas del negocio. Junto a Juan Miguel Martínez Gabaldón, su socio desde 1985 y actual consejero delegado, comenzaron a internacionalizar la empresa que, de ser una de tantas en Palencia, se ha convertido en una de las cinco mayores galleteras de Europa.
Gabaldón, ahora de 71 años, toma la palabra para destacar la dedicación y el liderazgo de Telle: «Ha adaptado su personalidad a la empresa, y ha hecho de Gullón un referente de excelencia». La visión estratégica de Telle la llevó a ser pionera en la producción de galletas integrales y de las primeras galletas sin azúcar en España, consolidando así su liderazgo en el sector.
Desafíos Internos y Resolución Familiar
El camino no siempre ha sido fácil. En 2009, su hijo Félix intentó ascender en la jerarquía empresarial, pero Telle se opuso. Esto generó tensiones que culminaron en un consejo de familia cargado de confrontaciones. Telle luchó para mantener el control de la empresa al asegurar que tenía el 55% del capital y el 80% de los derechos de voto. En un giro inesperado, la reunión se llevó a cabo en su coche junto a Lourdes y una notaria, donde se tomó la decisión de reestructurar la dirección de la empresa.
Un hito que ha definido la trayectoria de Gullón es su capacidad para reinvertir ganancias en el crecimiento local. Sus esfuerzos no han pasado desapercibidos en Aguilar, donde la alcaldesa, María José Ortega, alaba su vínculo con la comunidad y su rol en el desarrollo económico del municipio. «María Teresa es muy querida en Aguilar por su habilidad para enfrentar adversidades y llevar adelante la empresa», añade.
Un Futuro Brillante
Hoy, la galletera Gullón no solo exporta a 125 países, sino que ha superado los 697 millones de euros en facturación, reafirmándose como un ejemplo notable de empresa familiar centenaria en el sector alimentario. Desde su creación hasta la fecha, ha generado miles de empleos directos e indirectos, a pesar de los retos recientes, como la pandemia y la inflación.
A medida que Gullón sigue creciendo, su espíritu emprendedor e innovador se mantiene intacto, asegurando que esta historia de éxito continúe inspirando a futuras generaciones en la región y más allá.
