La inteligencia artificial (IA) ha empezado a formar parte integral de nuestra vida diaria. Desde sugerir recetas y ayudar con tareas escolares hasta comparar productos y ofrecer consejos de moda, su presencia es innegable. Pero, ¿qué pasaría si esta tecnología se suma al debate electoral? Recientes estudios, publicados por la Revista Emprendimiento, revelan que la IA podría influir en la decisión de voto de entre un 1.5% a un 25% de los electores, superando la efectividad de los anuncios tradicionales de campaña. Esto tiene especial relevancia, ya que un cuarto de los votantes suele decidir su elección en la semana anterior a las elecciones.
La Influencia de la IA en el Voto
Las herramientas de inteligencia artificial más conocidas evitan dar recomendaciones directas sobre a qué partido votar, gracias a salvaguardas éticas. Al preguntarles, estas plataformas suelen responder: “No puedo decirte a quién votar”. Sin embargo, la reticencia inicial puede ser superada mediante diálogos menos directos.
La inmigración se ha convertido en un tema candente para los españoles, como lo demuestran los últimos barómetros del CIS. La IA, a pesar de su enfoque matizado, también aborda esta preocupación: “Podemos y PSOE tienen políticas más favorables a la inmigración”, mientras que “PP y Vox priorizan el control y las restricciones”. Sin embargo, esta respuesta simplifica un debate mucho más amplio.
Investigación de Cornell: Un Estudio Revelador
David Rand y Gordon Pennycook, profesores de la Universidad de Cornell, lideraron dos estudios para examinar la capacidad persuasiva de los robots conversacionales. En el primero, publicado en Nature, evaluaron la influencia de una IA entrenada en debates con 2,300 electores estadounidenses, 1,530 canadienses y 2,118 polacos, todos representantes de elecciones presidenciales recientes.
Los hallazgos fueron sorprendentes: la IA logró cambiar la intención de voto en varios grados de eficacia. En EE. UU., un modelo que favoreció a Kamala Harris convenció al 3.9% de los votantes, mientras que el que apoyó a Donald Trump sólo alcanzó un 1.52%. En Canadá y Polonia, los cambios de opinión llegaron hasta el 10%.
Rand aclara que esto no se trata de manipulación, sino de persuasión: “Los grandes modelos de lenguaje pueden realmente cambiar las actitudes hacia candidatos y políticas al aportar afirmaciones que respaldan su postura”. Sin embargo, estas afirmaciones no siempre son precisas, y algunos argumentos de candidatos conservadores se basaron en datos inexactos, originados de redes sociales de tendencia derecha.
En su análisis publicado en Science, Rand estudió a 77,000 británicos, revelando que hasta un 25% de los votantes alteraron su opinión tras interactuar con la IA.
La Dualidad de la Persuasión y sus Riesgos
Una clara ventaja de la IA es su habilidad para reducir la susceptibilidad a teorías de conspiración. Sin embargo, Rand también advierte sobre un fenómeno conocido como “alucinación”: cuando la IA genera información engañosa que aparenta ser veraz.
Los datos apuntan a la necesidad de investigar la persuasión de la IA no solo en el ámbito político, sino en diversos contextos, para prevenir su mal uso y fomentar pautas éticas. “Es crucial encontrar maneras de limitar el daño y ayudar a las personas a reconocer y resistir la influencia de la IA”, concluye Rand.
Francesco Salvi, un experto en Ciencias de la Computación, coincide en que las limitaciones son imprescindibles en áreas delicadas como la política o la salud. Asegura que, aunque por defecto los modelos de lenguaje no buscan persuadir, pueden hacerlo inconscientemente. Por ejemplo, si alguien pregunta a la IA sobre la efectividad de una política, la respuesta puede inclinarse hacia un lado, dependiendo de cómo se formule la pregunta.
La Necesidad de Regulación en la IA
La línea entre brindar información relevante y manipulación puede volverse difusa. Salvi señala que un chatbot, adaptando argumentos para promover una agenda política, puede crear serios riesgos éticos. Así, la vigilancia y la transparencia se convierten en elementos cruciales en el desarrollo y uso de la inteligencia artificial en contextos políticos.
La discusión continúa sobre cómo la IA puede influir en nuestras decisiones y la importancia de establecer normas que garanticen su uso responsable. La clave será encontrar un equilibrio que proteja al consumidor mientras se aprovechan las ventajas de esta poderosa herramienta tecnológica.
