Los recientes desafíos de Nestlé tienen un sabor tan amargo como un café excesivamente cargado. A mediados de octubre, esta icónica compañía suiza anunció la drástica decisión de eliminar 16,000 puestos de trabajo a nivel global, tras experimentar una significativa pérdida de cuota en el mercado y una rentabilidad que ha ido en declive. Esta reestructuración se produce en un contexto de escándalos internos y cambios de liderazgo, con la llegada de Philipp Navratil como nuevo CEO, y la designación de Pablo Isla, anterior presidente de Inditex, como nuevo presidente del grupo.
Cambios en el liderazgo y recortes
Para Navratil, el inicio de su mandato ha sido complicado. Lo primero que hizo fue implementar un recorte del 6% en una plantilla de 277,000 empleados en todo el mundo. Aunque la empresa aún no ha especificado dónde se realizarán estos despidos, Jordi Llach, director para España y Portugal, aclara que las decisiones se tomarán en base a una estrategia global. “Aunque algunas filiales, como la española, hayan aumentado sus ventas un 4% hasta alcanzar los 2,582 millones de euros en el último año, el recorte afectará a todos los 180 países donde estamos presentes”.
Iniciativas de eficiencia y contexto del mercado
El sector europeo, y en particular el mercado ibérico, se muestra como un motor de crecimiento en medio de estas turbulencias. “Estamos funcionando mejor que el promedio del grupo, pero siempre hay incertidumbre”, señala Llach. Nestlé, conocido por productos emblemáticos como Kit Kat, Nescafé y Purina, registró 70,183 millones de euros en ventas globales durante los primeros nueve meses de este año. Sin embargo, la empresa enfrenta presiones debido al aumento de los costos en materias primas como café y cacao, que han alcanzado precios alarmantes.
La inflación ha erosionado sus márgenes, y aunque las ventas superaron las expectativas en el tercer trimestre, la compañía se ha fijado un ambicioso objetivo de recortar gastos por unos 3,000 millones de francos suizos (aproximadamente 3,200 millones de euros) para el año 2027. Llach destaca que la digitalización y la automatización son fundamentales para mejorar la eficiencia operativa en un entorno cambiante.
Nuevas estrategias y tendencias de consumo
Nestlé también está explorando la venta de algunos de sus activos menos rentables, como su línea de vitaminas, para concentrarse en productos de mayor demanda como el café y la comida para mascotas. Las plantas de producción en España, especialmente la de café en Girona y la chocolatera en Cantabria, deben mantener su rendimiento para cumplir con los nuevos objetivos. “La producción no solo es de alta calidad, sino que también es vital para nuestra estrategia futura”, afirma Llach.
Mientras que las marcas de distribuidor representan una competencia cada vez mayor, Nestlé se enfoca en crear productos que se diferencien por su calidad. La marca busca atraer a los jóvenes consumidores, quienes exploran nuevas formas de disfrutar del café, como el café frío y los cócteles a base de café. Para satisfacer estas tendencias, la compañía está lanzando innovaciones, como un café líquido concentrado que simplifica la preparación de bebidas.
Reflexiones sobre el futuro
Con una plantilla de 4,060 empleados, las fábricas en España siguen operando con buenos resultados. Se prevé que para 2025 la filial en la Península cierre con un crecimiento del 5%. Sin embargo, Llach advierte que los retos son constantes, incluyendo la competencia con marcas blancas en los estantes de puntos de venta como Mercadona.
A pesar de la complejidad del panorama actual, el lanzamiento de productos de alta calidad y la inversión en tecnología son pilares fundamentales para que Nestlé continúe prosperando en un entorno competitivo. “Es un momento surrealista en el que, aunque a menudo faltan determinados perfiles laborales, también enfrentamos niveles de absentismo jamás vistos”, concluye Llach, reflejando la ambigüedad de estos tiempos difíciles.
