El reciente revés para las plataformas de comercio electrónico chinas ha traído un aire de alivio, especialmente tras el anuncio de una nueva tasa de tres euros por producto que entrará en vigor en la Unión Europea este julio. El Tribunal Judicial de París ha decidido no suspender, por el momento, las operaciones de Shein, la famosa plataforma asiática, a pesar del escándalo generado en noviembre por la venta de artículos controvertidos, incluidos muñecas sexuales de apariencia infantil y productos prohibidos.
Aunque el tribunal reconoció el daño potencial al orden público, consideró que la acción solicitada por el Gobierno francés era “desproporcionada” y afectaría injustamente la libre competencia. Se argumentó que las ventas implicadas fueron esporádicas y que Shein, con sede en Singapur, tomó medidas rápidas para retirar los productos cuestionables del mercado.
A pesar de esta decisión, el tribunal exigió a Shein que implemente métodos de verificación de edad más rigurosos antes de reintroducir productos de contenido sexual. La empresa respondió afirmando que acoge con satisfacción la decisión del tribunal y reafirma su compromiso con el perfeccionamiento de sus procesos de control, colaborando de cerca con las autoridades francesas. «Nuestra prioridad es proteger a los consumidores y garantizar el cumplimiento de las normativas locales», subrayó el grupo.
El ministro de Comercio de Francia, Serge Papin, ha estado al tanto de este tema y mostró confianza en que el tribunal apoyara la suspensión. Sin embargo, advirtió que, si la solicitud no prosperaba, la lucha contra las prácticas indeseadas continuaría con firmeza.
Cabe recordar que el 5 de noviembre, el Gobierno francés había iniciado un procedimiento para suspender el acceso a Shein hasta que se garantizara que todos sus productos cumplieran con la legislación nacional. Este anuncio coincidió con la inauguración de la primera tienda física de Shein en París, que generó una gran expectativa.
Adicionalmente, a finales de noviembre, la Comisión Europea solicitó aclaraciones a Shein sobre la venta de productos ilegales, como las mencionadas muñecas sexuales y armas, y comenzó a investigar si la plataforma podría representar un “riesgo sistémico” para los consumidores en la región.
La saga de Shein resalta la tensión entre el comercio online y la regulación necesaria para proteger al consumidor, un tema que seguramente seguirá en el centro del debate en Europa y más allá.
