Los tasadores hipotecarios han decidido dar un paso firme hacia la dignidad laboral: están en huelga desde el 15 de diciembre. Este grupo de aproximadamente 3.000 trabajadores autónomos, representados en su mayoría por la Asociación Española de Tasadores Hipotecarios (AETH), clama por mejores condiciones ante una situación de precariedad cada vez más insoportable. Con jornadas que pueden llegar a las 80 horas semanales y remuneraciones que en muchos casos no alcanzan los 16.576 euros anuales —el actual salario mínimo interprofesional (SMI)—, su descontento es evidente.
Hacia un convenio colectivo
La AETH busca establecer un convenio colectivo que aún no existe, el cual podría revalorizar sus salarios, que llevan congelados desde 2008, y asegurar condiciones laborales efectivas. Sin embargo, la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV), que actúa como una de las principales patronales del sector, se ha desentendido del asunto al carecer de competencias para negociar este acuerdo. En cambio, se limita a ofrecer una guía de buenas prácticas destinada a regular las relaciones en el proceso de valoración.
Francisco Riaza, presidente de la AETH, ha manifestado su frustración: “Durante años hemos intentado llegar a un acuerdo. Presentamos un borrador que se ha quedado olvidado, y es fundamental recordar que la tasación es un derecho de los ciudadanos.” Esta propuesta, según él, podría ser la base de un acuerdo sectorial necesario para proteger a estos profesionales.
La complejidad detrás de la valoración
Aunque muchos asocian las tasaciones hipotecarias únicamente con el valor de un inmueble, Riaza señala que hay mucho más trabajo de fondo. Las comprobaciones necesarias para verificar la data en las escrituras y las revisiones urbanísticas requieren tiempo, un recurso que a menudo escasea debido a las presiones de las entidades financieras. “Demandan que las tasaciones se realicen con urgencia, lo que puede conducir a errores en el informe final”, explica.
El modelo de negocio se basa principalmente en la relación entre las entidades financieras y las sociedades de tasación, lo que deja a los tasadores sin la capacidad de renegociar tarifas, que son impuestas. Esta dinámica a menudo les obliga a trabajar durante el fin de semana, acumulando jornadas que superan las 70 horas semanales.
Jorge Dolç, secretario general de la AEV, ha expresado su respeto por la movilización de los tasadores, reconociendo su papel esencial en el funcionamiento adecuado del mercado hipotecario. Sin embargo, subraya que su organización no puede actuar como único interlocutor laboral ni negociar condiciones.
Demandas fundamentales
El memorando de reclamaciones presentado por los tasadores destaca cuatro aspectos clave:
- Establecimiento de tarifas mínimas relacionadas con el costo real de los informes, lo que podría situar la retribución media anual en torno a los 30.000 euros brutos.
- Fijación de plazos realistas para la realización de las tasaciones.
- Compensación por desplazamientos y claridad en los honorarios desde el principio.
- Creación de un órgano de gobernanza para la resolución de conflictos entre tasadores y sociedades.
Riaza ha manifestado su incredulidad ante la incapacidad de los autónomos para establecer estas condiciones básicas, un derecho que debería ser inherente a su situación.
La importancia legal de la tasación
La tasación de un inmueble es una obligación legal en el proceso de solicitud de hipoteca, asegurando que esta refleja su verdadero valor de mercado. Generalmente, los bancos financian hasta el 80% del valor tasado en la vivienda principal, mientras que para segundas residencias esta cifra suele bajar entre un 60% y 70%.
El procedimiento de tasación, que abarca desde la solicitud hasta la entrega del informe final, puede demorar entre tres y diez días. Las tarifas por este servicio fluctúan entre 250 y 500 euros. Según la AETH, en promedio, un profesional no supera las 35 tasaciones al mes, de las cuales recibe un porcentaje.
Aunque es complicado medir el impacto de la huelga debido a la naturaleza autónoma de los profesionales, Riaza asegura que la movilización fue apoyada significativamente en la asamblea. “Es nuestra única forma de visibilizar nuestra situación”, concluye. A falta de respuestas por parte de las patronales, esta pausa en sus actividades podría persistir durante un mes.
