Atenas se cubre con un manto de invierno. En una mañana radiante de diciembre, la capital griega se presenta caótica y vibrante, exhibiendo ese desaliño característico de las ciudades mediterráneas que parecen siempre en movimiento. La economía del país está llena de datos sorprendentes y este periodista llega con el objetivo de descubrir las claves detrás de la notable recuperación de Grecia tras 15 años de una crisis devastadora.
La historia reciente de Grecia está marcada por una crisis feroz, donde la corrupción y políticas fiscales irresponsables condujeron al país al borde del abismo. Las mentiras sobre las estadísticas fueron un factor crucial, y la troika —formada por Bruselas, el BCE y el FMI— impuso austeridad extrema que profundizó la recesión y socavó los estándares democráticos.
El Resurgimiento Griego
“Europa ha muerto”, proclamaban los Ilegales. La UE ha tenido que disculparse por sus excesos, ya que el rescate de bancos se realizó a expensas del bienestar de la gente. Esto provocó una caída del PIB del 25%, un desempleo cercano al 30%, y una mezcla de humillación e ira en la sociedad griega.
Sin embargo, hoy Grecia celebra su regreso a la escena europea. “Es un caso de éxito”, afirma Michael Arghyrou, asesor económico del primer ministro de centro-derecha, Kyriakos Mitsotakis. La presidencia del Eurogrupo simboliza el cierre de un ciclo doloroso: “Hemos vuelto, la recuperación está aquí”, recalca el economista Alexis Patelis en un elegante café de Kolonaki.
Un Jano Bifronte
Grecia es un país en dualidad. Por un lado, se celebra el crecimiento económico, pero por otro, persisten sombras que podrían pasar desapercibidas. Kolonaki, con su sofisticado ambiente, contrasta dramáticamente con Omonia, un barrio donde la desesperación y las dificultades siguen latentes, con el narcotráfico y protestas por corrupción como tristes protagonistas.
“Estamos lejos de haber superado la crisis”, dice el escritor Petros Márkaris, quien ofrece una perspectiva más crítica: “Un tercio vive mejor que nunca, otro tercio lucha por sobrevivir, y el último, compuesto por pensionistas y jóvenes, vive en desesperanza.”
Fortalezas y Debilidades
A pesar de los logros, la cara oculta de la recuperación no puede ignorarse. Aunque el PIB crece a un ritmo del 2% y el desempleo ha bajado al 8%, muchas cifras siguen siendo desalentadoras. La renta per cápita está aún muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis, y la desigualdad se mantiene en niveles alarmantes.
El turismo y la digitalización han impulsado ciertos sectores, generando estabilidad en las finanzas públicas, pero la recuperación sigue siendo frágil. “Es imperativo continuar con las reformas”, advierte el economista Costas Lapavitsas, quien recalca que la vieja política sigue presente y la confianza en las instituciones es baja, creando una sensación generalizada de decepción.
Recuerdos de la Troika
Las políticas de la troika son un tema que aún marca a Grecia. Dimitri Vayanos, profesor en Londres, critica los recortes que alargaron la crisis, pero también reconoce la falta de visión en la política griega que contribuyó al desastre. Mientras tanto, la polarización política y los casos de corrupción persisten. Las elecciones de 2027 se perfilan como un escenario complejo, con la figura de Alexis Tsipras, exlíder de Syriza, sugiriendo un posible giro en el panorama político.
En definitiva, Grecia se encuentra en un momento de transición; su historia reciente es un reflejo del contraste entre el crecimiento y el desaliento, una narrativa complicada de una nación que busca recuperar no solo su estabilidad económica, sino también la confianza y esperanza de su población.
